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Mientras unos padres se apresuraban a encontrar un lugar donde dejar a sus hijos esta mañana, debido a que en las Escuelas Públicas de Chicago

los maestros iniciaron una huelga

; otros padres, los de las escuelas charter, los dejaban como de costumbre a las 7:30 para iniciar el día escolar.

Esta mañana, tras acudir a la escuela de su nieta y darse cuenta que la huelga había iniciado, Maribel Rodríguez indicó que buscaría a alguien y pagaría para que le cuidaran a la niña, estudiante de segundo grado, ya que ella tenía que trabajar.

A pesar de ello, dijo que apoyaba a los maestros “ellos sólo buscan que las escuelas sean mejores, por el bien de los niños”, indicó la mujer frente a la primaria Carl Von Linne, 3221 N. Sacramento St, en el noroeste de la ciudad.

En el sitio los maestros se manifestaban, pero sin emitir comentarios, dijeron que el Sindicato de Maestros de Chicago (CTU) les recomendó no hablar sobre las negociaciones ni sobre sus opiniones.

“Este problema no es cuestión de dinero. Ellos están peleando principalmente para que los salones no tengan muchos estudiantes”, comentó Rodríguez, quien cuestionó el mensaje que según ella las autoridades están enviando.

“Nos dicen que por ley los niños deben de ser educados y atender la escuela, y obligan a los maestros a no trabajar, para ellos es duro no estar en el salón de clase”, dijo Rodríguez.

En tanto María Barrera se apresuraba para irse al trabajo, antes de ello hizo una parada en una guardería para dejar a su hija, también de segundo grado, la madre de familia comentó que la huelga le está perjudicando a los niños, pero justificó la causa.

“Deberían de subirles el salario”, dijo. “Si los están obligando a trabajar más tiempo, es justo que les paguen más”, dijo Barrera.

La escena era la misma en las principales avenidas de la ciudad y frente a las escuelas, maestros vistiendo playeras rojas de CTU, sosteniendo pancartas con el mensaje “Escuelas Públicas de Chicago, en huelga por un contrato justo”; y otros que decían “Padres y maestros unidos por nuestros niños”.

Algunos de los maestros incluso llevaban cargando a sus bebés o iban acompañados de sus hijos en edad escolar quienes también se unieron al movimiento y sostenían los carteles.

Las negociaciones

Y mientras los padres se las arreglaban para dejar a sus hijos en algún lugar seguro antes de irse a trabajar o perdían un día de trabajo para quedarse con ellos, los negociadores del Sindicato de Maestros y las Escuelas Públicas de Chicago reanudaban las negociaciones sobre un nuevo contrato laboral alrededor de las 10 am.

La falta de un acuerdo provocó que estallara la huelga.

Centros de contingencia

Muchos padres enfrentaron el dilema de dejar o no a sus hijos en uno de los

144 centros de contingencia que CPS estableció

para recibir y cuidar a los estudiantes entre las 8:30 am, y 12:30 pm.

Vicente Pérez, planeaba dejar a sus hijos de 4 ? y 6 ? grado, en la primaria de Ray William que fue designada como un centro de contingencia, y no pudo, contó que cuando pasaron frente a los maestros manifestándose, su hijo menor, Kalil, de 9 años se atemorizó y le pidió que no lo dejara allí.

Pérez se retiró del lugar con sus hijos, tenía que decidir si los llevaba a una iglesia o se quedaba con ellos en casa, de acuerdo con un reporte del diario

Chicago Tribune

.

Otro padre, dijo que dejar a su hijo de 7 años en una escuela en la que el niño no estaba familiarizado lo ponía nervioso.

John Harvey, acudió con su hijo Aiden, a la Disney Magnet School, uno de los centros de contingencia.

Sarah Vanderstow, la madre del niño indicó que le preocupaba dejar al niño de segundo grado en un lugar desconocido, pero en vista que su escuela la primaria Nettelhorst estaba cerrada, no tenían ninguna otra opción.

“No sé quiénes son estas personas, si lo estarán vigilando o no, eso me preocupa”, dijo. “Pero tengo que ir a trabajar y no podemos pagar por que lo cuiden en otro lugar”, agregó.

Harvey lo recogería a las 12:30 y lo llevaría al trabajo de su madre.

“Él va a tener que ir a trabajar conmigo hoy”, dijo Vanderstiow al Tribune.

Las escuelas abiertas

En las charter otro era el panorama porque los estudiantes sí tuvieron clases, pues sus maestros no pertenecen al Sindicato.

María Martínez, llegó pasadas las 7 am, con sus hijos y sobrinos a la primaria Carlos Fuentes UNO Charter, 2845 W. Barry Ave, y comentó “no apoyo una huelga. Los maestros sólo piensan en ellos, no consideran que están perjudicando a los niños. No quieren trabajar más, pero si quieren más dinero”, indicó Martínez.

La madre de familia dijo que tan pronto pudo, cambió a sus tres hijos de una escuela tradicional de CPS a una charter que llegó a su barrio, en el noroeste de la ciudad.

“Los maestros de CPS salían igual que los niños (de la escuela), si los padres quería tratar algún asunto con ellos después de clases no te atendía porque tenían que irse. No creo que merezcan más salario”, mencionó la mujer quien aseguró que “en las charter los maestros no están sindicalizados y hacen todo lo posible por ayudar a que todos los estudiantes alcances buenos niveles de aprovechamiento”. Y finalizó diciendo que “ni loca” regresaría a sus hijos a una escuela administrada directamente por CPS.

Al tiempo que indicó que en Chicago todas las escuelas charter están abiertas y sus estudiantes en sus salones de clase, Juan Rangel, director ejecutivo del Sistema de Escuelas UNO Charter, lamentó que más de 300,000 niños “están en las calles”.

“Por el bien de los niños, esperemos que se llegue a una solución pronto”, dijo Rangel, quien comentó que así como se ha designado al trabajo de los policías, bomberos, o controladores de vuelo como empleados con “funciones esenciales” que no pueden declararse en huelga, “los maestros deberían ser colocados en ese grupo” en vista que “los perjudicados van a ser los niños que no estarán recibiendo la educación que les corresponde”.