CHICAGO_ Que el musical romántico “La La Land” haya recibido 12 nominaciones a los Critics’ Choice Awards augura que este, el tercer filme del director Damien Chazelle, será uno de los más destacados en la temporada de premios de la industria.
Protagonizado por Emma Stone y Ryan Gosling -en su tercer filme juntos- narra la historia de Mia (Stone), una de tantas aspirantes a actriz que se mudan a Los Ángeles en busca de lograr el sueño de ser estrella de Hollywood y que en tanto, se gana la vida como mesera o “barista”.
Del otro lado está Sebastian (Gosling) un pianista de jazz que se mantiene tocando en fiestas o restaurantes, pero que es un virtuoso de la música y amante del jazz. Él sueña con abrir un club donde realmente le pueda rendir un tributo y espacio al jazz en su más pura expresión.
Mia es soñadora, Sebastian escéptico, lo que los hace la pareja idónea para un romance memorable.
Mientras avanzan en sus sueños y metas profesionales, tendrán que tomar decisiones drásticas.
¿Podrán seguir sus sueños y salvar su amor? Eso lo tiene que ver la audiencia. Lo que sí es seguro es que la obra de Chazelle -que ya nos entregó la intensa “Whiplash” (2014)- enamora con su música su trama, la química innegable entre Stone y Gosling y el simple hecho de disfrutar de un filme romántico.
“Es una película que traté hacer durante mucho tiempo, un proyecto soñado; estaba influenciado por muchas películas con las que soñé y que amé mientras crecía, así que fue mezclar todo eso y hacer algo propio. Para mí era partir de la idea básica de lo que pensé estaba haciendo falta en el cine, que es el romanticismo y el enfoque expresionista de que el cine se tiene que ver en el cine”, comentó en entrevista a HOY en octubre, durante su participación en la edición 52 del Festival Internacional de Cine de Chicago, donde presentó “La La Land”.
En esa ocasión estuvo acompañado por la actriz Rosemarie DeWitt, quien interpreta a Laura, hermana del personaje de Gosling.
Por momentos de la conversación DeWitt despejó sus propias dudas.
“Haces algo muy cinematográfico en las escenas de la fiesta en la alberca, los colores, ¿sabes lo que quiero decir? ¿Reinventaste la rueda o lo tomaste de otro lado? No estoy muy familiarizada con las películas francesas que dicen los críticos en algunas reseñas”, dijo DeWitt a Chazelle.
“Hay una idea básica que viene de ‘Boogie Nights’ (1997), siempre una película toma algo de otra, pero siempre es encontrar lo propio. Es empezar con una idea que amo y tratar de llevarla a su máxima expresión. Al hacer un musical… hay una gran libertad, es la libertad de ir más allá”, reflexionó el director.
Lo que hace tan especial a “La La Land” es que sin ser nostálgica, le da un aire a los grandes musicales y filmes románticos de la época quizá más gloriosa y de ensueño de Hollywood.
“¿Crees que la audiencia esperaba una película así?”, le preguntó Rosemarie a Damien.
“Creo que yo esperaba hacer algo así; me parece que la mejor manera es hacer lo que tú quieres y esperar que haya otras personas que quieran ver lo mismo, tiene que empezar de un lugar propio, privado”, agregó el director.
A sus 31 años -cumple 32 en enero próximo- Chazelle no quiere “contaminarse” por las ideas de la industria cinematográfica que analiza, comparó, como en “hoyos de conejo” lo que puede o no funcionar en el cine o lo que la gente, quiere algo que dijo, viviendo en Los Ángeles, puede suceder.
“No quiero desperdiciar años de mi vida en eso; mi lucha es darle claridad a mis pensamientos y hacer (cine) como un niño hace arte; no le importa quién lo ve, es para él. De cierta manera, creo que todos queremos regresar a eso”, dijo.
DeWitt, a quien hemos visto en películas como “Cinderella Man” (2005), “The Watch” (2012) y en la exitosa serie “Mad Men” destacó que al estar tanto tiempo en la industria hollywoodense, se puede caer en el cinismo.
“Estamos haciendo el trabajo más ‘cool’ del mundo, pero nos hemos vuelto cínicos con la cultura de ser celebridades que se nos olvida que lo que hacemos es disfrazarnos y jugar”, detalló.
Y “La La Land” también sitúa a Hollywood como ese lugar de sueños, no necesariamente rotos o fantasiosos haciendo uso de un género que para algunos es cliché.
Chazelle reconoció la gran influencia de “Casablanca” (1942) en “La La Land” y cómo surgió.
“Estaba con mi novia en unas vacaciones navideñas en Idaho. Fuimos a un cine local y estaban proyectando ‘Casablanca’; hacía mucho que la había visto y nunca la había visto en una sala de cine; verla así me recordó que algunas cosas no son pasadas de moda, son eternas”, compartió.
“Comencé a escribirla en 2010 o 2011, no sé de dónde salió la idea, quizá por la obsesión de la televisión con los programas de competencia de canto y se me hizo divertido; sé que hay mucha resistencia cuando se dice ‘es un musical’; a esa gente es a la que trato de atraer “, comentó.
DeWitt compartió que su marido forma parte de ese público; le gusta el jazz, pero que no tolera los musicales.
“¡Ahí lo tienes!”, expresó Damien. “Quiero predicar (con ‘La La Land’) a los escépticos más que a los conversos”.
“La La Land” se estrenará en cines el 16 de diciembre.
