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El turismo en Cuba es la tercera fuente de ingresos para el país con 2,500 millones de dólares anuales. Las divisas representan para la isla, según estudios, 2,700 millones. ADALBERTO ROQUE | GETTY
ADALBERTO ROQUE / AFP/Getty Images
El turismo en Cuba es la tercera fuente de ingresos para el país con 2,500 millones de dólares anuales. Las divisas representan para la isla, según estudios, 2,700 millones. ADALBERTO ROQUE | GETTY
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Por Carlos Batista

LA HABANA – El muro político que ha separado durante medio siglo a los cubanos de la isla y de la diáspora en Miami se derrumba bajo el triple efecto de las remesas familiares, los negocios privados y las flexibilidades migratorias, según señalan estudios y analistas.

El flujo de viajeros entre ambas orillas del Estrecho de Florida -que separa las costas de Estados Unidos y Cuba- alcanzó un nivel récord, mientras la eliminación de trabas legales favorece el reencuentro de familias y estimula negocios privados en la isla con capitales de parientes emigrados.

Cuba y Miami -donde viven millón y medio de cubanos emigrados- “hoy tienen más relaciones de todo tipo que las que nunca han tenido”, dijo el ex diplomático y profesor universitario Carlos Alzugaray.

“El flujo monetario y humano es grandísimo. Se puede pensar hasta en la formación de una miniregión transnacional como la que existe entre Singapur y partes de Malasia y Tailandia”, añadió Alzugaray.

El presidente Raúl Castro abrió las pesadas puertas migratorias de Cuba en enero de 2013 y en agosto el gobierno de Barack Obama amplió las visas de turismo a los cubanos, otorgándoles por primera vez visados para visitas múltiples por cinco años.

La reforma migratoria, que eliminó los engorrosos permisos de salida de la isla, elevó los viajes de cubanos al exterior a 300,000 en 2013, 40% más que en 2012.

Washington concedió 19,500 visas de turismo a cubanos el último semestre, 27% más que en igual período del año anterior, y el 90% de ellas eran múltiples, según la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana.

Además, entregó 11,250 visas para emigración definitiva, 12% más de lo estipulado en los acuerdos de 1994-1995 entre estos dos países que carecen de relaciones diplomáticas y viven enfrentados por disputas políticas desde hace más de 50 años.

También aumentaron los viajeros desde Estados Unidos a Cuba, alcanzando un récord de 173,550 en el primer trimestre de 2014 (9% más que el trimestre anterior), según The Havana Consulting Group, de Miami. La mayoría eran cubanoamericanos.

Las reformas de Castro han dado impulso además a los negocios privados, que se han favorecido también por la decisión de Obama de eliminar las restricciones para que los cubanoamericanos envíen dinero a sus familias o visiten la isla, aunque sigue vigente el embargo económico estadounidense sobre Cuba.

“Se calcula que más del 50% de los nuevos negocios abiertos en Cuba cuentan con participación de una u otra manera de capital de familiares o amigos residentes en Estados Unidos”, dijo Jorge de Armas, analista de Cuban Americans for Engagement, de Miami.

Buena parte de los negocios privados son restaurantes; sólo en La Habana ahora hay unos 400.

En 2013 llegaron a Cuba 2,700 millones de dólares en remesas en efectivo, de ellas 2,500 millones desde Estados Unidos, y una cantidad similar en especies (equipos electrónicos, electrodomésticos, muebles, ropa), según The Havana Consulting.

Las remesas familiares son ahora la segunda fuente de divisas de la isla, detrás de la exportación de servicios profesionales (10,000 millones de dólares) y por encima del turismo (2,500 millones).

Los viajes y el contacto con otras sociedades han permitido a muchos cubanos adquirir nuevas ideas y conocer otros estilos de vida.

“Desde el ámbito social han aportado capacitación y transmisión de ideas y, desde lo cultural, han sido manifestación de transmisión de elementos identitarios, valores y estilos de vida, de un lugar hacia otro”, escribió la socióloga cubana Denisse Delgado en un estudio para la Universidad Católica de San Antonio, España.

Los entrevistados en este estudio expresaron que los viajes constituyen “una oportunidad para aprender y regresar con nuevas experiencias a implementar en el negocio”, dijo Delgado, académica del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas de Cuba.

La conjunción de viajes, remesas y negocios permite que coincidan por primera vez en medio siglo los intereses de los cubanos de ambas orillas del estrecho de Florida, según De Armas.

Son “un agente de acercamiento de dos modos de vida diferentes” que “está siendo en la práctica un motor para la reconciliación nacional, haciendo coincidir intereses”, aunque “hay un sector anclado en las viejas políticas contra el gobierno cubano empeñado en que cualquier acercamiento es una ayuda para el régimen” comunista, advirtió De Armas.

Aunque con tropiezos, este proceso parece “irreversible”, según Alzugaray: “No seremos menos nacionalistas, pero sí más diversos”.