El superintendente de Policía de Chicago, Garry McCarthy consideró que fue un “milagro” que nadie resultara muerto cuando uno o más pistoleros abrieron fuego con un rifle de asalto mientras se desarrollaba un partido de baloncesto en el Cornell Square Park en el barrio de Back of the Yards, al sur de Chicago.
Durante el tiroteo registrado la noche del jueves, 13 personas resultaron heridas, entre ellas un niño de 3 años.
Una fuente policial le dijo al diario
que el tiroteo se debe a peleas entre pandillas rivales, los Black P. Stones y los Gangster Disciples.
McCarthy dijo que había pandilleros entre las víctimas. El parque se encuentra en una zona considerada por la Policía como una “zona de alto conflicto entre pandilla”, pero no está catalogada como zona de alto impacto por la criminalidad.
En conferencia de prensa, McCarthy dijo que están hablando con varias personas pero que ninguna de ellas se encuentra bajo custodia.
Sin embargo, el concejal Willie Cochran (20th), dijo antes de la conferencia que la Policía le informó que tenía a una “persona de interés”, reportó el diario
.
El superintendente de Policía una vez más renovó su llamado a la legislatura a impulsar una prohibición de armas de alto poder “un arma de uso militar en las calles de Chicago es simplemente inaceptable”, dijo el superintendente.
“Es un milagro que no haya habido ninguna víctima mortal”, agregó. “Las armas ilegales. Armas de fuego ilegales, conducen a violencia”, añadió.
La Policía dijo que no podía determinar el número de agresores, especuló que pudo ser de uno a tres; las autoridades dijeron que el hecho se encontraba bajo investigación.
Lo cierto es que al menos un hombre armado se acercó a la cancha de baloncesto de la cuadra 1800 W. 51st St., alrededor de las 10:15pm, y abrió fuego. Trece de las personas que se encontraban en la cancha o que observan el juego resultaron heridas, muchos en los brazos o las piernas.
