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ANDREW BURTON | GETTY
Andrew Burton / Getty Images
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NUEVA YORK –

El desigual reparto de ayuda, el intenso frío y la falta de gasolina han agravado en las últimas horas la situación de miles de familias de la región de Nueva York, que no cuentan hoy con luz ni calefacción y que incluso están sin casa tras el paso del ciclón Sandy.

Cinco días después del paso de Sandy, el despliegue de las autoridades, organizaciones benéficas y los voluntarios individuales sigue aumentando pero no es suficiente ante la amplitud de los daños, lo que ha hecho crecer la indignación ciudadana.

“Las autoridades deberían estar ayudándonos, pero nadie viene por aquí”, se lamentaba hoy un residente de una de las zonas del barrio de Queens más dañadas.

La pasada noche y esta madrugada las temperaturas rozaron los cero grados centígrados, pero la sensación térmica era aún peor debido al efecto del viento.

En algunas zonas de Staten Island, Queens, Brooklyn, Long Island y Nueva Jersey hay todavía 2.2 millones de abonados sin electricidad.

La Guardia Nacional y la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA) prosiguen con su programa de distribución de un millón de comidas preparadas, botellas de agua y otros suministros de emergencia.

La Cruz Roja y otras organizaciones benéficas públicas y privadas se han volcado en el envío de cocinas portátiles, mantas y material diverso a los lugares donde los residentes han perdido o sufrido daños graves en sus casas y siguen sin electricidad.

Incluso ha habido muchos ejemplos de ciudadanos que han cargado sus coches con comida o ropa para repartirlos directamente en las calles o llevarlos a centros locales de distribución.

Los canales de televisión locales están llenos de casos de este tipo, como el de una familia que se quedó literalmente con la ropa que llevaba puesta y cuyo hijo estaba en chanclas.

Al verlo, una ciudadana empacó ropa de abrigo para todos (incluyendo unos calcetines de invierno para el pequeño) y la llevó en persona.

“Necesitamos gorros y guantes, y cualquier tipo de ropa de abrigo”, señalaba la pasada noche el responsable de una iglesia de Staten Island, que ha organizado un sistema de almacenamiento y distribución de ayuda privada en el templo.

Sin embargo, la ayuda no llega aún a todas las zonas, en una región extensa donde sin coche es difícil desplazarse (además, hay poca gasolina) y sigue habiendo gente que camina por las calles en busca de comida.

El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, fue recibido hoy de forma airada por algunos residentes, claramente indignados por la que consideran una lenta respuesta de las autoridades, durante una visita a una zona de Queens.

Mientras tanto, la situación del transporte público mejoró hoy con la reapertura de nuevos tramos de la red de metro, pero la recuperación de la electricidad es lenta.

El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, quien ya había advertido a las empresas eléctricas que debían mejorar su funcionamiento si querían mantener la licencia del estado, afirmó este sábado que si estas compañías no están contentas con su aviso le da “igual”.

“Los ciudadanos están disgustados. Pagan sus facturas y quieren electricidad”, recalcó el gobernador.

La práctica totalidad del sur de la isla de Manhattan tiene ya electricidad, pero el suministro no volverá al resto de la ciudad hasta el día 11, y en otras zonas del estado o de Nueva Jersey podría hacerse esperar aún más.

Otro serio problema es la dificultad para el suministro de gasolina, ya que muchas personas dependen del combustible no solo para desplazarse y trabajar, sino para alimentar los generadores eléctricos domésticos.

Cuomo anunció hoy el despliegue de camiones militares de reparto de gasolina por la Gran Manzana para distribuir directamente a los automóviles, con un límite de 10 galones (38 litros) por vehículo.

En Nueva Jersey, el gobernador Chris Christie decretó la pasada noche que en una docena de condados del norte se limitará el suministro de gasolina en función del último número de la placa de matrícula y del día del mes (pares e impares).

En toda la región, las colas en las gasolineras se han extendido durante varias horas.

Una estación de servicio de la Primera Avenida tenía la pasada noche una fila de trece calles de extensión, y esta mañana un coche de la policía anunciaba por su megáfono a los conductores que hacían cola que ya no quedaba suministro.

“Llevo desde las cuatro de la mañana haciendo fila”, se lamentaba, a las 9:30 am hora local, un conductor con un canal local de televisión mientras por fin podía repostar.

En Washington, la Agencia de Logística de Defensa anunció que comprará 27.7 millones de litros de gasolina y diesel para enviar a las zonas más afectadas y complementar la acción del sector privado.

Las autoridades insisten en que la situación mejorará para el lunes con la llegada en marcha de suministros por barco y oleoducto.