Esta ciudad es un collage de instantáneas que refleja la profunda convivencia entre las raíces folclóricas y la apabullante modernidad. Entre sabores del mundo y los propios, Guadalajara ofrece una de las mil caras de México. Una en la que las tradiciones no le cierran el paso a la exploración de las nuevas tendencias en gastronomía, diseño, arte y moda.
Amanecer en el Centro
No hay mejor momento para disfrutar del centro histórico de Guadalajara que por las mañanas, cuando el sol aún no se eleva sobre los edificios, y la cantera de las plazas se siente fría al contacto con las delgadas suelas de los zapatos.
Con rapidez imperceptible, las calles se llenan de oficinistas, vendedores de pan dulce y café, y caminar por las banquetas se va tornando más difícil.
La Cruz de Plazas es el corazón de esta zona, formada por la Catedral de Guadalajara al centro, la Plaza de la Liberación como brazo largo; la Plaza de Armas y la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres a los costados; y la Plaza Guadalajara en la corona.
Todos estos espacios están rodeados por edificios dignos de visitarse; se puede desayunar en el Sandy’s, cafetería que se extiende cerca de las fuentes de la Plaza Guadalajara, y luego caminar para observar las fachadas de los edificios aledaños.
No hay que perderse la vista del quiosco francés frente al Palacio de Gobierno, el interior de la Catedral, ni la oportunidad de tomar café a los pies del Teatro Degollado, como preámbulo al recorrido por todo el andador peatonal que lleva al Centro Cultural Cabañas, joya arquitectónica que resguarda los murales más representativos de José Clemente Orozco.
Paisajes sofisticados
Una vez recorrido el perfil más famoso e histórico de la ciudad, vale la pena asomarse por su lado más moderno ysofisticado. La opción es pasearse por el Centro Comercial Andares, complejo habitacional y comercial rodeado de vegetación y arquitectura contemporánea, que invita a dejarse llevar por el placer culposo de perderse entre boutiques de diseñador.
Buena parte de esta plaza está al descubierto. Cuenta con un corredor central, áreas verdes y recrativas, peceras, espacios infantiles y mesas cubiertas por sombrillas para disfrutar de un buen café, crepas o helados.
Dentro del complejo, el Bulevar Andares se reserva algunas firmas como Coach, Bloom, Stuart Weitzman y Sergio Bustamante, entre otras. Además están las tiendas de interiorismo Móbica y Karen Collignon, y el restaurante P.F. Chang’s, un favorito entre los tapatíos.
El corredor gastronómico ofrece sabores para todo tipo de antojos, con cadenas conocidas como Moshi Moshi, y restaurantes de autor; Vincent, con cocina internacional, es una buena opción. También vale la pena hacer una parada en Teavana, para refrescarse con sus preparaciones a base de té.
Aires de juventud
Después de realizar algunas compras y saciar el apetito, se antoja seguir merodeando por la ciudad. ¿La opción a elegir? La Zona Chapultepec: Llena de vida, bohemia, bicicletas, jóvenes, música y arte. Esta área, que se rodea de la Colonia Americana y Colonia Laffayette, es donde suceden las manifestaciones urbanas artísticas y de diversión más alternativas de la urbe.
En estas calles convergen estilos eclécticos, que van desde las casonas que conservan el estilo francés, las creaciones del arquitecto Luis Barragán, y corrientes más modernas de finales del siglo 20; y todas ellas albergan cafeterías, restaurantes, boutiques y galerías de arte.
Para caminar y ver caer la tarde, la recomendación es la calle Libertad, arbolada y llena de jóvenes que pasean a sus perros y se detienen a convivir en La Cafetería y Las Pizzas Sin Nombre.
En el camellón de la Avenida Chapultepec, con mosaicos del artista Alejandro Fournier que conforman la instalación urbana Ta Patio, se concentran eclécticos grupos de artistas, ciclistas, ‘skaters’ y paseantes, que bien pueden visitar la Librería del Fondo de Cultura Económica, o buscar entre alguno de los restaurantes y bares un espacio para convivir.
Para saborear la noche
Los amantes de la vida nocturna deben caminar hacia la calle López Cotilla, que resguarda un abanico de opciones para terminar el día con una cena o un trago acompañado de música.
Si la idea es pasar una velada tranquila, El Cargol ofrece delicias catalanas y un ambiente romántico; para los deseosos de sabores exóticos, el restaurante Goa los espera; si se busca un bistro, están las opciones de Entre 2 y Vulevú, además de la inmensa oferta italiana de autor, y los bares pequeños en los que hay música de corte alternativo y cervezas artesanales.
¿Y para pernoctar? El Hotel Demetria es el destino de muchas celebridades, y una visita obligada para los amantes del diseño contemporáneo.
Construido por el arquitecto Iván Cordero, el hotel se erige de la recuperación de las casas originales de Pedro Castellanos y Barragán. Cuenta con 39 habitaciones que ofrecen la envidiable vista a la Colonia Americana, y en su diseño pretenden rescatar el toque colonial y popular mexicano. Nadie se va sin visitar el restaurante Demetria, en el que se sirven recetas originales de los conventos antiguos.
Aprovecha tu visita
Para que tu paseo por esta urbe sea más provechoso, toma en cuenta la siguiente información:
– La exposición de arte contemporáneo Now, de Fundación Jumex, estará en el Hospicio Cabañas hasta el 8 de enero de 2010, y reúne a 80 artistas internacionales, con 140 piezas que exploran la modernidad.
– Para apreciar los edificios aledaños al Centro Comercial Andares, el Paseo VIP Andares ofrece recorridos breves en un carrito tipo safari, para visitar de cerca la torre Cube, de la catalana Carme Pinós, que además alberga la galería de arte contemporáneo Curro y Poncho.
– Los sábados, los peatones toman la calle en el Paseo Chapultepec, en el que hay talleres gratuitos infantiles, música al aire libre, además del tianguis nocturno, que ofrece libros antiguos y artesanías.
– El Hotel Demetria cuenta con una librería especializada, en la que hay ejemplares dedicados a la arquitectura jalisciense antigua y contemporánea.
Adriana López-Acosta/Jalisco
