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Tres camionetas deportiva pasan por el control de carretera de Narrows, cerca de Burns, Oregon, mientras agentes del FBI rodean a los cuatro ocupantes que quedan en el refugio de vida silvestre Malheur, el miércoles 10 de febrero de 2016. Los cuatro son los que quedan de un grupo de personas armadas que tomó el recinto federal el 2 de enero como protesta por el control federal de tierras públicas..  (Thomas Boyd/The Oregonian via AP)
Thomas Boyd / AP
Tres camionetas deportiva pasan por el control de carretera de Narrows, cerca de Burns, Oregon, mientras agentes del FBI rodean a los cuatro ocupantes que quedan en el refugio de vida silvestre Malheur, el miércoles 10 de febrero de 2016. Los cuatro son los que quedan de un grupo de personas armadas que tomó el recinto federal el 2 de enero como protesta por el control federal de tierras públicas.. (Thomas Boyd/The Oregonian via AP)
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PORTLAND, Oregon, EE.UU. (AP) – El FBI rodeo a los últimos cuatro ocupantes de un refugio de vida silvestre en Oregon el miércoles por la noche, mientras los atrincherados en el recinto discutían con un negociador y gritaban a los agentes de seguridad en los vehículos blindados que se retirasen.

El tenso pulso entre los agentes de seguridad y los cuatro ocupantes podía seguirse a través de internet por una línea abierta retransmitida en directo por un conocido de uno de los ocupantes, David Fry.

Fry, de 27 años y procedente de Blanchester, Ohio, hablaba cada vez más alterado y gritaba sin cesar, en ocasiones de forma histérica, con lo que se dijo era un negociador del FBI.

“Ustedes van a matarme. Mátenme. Acaben con esto”, dijo. “Somos gente inocente acampada en unas instalaciones públicas y ustedes van a asesinarnos”.

“La única manera en la que vamos a salir de aquí es muertos o sin cargos”, dijo Frym que empleó términos malsonantes para decir al FBI que se marchara de Oregon.

El grupo estaba rodeado por vehículos blindados, indicó Fry.

Una legisladora de Nevada, Michele Fiore, llamó para intentar tranquilizar a los ocupantes. Fiore les dijo que sólo podría ayudarles si se mantenían con vida.

“Les necesito vivos”, dijo la republicana, miembro de la Asamblea de Nevada y que antes el miércoles estuvo en portland para expresar su apoyo a Ammon Bundy, el encarcelado líder de la ocupación.

Fry y los otros tres ocupantes son los que quedan de un grupo de personas armadas que tomó el refugio Malheur de vida silvestre el 2 de enero para oponerse a las normas federales sobre el uso del terreno público. Los otros tres son Jeff Banta, de 46 años y procedente de Elko, Nevada y el matrimonio Sean y Sandy Anderson, de 48 y 47 años, respectivamente, y procedentes de Riggins Idaho.

Greg Bretzing, agente especial a cargo del FBI en Oregon, indicó en un comunicado que la situación había alcanzado un punto en el que “era necesario tomar medidas” para asegurar la seguridad de todos los implicados.

Los cuatros permanecieron en el lugar pese al arresto del líder del grupo, Ammon Bundy, y otras seis personas el 26 de enero en una carretera remota fuera del refugio.

Después de que el grupo se viera rodeado, Sandy Anderson dijo: “Nos están amenazando. Se están acercando. Rezo porque haya una revolución si esta noche morimos aquí”.

En la línea de audio abierta en internet, su marido, Sean Anderson, dijo que “no dispararemos hasta que nos disparen. No hemos infringido ninguna ley, vinimos aquí a reconocer nuestros derechos constitucionales. Ayúdennos”.

Los ocupantes dijeron haber visto francotiradores en una colina y un dron.

El sitio se producía en el 40mo día de la ocupación iniciada por Ammon Bundy y sus seguidores para protestar contra la gestión federal de terrenos públicos y por las condenas de prisión de dos rancheros locales por delitos de incendio provocado.

Bundy fue detenido el 26 de enero cuando él y otros miembros destacados de la ocupación viajaban a la localidad de John Day. Otras cuatro personas fueron detenidas en la confrontación, en la que murió por disparos el portavoz del grupo, Robert “LaVoy” Finicum. El FBI dijo que Finicum estaba extendido la mano hacia un arma.

La mayoría de los ocupantes huyeron del refugio después de eso. Las autoridades rodearon después la propiedad y añadieron a los que permanecían dentro a una orden judicial que acusaba a 16 personas conspiración para interferir con trabajadores federales.

Al principio, Bundy instó a los que quedaban a que se fueran a casa. Pero en respuesta a la acusación del jurado de instrucción adoptó un tono más desafiante desde la cárcel.

“Tomar el refugio no sólo era nuestro derecho, era el deber de la gente”, afirmó en una grabación publicada por su familia el 4 de febrero.

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La periodista de AP Lisa Baumann contribuyó a este despacho desde Seattle.