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US President Barack Obama (L) shakes hands with Brazilian President Dilma Vana Rousseff (R) during a joint press conference at Palacio do Planalto in Brasilia on March 19, 2011.      AFP PHOTO/Jim WATSON (Photo credit should read JIM WATSON/AFP/Getty Images)
JIM WATSON / AFP/Getty Images
US President Barack Obama (L) shakes hands with Brazilian President Dilma Vana Rousseff (R) during a joint press conference at Palacio do Planalto in Brasilia on March 19, 2011. AFP PHOTO/Jim WATSON (Photo credit should read JIM WATSON/AFP/Getty Images)
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POR MARARENA VIDEAL/RÍO DE JANEIRO/EFE

Brasil, con su exitosa transición de la dictadura a una democracia próspera, es, según el presidente de EEUU, Barack Obama, un “ejemplo” de que no se debe temer el cambio en Oriente Medio, donde los ciudadanos, desde Libia hasta Baréin, reclaman reformas profundas y el fin de regímenes autoritarios.

En un discurso al pueblo brasileño que pronunció este domingo desde el Teatro Municipal de Río de Janeiro, Obama subrayó cómo el crecimiento brasileño representa un ejemplo de que la democracia trae consigo prosperidad para sus ciudadanos.

El presidente estadounidense, cuya visita a Brasil se ha visto ensombrecida por el comienzo de la operación “Odisea del Amanecer” para establecer una zona de exclusión aérea en Libia, se refirió extensamente a la oleada de agitación civil que los países árabes viven desde enero.

Aunque no mencionó específicamente los ataques aliados que empezaron el sábado en Libia, Obama sí indicó: “hemos visto al pueblo de Libia levantarse valientemente contra un régimen decidido a brutalizar a sus propios ciudadanos”.

“Nadie sabe con seguridad cómo va a terminar este cambio (en Oriente Medio), pero sé que el cambio no es algo que debamos temer… Cuando los hombres y las mujeres reclaman pacíficamente sus derechos humanos, nuestra propia humanidad se ve mejorada”, declaró.

El mandatario agregó que “cuando se enciende la luz de la libertad, el mundo se convierte en un lugar más brillante”.

“Este es el ejemplo de Brasil”, indicó Obama, quien se encuentra en Brasil para una gira por América Latina que le llevará también a Chile y El Salvador y en la que busca reconectar con la región.

Vestido con una americana pero sin corbata, ante un decorado de banderas de EE.UU. y Brasil, Obama aseguró: “Brasil es un país que muestra que una dictadura puede convertirse en una democracia pujante, un país que prueba que la democracia siembra tanto libertad como oportunidades para su pueblo”.

El país que hoy día es la séptima economía del mundo, añadió, “pone de manifiesto cómo el llamamiento en favor del cambio que empieza en las calles puede cambiar una ciudad, un país y el mundo”.

Obama había elegido inicialmente para este discurso la plaza de Cinelandia, donde en 1984 tuvieron lugar manifestaciones masivas en favor de la democracia que con el tiempo abrieron el camino al fin de 21 años de dictadura militar y la celebración de elecciones libres.

Sin embargo, por razones de seguridad, se decidió celebrar el evento en el interior del Teatro Municipal, con un aforo para 2 mil 361 personas, muchas menos de las 30 mil que se calculaban si el discurso se hubiera pronunciado al aire libre.

Frente al teatro se reunió un pequeño grupo de curiosos y de militantes de partidos de izquierda para protestar pacíficamente por la visita mientras en el interior los invitados al acto aplaudían al mandatario estadounidense.

Su saludo en portugués, “Rio, cidade maravilhosa, boa tarde todo povo brasileiro” (Río, ciudad maravillosa, buenas tardes a todo el pueblo brasileño) suscitó aplausos atronadores.

Los aplausos se convirtieron en risas cuando el presidente se trabó en la pronunciación de los nombres de clubes de fútbol de la ciudad al agradecer la presencia del público pese al clásico del domingo entre el Vasco da Gama y el Botafogo.

Pese a esos toques de ligereza, el discurso estuvo lleno de contenido para repasar la relación entre EEUU y Brasil, país al que por su vigor económico Washington concede una importancia cada vez mayor.

Obama expresó su intención de que los dos países sean “socios iguales”.

“No siempre hemos estado de acuerdo. Y como con muchos otros países, en el futuro tendremos diferencias de opinión, pero quiero decirles que el pueblo de Estados Unidos no sólo reconoce el éxito de Brasil: apostamos por él”, sostuvo.

Obama no se limitó tampoco a abordar los lazos bilaterales y lanzó un llamamiento a Brasil a apoyar, junto con EEUU, los derechos humanos en todo el mundo.

“No son ideas estadounidenses o ideas brasileñas. No son ideas occidentales, son valores universales y debemos apoyarlos por doquier”, sostuvo.

Obama comenzó su estancia este domingo en Río con una visita a la favela Cidade de Deus (Ciudad de Dios) y más tarde conocería junto a su familia el Cristo Redentor en el cerro del Corcovado,