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Por Lucía Leal

WASHINGTON – Con un nuevo discurso lleno de agudas críticas a los republicanos, el presidente de EEUU, Barack Obama, cerró hoy una visita de dos días a Texas que ha estado marcada por la crisis migratoria en la frontera, su decisión de esquivar esa zona y el debate sobre qué medidas tomar para resolver la situación.

Desde que programó el viaje de Obama a Texas, la Casa Blanca ha insistido en que no estaría centrado en la crisis generada por la llegada masiva de niños centroamericanos a la frontera sur de EEUU, y el mandatario evitó hoy mencionar ese problema durante un discurso de marcado tono electoral en la ciudad de Austin.

“Lo mejor que se puede decir este año de los republicanos es que no han forzado todavía el cierre del Gobierno. Pero sólo es julio”, dijo Obama, al insistir en un discurso con el que confía cosechar votos para los candidatos demócratas en las elecciones legislativas de noviembre.

El mandatario cumplió así su objetivo de recaudar fondos para los demócratas, resaltar los logros económicos de su Administración y condenar a la oposición en un estado mayoritariamente afín a los republicanos, pero también dedicó gran parte de su energía a la crisis, que tiene como escenario principal el suroeste de Texas.

En una larga conferencia de prensa después de conversar sobre la crisis con el gobernador de Texas, el republicano Rick Perry, y otros funcionarios en Dallas, Obama urgió el miércoles al Congreso a solucionar el problema en la frontera al aprobar su petición de 3,700 millones de dólares más para vigilancia y ayuda humanitaria.

Pero ese llamado se encontró hoy con el escepticismo del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, que pidió al presidente un plan más completo para hacer frente a la llegada de unos 52,000 niños indocumentados en los últimos 10 meses.

“No vamos a darle al presidente un cheque en blanco. Por lo demás, estamos esperando más conversaciones con los miembros (del partido republicano) antes de tomar ninguna decisión” sobre la petición de 3,700 millones, afirmó Boehner en su conferencia de prensa semanal.

“Éste es un problema que el propio presidente ha generado. Lleva cinco años y medio siendo presidente. ¿Cuándo va a asumir responsabilidad por algo?”, sentenció el líder republicano.

Boehner se pronunció así incluso después de que Obama dejara el miércoles la puerta abierta a enviar a la frontera a la Guardia Nacional, tal y como ha pedido el líder republicano, si ese partido se decide a aprobar su petición de fondos.

Durante su conferencia de prensa del miércoles, Obama también defendió su decisión de no visitar la frontera porque ya está informado al detalle de la situación allí y no está “interesado en oportunidades de foto, sino en resolver un problema”.

No obstante, esa explicación no ha acallado las críticas de muchos republicanos, como las del senador por Texas John Cornyn, que lamentó hoy que Obama “prefiera pasar tiempo con donantes a campañas y otros simpatizantes suyos, que interactuar con quienes están directamente afectados por sus políticas”.

También el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, denunció hoy que “en lugar de dedicar unos pocos minutos a ver por sí mismo la situación en la frontera”, Obama haya decidido que es “más importante hacer campaña” para las legislativas.

Funcionarios de la Casa Blanca citados este jueves por la cadena CNN explicaron que consideran que los republicanos habrían criticado a Obama tanto si decidía visitar la frontera como si no, y no descartaron que el presidente pueda desplazarse allí próximamente.

Mientras tanto, un día después de argumentar que aprobar una reforma migratoria podría haber “prevenido” el problema provocado por la llegada de los niños centroamericanos, Obama volvió a abogar hoy por esa legislación.

“(El ex presidente) Ronald Reagan aprobó una reforma migratoria. Y ustedes (los republicanos) aman a Ronald Reagan. Hagamos esto juntos”, indicó el presidente en Austin.

Obama anunció la semana pasada que tomará acciones ejecutivas para arreglar “lo máximo posible” el sistema migratorio del país, después de que la mayoría republicana en la Cámara de Representantes se negara a votar este año la reforma migratoria.