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Simpatizantes del Dream Act luego que este proyecto de ley no alcanzó la súper mayoría de 60 votos para avanzar en el Senado. (GETTY)
Brendan Smialowski / Getty Images
Simpatizantes del Dream Act luego que este proyecto de ley no alcanzó la súper mayoría de 60 votos para avanzar en el Senado. (GETTY)
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POR LISA MASCARO Y JAMES OLIPHANT/TRIBUNE/WASHINGTON

Luego de que fracasó en el Senado el esfuerzo de último momento para establecer un camino hacia la ciudadanía para algunos de los hijos de inmigrantes indocumentados, es posible que se haya descarrilado cualquier intento para lograr una reforma migratoria en un futuro cercano.

El proyecto de ley, conocido como el

Dream Act

, había sido aprobado por la Cámara de Representantes, y sus simpatizantes y auspiciantes demócratas esperaban lograr suficientes votos republicanos para aprobarlo. Pero, el proyecto de ley sufrió el bloqueo de los republicanos, en el que un puñado de demócratas también participaron en el bloqueo. La votación final fue 55 a 41.

Docenas de jóvenes activistas colmaron las galerías en el piso superior del Senado en apoyo al proyecto de ley, muchos de ellos portando birrete de graduación de universidad. Algunos se tomaban de las manos cuando los senadores emitían su voto.

En una declaración después de la votación, el presidente Barack Obama calificó el resultado como “increíblemente decepcionante”.

El proyecto de ley hubiera permitido a aquellos que fueron traídos a este país antes de cumplir los 16 años conseguir la residencia legal y quizás eventualmente la ciudadanía estadounidense si vivieron aquí más de cinco años y asistido a la universidad o servido en las fuerzas armadas. Los opositores lo rechazaron como una forma de amnistía. Expertos estimaron que cerca de 1.2 millones de inmigrantes hubieran sacado partido de esta legislación.

Desde hace una década que existe una versión de la legislación en el Capitolio, pero líderes demócratas consideraron esta votación como el último gran intento de aprobarla antes de que los republicanos asuman el control de la Cámara de Representantes el próximo mes y que ganen más curules en el Senado.

La votación cerró el telón a un drama de dos años en el que el Gobierno de Obama y los senadores demócratas aseguraron a activistas que la reforma migratoria era una prioridad, pero al final ésta jamás obtuvo un verdadero impulso legislativo. Para los proponentes, el camino será ahora más áspero, conforme se endurece el sentimiento en contra de la inmigración ilegal y pocos republicanos han mostrado interés en una revisión profunda de las normas de migración.

Pero los demócratas ni siquiera pudieron cerrar filas. Cinco de ellos se sumaron a los republicanos en el bloqueo, incluyendo los senadores de Montana, Max Baucus y Jon Tester; Kay Hagan, de Carolina del Norte; Ben Nelson, de Nebraska; y Mark Pryor de Arkansas. Si los cinco hubieran votado a favor, el proyecto de ley hubiera avanzado y hubiera pasado con una votación de mayoría simple.

Tras la votación, los demócratas manifestaron pesar y desafío. El senador Robert Menendez (D-Nueva Jersey) dijo que los votantes latinos buscarían cobrárselas en las urnas, y el senador Charles E. Schumer (D-Nueva York) dijo que impulsaría que la medida fuera incluida en un intento futuro para una reforma integral en el próximo Congreso.

Igualmente, Schumer advirtió que el Partido Republicano pagaría un precio político por rechazar el proyecto de ley. “No creo que ningún partido político puede tener éxito para anular a un enorme porcentaje de EEUU”, dijo.

El senador Richard J. Durbin (D-Illinois), quien ha respaldado el esfuerzo durante una década, lo calificó un “asunto de justicia”. La tarde del viernes, Durbin recibió a grupos de activistas pro inmigrantes en su despacho del Capitolio conforme los simpatizantes de la medida preparaban su arremetida final.

Sin embargo, republicanos dijeron que los demócratas, encabezados por el líder de la mayoría en el Senado, Harry Reid (D-Nevada), quien prometió durante su campaña de reelección impulsar la ley, sabían que no tenían los votos para el proyecto avanzara y que simplemente estaban usando la ocasión para ganar puntos políticos con los votantes latinos.

Otros como el senador Lindsey Graham (R-Carolina del Sur) dijo a los jóvenes simpatizantes del proyecto que estaban perdiendo su tiempo al intentar persuadir a los republicanos para que éstos apoyaran el proyecto de ley ante la ausencia de un mayor compromiso para reforzar la frontera de EEUU con México.

“No vamos a aprobar el Dream Act ni ninguna legislación hasta que aseguremos nuestras fronteras”, dijo Graham. “Esto jamás se hará como algo independiente. Tiene que ser parte de una reforma migratoria profunda”.

lisa.mascaro@latimes.com

joliphant@latimes.com