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Chicago Tribune
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Por Jon Hilkevitch

Los candidatos a la alcaldía de Chicago hablan mucho sobre empleo, crimen, educación y finanzas municipales, algunas veces lo hacen mientras saludan a posibles votantes en estaciones del tren de Autoridad de Transporte de Chicago (CTA).

Ante las elecciones municipales del 22 de febrero, ninguno de los candidatos hay dicho mucho sobre el transporte, ya sea sobre la interminable crisis de fondos de CTA o el reto financiero para rescatar el problemático plan de nuevas pistas en el Aeropuerto Internacional O’Hare.

Los asuntos del transporte no son atacados en las páginas de internet de los candidatos y ninguno ha expresado su posición al respecto.

Pero una nueva encuesta en la opinión pública sobre asuntos de transporte masivo encontró que el electorado de Chicago se preocupa bastante por el servicio de TA, incluso aquellos que no utilizan ese sistema.

¿Aprecia usted una desconexión entre los políticos y el público?

El resultado sugiere que el transporte masivo es un tema grande sin explotar que jugaría un rol importante para atraer votos, incluso entre los votantes que se consideran indecisos en la contienda, según la encuesta que fue comisionada por Amalgamated Transit Union, que representa a la mayoría de los empleados de CTA.

“El transporte es como un tema olvidado en la contienda”, dijo Vic Fingerhut, quien lidera una firma encuestadora con sede en Alexandria, Virginia. “Uno esperaría que al menos una de las campañas pide que no se aumenten tarifas o no haya más recortes a servicios”.

CTA redujo 18 por ciento su servicio de autobuses y 9 por ciento el de trenes en 2010. El estado está atrasado con los subsidios públicos para CTA, Metra y Pace en el año fiscal 2011, según la Autoridad Regional de Transporte (RTA).

El 82 por ciento de los posibles votantes que participó en la encuesta dijeron que la disponibilidad de un buen transporte público es un “asunto importante” que el próximo alcalde de Chicago “debe atender inmediatamente en cuanto asuma el cargo”.

Entre los indecisos, el 80 por ciento compartió esa opinión, según la encuesta.

Algunos usuarios de CTA notaron un declive reciente en la calidad del servicio, indica la encuesta. Un 33 por ciento de usuarios regulares de autobuses dijeron que el servicio pasó de “un poco malo” a “muy malo” en los últimos dos años, y el 25 por ciento de los usuarios de trenes de CTA estuvieron de acuerdo con eso, según la encuesta. Pero 48 por ciento de los usuarios de trenes y 35 por ciento de los usuarios de autobuses dijeron que la calidad del servicio permaneció más o menos igual.

En tanto, más del 70 por ciento de los encuestados dijeron que los fondos operativos para el transporte por parte del gobierno federal deben ser restaurados a las grandes ciudades, luego del retiro escalonado de la asistencia operativa en los noventa, y que los recortes en el transporte público afectan principalmente a estudiantes y gente de escasos recursos, seguido de los negocios.

Entre todos los posibles votantes, 65 por ciento coincide con la siguiente declaración: “Si un candidato a la alcaldía adopta una fuerte posición -no sólo para proteger el servicio de trenes y autobuses en la ciudad- sino para empezar a trabajar en mejorarlo, esa sería una buena razón para considerar a ese candidato”.

La encuesta entrevistó a unos 500 posibles votantes de Chicago durante la última semana de noviembre y la primera de diciembre. El margen de error es de más o menos 4.5 puntos porcentuales.

Los funcionarios de Amalgamated Transit Union dijeron que planean organizar a los usuarios como un bloque de votantes, tanto para las próximas elecciones y para contactar a sus representantes reautorización preliminar del Congreso sobre legislación federal para el transporte.

“Esta no es sólo una crisis de Chicago”, dijo Larry Hanley, presidente internacional del sindicato de trabajadores del transporte. “A nivel nacional y en años recientes, hemos visto una reducción de nuevos usuarios pero también algunos de los recortes más drásticos y de grandes aumentos en tarifas en los últimos 50 años”.

“Nuestra meta es poner el transporte en la agenda política”, dijo Hanley, un ex chofer de autobús de Brooklyn, Nueva York.

“Los precios de la gasolina van a subir de nuevo, y tenemos una gran historia que contar, una en la que los usuarios de nuestros sistemas creen”.