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Desde la izq., Janet Napolitano, directora de Seguridad Nacional; Arne Duncan, secretario de Educación, y Clifford Stanley, subsecretario de Defensa, ayer al comparecer ante el subcomité de Inmigración del Comité Judicial del Senado. GETTY
Chip Somodevilla / Getty Images
Desde la izq., Janet Napolitano, directora de Seguridad Nacional; Arne Duncan, secretario de Educación, y Clifford Stanley, subsecretario de Defensa, ayer al comparecer ante el subcomité de Inmigración del Comité Judicial del Senado. GETTY
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Una vez más, miles de jóvenes indocumentados tienen la esperanza de que su estatus migratorio se regularice si el Congreso de Estados Unidos aprueba el Dream Act.

Este martes el subcomité de Inmigración del Comité Judicial del Senado llevó a cabo una audiencia en la que se expusieron puntos a favor y en contra de la propuesta.

Dream Act fue presentado por primera vez en 2001 y beneficiaría a aquellos estudiantes que cursen por lo menos dos años de estudios universitarios o se unan a las fuerzas armadas.

El proyecto se ha transformado en una de las primera consignas del presidente Barack Obama, quien quiere que sea aprobado antes de las presidenciales del año entrante. El proyecto fue cancelado el año pasado en el Senado, porque cuatro senadores demócratas no estuvieron de acuerdo con facilitarles la vida a los jóvenes que llegaron a Estados Unidos sin papeles y sin idea de la ilegalidad que estaban cometiendo.

Pero los demócratas han conservado la mayoría en el Senado, por lo cual se ha podido reactivar el proyecto, bajo presión de la Casa Blanca y de la mano del senador Dick Durbin quien preside las audiencias en el Subcomité de Inmigración del Senado, reporta en su sitio de internet el diario español El Mundo.

En la audiencia, Arne Duncan, secretario de Educación de Estados Unidos, dijo que la aprobación de Dream Act, a la que calificó como una pieza legislativa de “sentido común”, debe aprobarse por dos razones básicas: “Es crucial para cubrir nuestra meta nacional y la futura necesidad de fuerza laboral, y envía el mensaje correcto sobre el valor del trabajo duro y nuestro sentido básico de justicia como nación”.

Indicó además que Dream Act “abrirá las puertas a la educación superior a quienes fueron traídos por sus padres” sin que ellos lo solicitaran.

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Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Nacional, argumentó por su parte que “Dream Act debe ser visto como parte de un amplio esfuerzo para reforzar las leyes migratorias y la seguridad en la frontera”.

Napolitano agregó que aprobar la propuesta “no es sólo lo correcto, sino lo más inteligente”.

Pero quienes se oponen a la medida consideran que ésta sería como recompensar a quienes violaron la ley y que animaría a más indocumentados a venir al país.

Tal es el caso de Steven Camarota, director de investigaciones para el Centro de Estudios sobre Inmigración, quien mostró su rechazo a la propuesta al afirmar que esta significa un gran peso para el sistema educativo del país.

Camarota agregó que Dream Act no proporciona fondos a los estados y condados para subsidiar los costos que implica educar a los indocumentados, y que “su aprobación requerirá aumento a colegiaturas, así como a los impuestos para ampliar la matriculación, o una reducción en los espacios disponibles para los ciudadanos estadounidenses en esas escuelas”.

Pero para Margaret Stock, teniente coronel retirada y abogada de inmigración, “Dream Act debe terminar con el colosal desperdicio de talento humano”, en referencia a los miles de jóvenes que pierden la oportunidad de asistir a la universidad o desempeñarse profesionalmente en el país.

Señaló además que sin la aprobación de la medida, “los jóvenes indocumentados no tendrán forma de regularizar su estatus”.

En la audiencia también participó Ola Kaso, inmigrante albanesa que el año pasado se graduó de la secundaria y actualmente cursa estudios de medicina.

Kaso, quien llegó a este país a los 5 años, enfrenta un proceso de deportación junto a su madre. En la audiencia, la jovencita dejó en claro que no le gustaría volver a un país que no conoce. “Me gustaría quedarme aquí, en el único país que identifico como mi hogar y al cual me he asimilado totalmente”, señaló Kaso.

La estudiante contó cómo tuvo que superar la barrera del idioma y dijo que le gustaría ver que Dream Act “sea un sueño hecho realidad para miles de jóvenes” que se encuentran en su misma situación.

Si bien el Senado (100 puestos) es controlado por los demócratas (51 senadores), se necesitan 60 votos para aprobar la medida.

El año pasado, el proyecto fue aprobado por 216 votos en la Cámara de Representantes. Pero una semana después, el Senado lo rechazó por 55 votos a favor y 44 en contra.

Según activistas de inmigración, la falta de apoyo firme de los dos partidos ha sido constante desde que se habló del proyecto por primera vez en el 2001. Curiosamente, el ‘Dream Act’ surgió hace 10 años como una propuesta de congresistas y senadores republicanos, señala El Mundo.