CHICAGO-
No, no estamos en México. Pero esa “controversia” que la “señorita Laura” quiere armar atacando a una PERIODISTA como Carmen Aristegui, se puede asociar con cualquiera que se jacte de ser comunicador.
También es el reflejo de un mal, de un gran vicio y error en los medios de comunicación: No, no necesitamos estrellas,
, que puedan establecer un diálogo, estemos o no de acuerdo.
Y si queremos payasos, vayamos al circo.
La conductora peruana a la que Televisa, la empresa de medios más poderosa en Latinoamérica y claro, en EEUU, tiene como uno de sus “talentos estelares”, es la personificación de todos los pecados capitales que pueda tener alguien que se jacte de ser personalidad de los medios.
Se aprovechó de la desgracia humana de los damnificados en Acapulco, Guerrero, por el huracán Manuel. Se aventó (en este caso, Televisa) una súper producción donde, en su programa, en exclusiva, con helicóptero en pleno vuelo , ayudaba a los necesitados, ella, “Laura de América, Laura de todos”.
Y ahora, la Bozzo, contesta,
se defiende de los comentarios
de una periodista con trayectoria, con peso como es Carmen Aristegui. La reta. Le dice que “le tiene miedo”. Claro, Aristegui no se presta, ni se prestará a su circo,
Y a Laura hay que decirle, que no ofenda la profesión del periodismo, que no la llene de lodo, que no ofenda a México, que no lucre con la desgracia humana, que no ofenda al género femenino.
En serio. La broma se cuenta sola. No hay punto de comparación entre Bozzo y Aristegui. No tienen nada en común. Vaya, una es natural, auténtica, la otra… bueno, sólo hay que verle la cara.
¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo los falsos comunicadores seguirán cayendo en el juego de querer ser figuras, divos, tocados, poseedores de algo que no deben tener?
Lector, televidente: Usted, de nuevo, tiene el poder, tiene el control. Demande cosas mejores. Hable.
Y por favor, no crea en falsos Mesías ni en merolicos de feria.
