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CLEVELAND, OHIO –

Pensándolo bien, había ciertos indicios de un lado oscuro en Ariel Castro, el sospechoso de secuestrar a tres muchachas y mantenerlas cautivas durante casi una década en Cleveland.

Divorciado hace años y nunca visto en compañía de una mujer, Castro de repente comenzó a aparecer en el barrio principalmente latino y de clase trabajadora con una niña de 6 años. Era la hija de su novia, explicó a los vecinos.

Aunque en teoría vivía solo, a la hora del almuerzo Castro solía llevar a su casa suficiente comida rápida y bebidas para varias personas.

Pese a recibir calificaciones de “excelente” en sus informes de trabajo, el ex conductor de autobuses escolares de 52 años había sido sancionado repetidamente. En cierta oportunidad fue acusado de llamar “zorra” a un estudiante y dejarlo solo en un autobús.

Esos incidentes finalmente llevaron a su despido en noviembre pasado.

Castro fue arrestado en 1993 tras una denuncia por violencia doméstica, aunque un gran jurado decidió no acusarlo.

Familiares, amigos y vecinos quedaron conmocionados cuando la policía rescató el lunes a las tres mujeres encerradas en la casa de Castro y encontró a una niña de 6 años que, según la policía, habría nacido en cautiverio. Las tres mujeres, que hoy tienen 32, 27 y 23 años, desaparecieron entre 2002 y 2004.

Castro y dos de sus hermanos, Onil, de 50 años, y Pedro, de 54, fueron puestos el lunes bajo custodia y deben ser acusados en un plazo de 36 horas.

“Puede ser que estuviera ocultando una personalidad, porque si esto ha pasado tendrías que tener dos personalidades”, dijo Julio César Castro, de 77 años, tío de los hermanos arrestados y propietario de la tienda de comestibles Caribe, a media manzana de la casa de Ariel.

Durante años, sus vecinos en la avenida Seymour lo veían como una persona amistosa pero reservada, un músico competente que tocaba el bajo en bandas latinas como Borin Plena y el Grupo Fuego. Le gustaban las motos y asistía a barbacoas del barrio en un terreno desocupado de la avenida Seymour.

Castro era un mecánico autodidacta al que le encantaba hablar sobre coches.

El sospechoso es propietario de una casa normal de dos plantas de una zona desvencijada de Cleveland con un valor calculado en 13,200 dólares en 2011, según registros de la propiedad. Las ventanas estaban cubiertas, para bloquear la vista desde el exterior.

Un amigo de la infancia dijo que una sesión musical con Castro, que nació en Puerto Rico, de repente se volvió extraña.

“Ariel estaba en mi garaje hace probablemente cinco o seis años. Estábamos grabando una canción, una idea que teníamos: un poco de hard rock con algo latino”, dijo Joe Popow, de 45 años, quien dijo conocer a los hermanos Castro desde la infancia.

“Y -te vas a reír- dijo que estaba en la CIA”, contó Popow. “Y no sé si estaba bromeando o no, pero es la forma en que lo dijo, la seriedad con la que lo dijo. No sabía de qué era capaz. Eso me puso a la defensiva y comencé a alejarme”.

Profundamente reservado durante años, Ariel Castro fue visto recientemente llevando a una niña al parque y a la zona de juegos de un restaurante McDonald’s, según los vecinos.

Uno de los vecinos, Israel Lugo, de 39 años, dijo que era la misma niña pequeña que estaba en brazos de una de las mujeres secuestradas, Amanda Berry, cuando fueron liberadas de la casa de Castro. Lugo estaba allí para ver cómo abandonaban la casa, dijo.

“Le he visto con la niña pequeña una o dos veces. Dijo que era la hija de su novia”, comentó Lugo, un contratista de tejados autónomo.

Cuando familia y amigos de Gina DeJesus, una de las mujeres secuestradas en Cleveland, celebraron una vigilia el mes pasado para recordar los nueve años desde su desaparición, Castro fue uno de los que acudió, dijo un vecino.

“Vino a una vigilia y actuó como si todo estuviera bien”, dijo Anthony Quirós, de 24 años, que vivía junto a la casa de Castro.

Lugo dijo que su hermana vio en una ocasión a Castro aparcar su autobús escolar delante de su casa y entrar con una bolsa grande de comida y una bandeja de bebidas. Su madre llamó a la Policía, que simplemente aconsejó a Castro que no aparcara su vehículo allí, según Lugo.

Castro fue conductor de autobús del distrito escolar de Cleveland durante años, llevando niños desde edad preescolar a varios colegios de la ciudad.

Fue despedido de ese trabajo el 6 de noviembre de 2012, después de un cuarto incidente que resultó en una acción disciplinaria, según documentos difundidos por el distrito escolar.

En el incidente más grave, un testigo dijo a investigadores que en enero de 2004 Castro salió de la primaria Wade Park con un niño sentado en el autobús y condujo hasta un restaurante Wendys, según los documentos. El género y la edad del niño no se especificaron.

“Echate, zorra”, dijo Castro según el testigo. Después dejó solo al estudiante en el autobús y entró al restaurante a comprar comida.

Los servicios sociales investigaron la denuncia, pero concluyeron que no se podía demostrar. De todas formas, Castro fue temporalmente suspendido por el distrito escolar.

Castro fue arrestado el 27 de diciembre de 1993 por una denuncia de violencia doméstica y se le impuso una fianza de 10,000 dólares, pero el caso fue desestimado cuando el gran jurado rechazó condenarle.

“Después de que pasó todo esto, pienso ‘Dios mío. ¿Cómo no me di cuenta?'”, dijo Popow, el amigo de la infancia de los Castro. “Esta persona ha venido a mi casa. Ha estado en mi garaje. Tengo una hija de la misma edad”.

–Reuters

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