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Bajo el nombre de “trastornos del aprendizaje” se engloban gran variedad de trastornos de causas diversas, cuya consecuencia, es el fracaso escolar con la respectiva huella emocional de frustración.

Habría que circunscribir la definición a los trastornos, por los que siempre se detecta un nivel de aprendizaje menor a lo que se considera “normal” para la edad del niño.

Abordar de forma adecuada una situación así, implica hacer la valoración del problema desde varias perspectivas: el nivel de la maduración de la psicomotricidad del niño en aspectos como la organización de su esquema corporal y lateralidad; su nivel de inteligencia; el desarrollo psicológico de su personalidad; las características de la estructura y de la dinámica familiar y su estado neurológico.

Así, se podrá evaluar la presencia o ausencia de dislexia, que es cuando hay una gran dificultad por distinguir las letras o grupos de letras, su orden y ritmo dentro de una palabra o una frase, con el consecuente problema para realizar el aprendizaje de la lectura.

La dislexia afecta al resto de aprendizajes; todo el comportamiento del niño disléxico es afectado por su problema de comunicación, por lo que hay que descartar alguna falla visual, auditiva o neurológica. Este problema, generalmente, va asociado a la disgrafía.

La disgrafía es un trastorno específico de la escritura por la que el niño presenta un nivel en el aprendizaje del escribir, significativamente menor al esperado para su edad y curso escolar.

Los signos más frecuentes que se suelen observar son inversión de sílabas, omisión de letras. Escribir letras en espejo, escritura continuada o con separaciones incorrectas. Esto está íntimamente relacionado con la lectura, lo que ocasiona al menos un sobreesfuerzo de atención y pocos resultados exitosos.

La discalculia es un trastorno específico del cálculo aritmético, que suele aparecer asociado a la dislexia, a la disgrafía y a trastornos de la atención.

Los signos más frecuentes que se suelen observar son: confundir los números o invertirlos, escribir los números en espejo de lo que se deriva la dificultad para los cálculos.

El trastorno por déficit de atención es uno de los más frecuentes y se presenta más en niños que en niñas. Aunque aparezca antes de los 4 años, lo que sucede en la mayoría de los casos, no se llega a detectar hasta el inicio de la escolaridad.

Los síntomas que aparecen con más claridad son movimientos de manos y pies frecuentes, que denotan inquietud; dificultad para permanecer sentado, así como para esperar turno; dificultad para mantener la atención centrada en actividades, sean o no de juego; distractibilidad ante cualquier estímulo; respuestas precipitadas, con un hablar en exceso; interrupción de las actividades de otros y sin escuchar lo que se le dice, dificultad en seguir las instrucciones que se le dan, pero no porque no las comprenda ni porque no quiera seguirlas; cambios con facilidad y frecuencia de actividad, sin acabar ninguna; frecuente pérdida de objetos necesarios para la realización de las tareas; tendencia a realizar actividades físicas peligrosas; trabajos escolares descuidados y generalmente inacabados, ya que el niño trabaja de forma impulsiva y desorganizada.

En algunos casos, otros trastornos como la depresión infantil pueden estar detrás de los problemas de aprendizaje. Un niño que hasta ese momento siempre había salido exitoso en sus aprendizajes y que de repente se muestra triste y un tanto retraído, podría hacernos sospechar de ello.

En todos los casos, el trastorno de aprendizaje debe ser tratado desde la raíz, desde la causa profunda, por un especialista. Proporcionar a padres y maestros asesoría sobre el trastorno que sufre el niño y maneras de afrontarlo, es un trabajo conjunto que suele dar muy buenos resultados.

Es altamente conveniente intervenir cuanto antes para que no aumente el problema.

Signos de los problemas que conducen al fracaso escolar:

Dislexia

-Dificultad para distinguir las letras o grupos de letras.

Disgrafía

-Inversión de sílabas

-Omisión de letras

-Escribir letras en espejo

-Escritura continuada o con separaciones incorrectas

Discalculia

-Confundir los números, invertirlos o escribir los números en espejo

TDA

-Movimientos de manos y pies frecuentes, que denotan inquietud

-Dificultad para permanecer sentado y esperar turno

-Dificultad para seguir instrucciones

-Cambios de actividad, sin acabar ninguna

-Frecuente pérdida de objetos

-Tendencia a realizar actividades físicas peligrosas

Depresión

-Tristeza

-Irritabilidad, llanto fácil y falta del sentido del humor

-Baja autoestima y aislamiento social

-Cambios en el sueño o la alimentación

Ramón Clériga