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El sistema penal estadounidense cuenta con un instrumento conocido como “plea bargaining”, que pudiera traducirse como “entrar en negociaciones”. El uso de éste presenta la posibilidad de que el delincuente y su abogado lleven a cabo arreglos con la fiscalía para que un supuesto delincuente sea acusado por delitos más leves de los que cometió o, en aquellos casos en que ha sido ya condenado, se reduzca su sentencia, pero siempre condicionado a dos situaciones: Que el delincuente proporcione información valiosa que ayude a las agencias del orden a realizar acciones de importancia contra la criminalidad; y que, cuando la persona no ha sido juzgada, se declare responsable en la forma en que se acordó en la negociación, esto para proporcionar al juez elementos de prueba para imponer sentencia.

Un ejemplo de esto pudiera ser el caso de un defraudador que es descubierto y éste ofrece al fiscal proporcionar información sobre una organización que se dedica al lavado de dinero del crimen organizado y, a cambio de esto, obtener una sentencia leve que le permita salir de prisión en poco tiempo o incluso no ir a prisión a cambio de penas distintas como el arresto domiciliario o trabajo comunitario.

Esta es una práctica muy común en Estados Unidos y un gran porcentaje de los casos penales se resuelven a través de este tipo de negociaciones. Las autoridades del sistema criminal estadounidense tienen gran experiencia ya en este ámbito y me llama la atención la situación de Édgar Valdez Villarreal, alias “La Barbie”, quien hace unos cuantos días decidió declararse culpable ante una corte en Atlanta después de que en sus primeras comparecencias se había declarado no culpable. Me pregunto si esto no tendrá alguna relación con la la aplicación del “plea bargaining” a su caso y la detención del conocido narcotraficante Joaquín “El Chapo Guzmán Loera.

“La Barbie” tenía una fuerte conexión con el grupo criminal comandado por Arturo Beltrán Leyva y posteriormente con Guzmán Loera, lo que le dio un amplio conocimiento sobre las estructuras criminales mexicanas y su extensión internacional. Luego de varias décadas de carrera delincuencial, “La Barbie” fue detenido el 30 agosto 2010 por las autoridades mexicanas.

Estados Unidos solicitó a México la extradición de “La Barbie” pues éste era acusado ante diversas cortes por delitos relacionados con la delincuencia organizada. Sin embargo, la extradición se detuvo con motivo de los recursos legales que la defensa de esta persona interpuso ante el Sistema de Justicia mexicano. Es pertinente aclarar que debido a la cantidad de recursos que se pueden interponer en estos casos y a la lentitud de la justicia mexicana, una orden de extradición puede prolongarse por años, como sucedió en el caso que se comenta.

En México varias veces se informó a los medios la inminente extradición de “La Barbie”, sin que esto sucediera. Así se ve que en septiembre de 2013 las autoridades dieron a conocer que un Tribunal Federal Mexicano había dado por concluido el amparo interpuesto por esta persona en contra de la orden de extradición; sin embargo, Valdez Villarreal permaneció en México, pues en abril de 2015 se informó de un nuevo recurso que impedía que esta persona fuese trasladada a EEUU para ser juzgado por la justicia de ese país.

Como es conocido, “El Chapo” fue detenido en febrero de 2014 e internado en la prisión federal de alta seguridad en el altiplano conocida como “Almoloya”; en su detención de más de año y medio, Guzmán Loera convivió continuamente con Valdez Villarreal, inclusive

sus celdas eran contiguas

. Pero esa convivencia no duró más debido a que Guzmán Loera escapó de esa prisión el 11 julio 2015.

Tres semanas después,

Valdez Villarreal fue extraditado

, concluyendo con esto un proceso que había iniciado cinco años antes y que implicó una gran cantidad de recursos legales que fueron alargando en el tiempo la entrega de este criminal a las autoridades estadounidenses.

Fue hasta el 9 de octubre de 2015 que “La Barbie” fue presentado ante una corte en Atlanta y en su comparecencia ante el juez es se declaró no culpable, pero el caso dio un giro de 180 grados pues el 6 de enero de este año, comparece nuevamente y se

declaró culpable

de los delitos de asociación Ilícita para importar y distribuir cocaína y participación en actividades de lavado de dinero. Dos días después de esto, “El Chapo” fue aprehendido en México por elementos de la Marina.

Esta línea de tiempo presenta dos coincidencias: Después de años de batallas legales y poco después de la fuga de Guzmán Loera, Valdez Villarreal es extraditado; la otra coincidencia se da entre la declaración de culpabilidad en EEUU y la aprehensión de “El Chapo”.

De ahí surgen las dudas ¿Aceptó “La Barbie” ser extraditado a EEUU por temor a represalias de “El Chapo” y aceptó un acuerdo con la fiscalía en EEUU para obtener una sentencia leve por sus delitos, a cambio de información valiosa para la detención de Guzmán?

La respuesta queda en el aire. Lo que sí es un hecho es que en noviembre de 2012, “La Barbie” dijo a la periodista Anabel Hernández que el entonces presidente de México, Felipe Calderón, intentó negociar con los narcotraficantes de ese país, a través del militar Mario Arturo Acosta Chaparro y Juan Camilo Mouriño, secretario de Gobernación, y que entre los que se entrevistaron con estas autoridades se encontraba Guzmán Loera. También le informó de la corrupción que campeaba en ese tiempo en el sistema de seguridad en México cuyo titular, Genaro García Luna, recibía grandes cantidades de dinero por parte del crimen organizado.

La realidad es que existe una estructura delincuencial en México que controla el tráfico de drogas y otras actividades criminales de alto nivel en más de 50 países en el mundo y que implica un negocio de miles de millones de dólares al año, por lo que la detención de Guzmán Loera no implica mayores consecuencias, pues la delincuencia mexicana seguirá operando porque es un gran negocio y ese país seguirá siendo su sede matriz, porque es en donde las autoridades, los empresarios y los políticos se encuentran coludidos con esa mafia, sea por acción o por omisión.

Contrario a lo que dijo Enrique Peña Nieto, presidente de México, no hay ninguna “misión cumplida”. Falta mucho por hacer, pero sobre todo falta una verdadera voluntad de hacer lo que hace falta.

-Oscar Müller Creel es doctor en Derecho, catedrático y conferencista. Puede leer sus columnas en

www.oscarmullercreel.com