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La Administradora Pública de Salud de Champaign-Urbana Julie Pryde se califica a sí misma como “defensora accidental”. Originaria de esa área, creció trabajando en los campos de maíz. Pero ella no se dio cuenta de las deplorables condiciones en que muchos trabajadores viven en el complejo de apartamentos Cherry Orchard Village hasta que se destapó el caso en 2007, cuando fue llamada para hacer frente a problemas de salud pública causados

??

por las aguas residuales.

Como parte de nuestra cobertura sobre las comunidades latinas en el Medio Oeste y el cumplimiento de la ley, Hoy hablé con Pryde sobre su testimonio ante una audiencia del Senado sobre los trabajadores migrantes y sus condiciones de vivienda y salud.

P: ¿Cómo te involucraste en este tema?

R: Durante la audiencia de hoy dije que soy una defensora accidental. He vivido en esta zona toda mi vida. Yo desgrané maíz y me sorprendió por completo las condiciones y la subcultura de explotación cuando fui a Cherry Orchard en 2007. Vi los problemas del drenaje y visité la casa de una de las familias. Me mortificó la condicón del lugar. No había agua desde hacía más de un mes.

La mujer me dijo que las condiciones eran peores, pues la gente no tenía calefacción ni electricidad. Básicamente, nadie parecía ser capaz de hacer nada.

Llamamos a una reunión de emergencia. Se llevó a cabo el 5 de enero de 2010. Cada lugar que he llamado se presentaron, incluyendo a los residentes de Cherry Orchard. La gente estaba calentando sus cuartos con hornos abiertos y en ninguno de ellos había detectores de humo o monóxico de carbono, lo cual es básico.

Eso te muestra el desprecio por la seguridad de estas familias. Es sólo una cuestión de tiempo antes de que ocurra una tragedia. Las condiciones eran inseguras. Podías ver la nieve en la calle dese un aguhero en la sala. Cabía un perro sin problemas y algún niño podía caer a través de él.

Pudimos contactar al Ejército de Salvación, conseguimos el dinero y mudamos a las familias a un hotel en Rantoul. Para resumir la historia, los Ramos (dueños del lugar) fueron a juicio y sellamos el edificio. A los Ramos se les ordenó cerrarlo, pero no lo hicieron.

P: ¿Están cerrados los apartamentos en Cherri Orchard?

R: Sí, pero nos enteramos de que hay nueva gente viviendo ahí. Es gente que vino de Texas traídas por alguien. Nadie quiere asumir la responsabilidad de poner a la gente en viviendas infrahumanas. Quienes los contratan no los conocen porque recurren al intermediario. El poder ver a la gente a la cara me cambió.

Para darse cuenta de lo que pasa no necesita ir a Rantoul. Lo único que tiene que hacer es leer

La Jungla

, de

Upton Sinclair,

y verá que es exactamente lo mismo.

Lo único que hicimos en Cherry Orchard fue reacomodar a la gente. Lo cerramos y resolvimos el problema de salud pública que representaba el drenaje a flor de piel, pero estamos relos de resolver el problema.

P: ¿Cómo se podría resolver el problema?

R: Es obvio para cualquiera. ¿Quién se beneficia de esto? No son los trabajadores, eso es una mentira. Estas empresas traen sirvientes y les cobran hasta el aire que respiran. Ni siquiera ganan lo sufiviente para pagar debido al sistema del intermediario, lo cual debe terminar.

Si las empresas contratan gente, deben tratarlas con dignidad. Hemos gastado decenas de miles de dólares en el tema de Cherry Orchard.

Hay que dejar la burocracia ¿Por qué tenemos todos estos organismos? Los tenemos porque los trabajadores están siendo explotados. ¿Quién se beneficia de esto? Las empresas de semillas, la agroindustria, la manufactura, que se benefician de tratamiento de estas personas como sirvientes.

P: ¿Cuál es el impacto en la comunidad de estas prácticas?

R: Estamos permitiendo que las empresas paguen salarios bajos y eso es inaceptable. Las condicones de hacinamiento en que vive la gente tienen un costo para la comunidad, como enfermedades infecciosas que se desarrollan entre las personas.

La gente se hace la desentendida hasta que les afecta, y eso va a suceder.

Ellos tran a la gente a trabajar porque se les permite. Difamar Cherry Orchard y vilipendiar a los Ramos es fácil, pero el problema es sistémico.

El

senador Koehler

planteó

La Cosecha de la Vergüenza.

Estamos en 2011 y seguimos con

La Cosecha de la Vergüenza

. Si renuevas los personajes, veras que tenemos lo mismo.

Tenemos una memoria tan corta de la historia. Debemos leer acerca de las cosas que importan, como la historia social en lugar de las guerras. Debemos aprender de nuestra historia, porque lo estamos repitiendo.

No se requiere una mayor supervisión de IDPH. Lo que necesitamos es dejar de pagar subsidios e incentivos a esas empresas, como los vales vales de vivienda o el cuidado médico subsidiado.

Jeff Kelly Lowenstein escribió esta historia con la asistencia del “Dennis A. Hunt Fund for Health Journalism”, fondo administrado por “The California Endowment Health Journalism Fellowships”, un programa de la escuela de periodismo “USC’s Annenberg School for Communcation & Journalism”.