CHICAGO
– Virginia Hernández dijo que en los 20 años que ha residido en el vecindario de La Villita no recuerda haber visto circular un taxi sobre la Calle 26, la segunda en generación de impuestos a la venta para la ciudad de Chicago.
“Se muere uno si tiene una emergencia porque aquí no hay taxis”, dijo Hernández, de 50 años, quien caminaba por esa calle un día caluroso y húmedo de julio.
Hernández hacía eco a las opiniones de vecinos sobre la falta de taxis en esa parte de la ciudad, una de las más pobladas del municipio.
Según la oficina del Censo, en 2010, esa comunidad contaba con más de 79,000 habitantes, y más del 82 por ciento era de origen hispano.
María Castañeda, otra vecina, dijo que afortunadamente en los cinco años que ha vivido en ese vecindario no ha tenido ninguna emergencia por lo que no le ha tocado llamar a un taxi.
Sin embargo, Castañeda, de 35 años, dijo que en caso contrario, no sabe qué haría debido a que no conduce y los autobuses no son una opción durante una emergencia.
Jaime DiPaulo, presidente de la Cámara de Comercio de La Villita (LVCC), dijo que aunque esa comunidad cuenta con transporte público, es desatendida por la industria del taxi, y agregó que una emergencia podría costarle a una familia entre $4,000 y $5,000 por concepto de ambulancia.
“Si tenemos una emergencia (vehicular), aquí lo taxis no vienen. Se pierden de mucho porque aquí viven miles de personas y no tenemos acceso a taxis en caso de una emergencia”, según DiPaulo, quien indicó que en ocasiones, algunos usuarios tienen que mentir y decir que van al Aeropuerto O’Hare para que los lleven.
DiPaulo aseguró que en ocasiones le ha tocado manejar para personas que visitan a la Cámara de otras ciudades de Estados Unidos o de México.
Precisamente para buscar una solución a la falta de taxis en esa área, Uber Chicago y LVCC realizaron un taller de reclutamiento la semana pasada en las instalaciones de la Cámara.
DiPaulo indicó que la idea del taller era darle empleo a residentes del área. “Obviamente (Uber) necesitan gente que hable español para darle buen servicio al público”, y de paso ayudar a esa área tan necesitada de taxis, consideró.
Por su parte, Chris Taylor, gerente general de Uber Chicago, dijo que la empresa cuenta con socios de ese vecindario.
“Una de las cosas que nos emociona más es ser el chófer privado de todos, y cuando decimos todos queremos decir todos, y puedes verlo en el hecho de que el 40 por ciento de los viajes inician y terminan en un vecino desatendido”, según Taylor, quien agregó que el ser socio de Uber representa convertirse en su propio jefe, trabajar su propio horario y de manera flexible cuando lo desee, y “el socio promedio gana el doble del salario mínimo, alrededor de $16 por hora”.
Según Taylor, para ser socio de Uber sólo se necesita un auto de cuatro puertas, de menos de 10 años de antigüedad, llenar una solicitud y pasar una prueba de antecedentes.
El conductor tiene su seguro y Uber cuenta con un seguro corporativo de un $1 millón de cobertura para el chofer, aseguró Taylor.
Mike Levin, CEO de la empresa de taxis Yellow Cab, indicó que, en comparación con otras compañías de taxi, ellos tienden a tener más penetración en áreas desatendidas.
Intentamos obtener reacciones de otras compañías de taxis como Checker, Flash, Dispatch Taxi Affiliation, American United, Chicago Carriage Cab Co. y Blue Ribbon Association, pero hasta el cierre de está edición ninguna de ellas respondió para comentar a los alegatos de que desatienden esa u otras comunidades.
Levin añadió que la respuesta a la falta de servicio no es aumentar la circulación de vehículos no inspeccionados con conductores sin seguro vehicular adecuado, los cuales no son sometidos a revisión de antecedentes penales o de sus huellas dactilares.
“La respuesta es permitir a conductores y vehículos con licencia legítima (taxis y taxistas) hacer lo que a las compañías que comparten viajes (ride sharing) les permiten hacer”, según Levin, al referirse a aumentar el precio a la hora pico y aceptar dinero en efectivo, lo cual les ayudaría a proveer “un servicio más eficiente”.
Taylor respondió que “somos muy firmes en que todos tengan más acceso y más opciones de transporte y estamos muy emocionados de ser socios de la Cámara y ayudar a llevarlos (a residentes)”.
Por su parte, Castañeda dijo que de llegar el momento ella si usaría el servicio de Uber.
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