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Durante su visita al Colegio Comunitario Northeast Iowa, en el pequeño pueblo de Peosta, Iowas, se pudo constatar qué tanto trabajo tendrá Barack Obama si es que repite su histórica victoria electoral de 2008.

Durante una gira de tres días por el Medio Oeste, Obama hiso una parada en este segundo pueblo en el estado que le dejó siete votos electorales y un margen de victoria de 54-46 hace tres años. Con más del 50 por ciento de aprobación en 2009, su nivel de aceptación bajó durante la primera mitad de este año.

Cuando fue presentado a la multitud en un edificio metálico que parecía una bodega, Obama fue recibido con amabilidad, pero no con un arrollados aplauso, que más bien pareció modesto en sus agradecimientos. El alcalde de Peosta no estuvo ahí para ser reconocido por el líder del mundo libre.

Y un grupo de protestantes y seguidores lo saludaron.

Richard Wagener, un veterano de la Marina retirado, se sentó cerca de la entrada del colegio en una silla, portando una bandera amarilla que decía “No me pises” y con un letrero blanco en el que proclamaba “!No te creo!” en letras negras.

“El presidente no tiene sentido común”, dijo Wagener, quien apoyó a John McCain en 2008 y que llevaba un sombrero con el que declaraba su apoyo a la Segunda Enmienda y un pin que decía #1 Grandpa. “Hay mucha gente desempleada”.

Los seguidores de Obama pueden afirmar que gente como Wagener no habrían votado por él desde el principio, por lo que no puede ser tomado muy en serio. La misma actitud podría tomarse hacia dos clientes del restauran Red Roof Diner, quienes insistieron en que Obama es un musulmán acido en África.

Una señal más preocupantes para el presidente serían la actitud y la declaración de Kevin Sevey, quien vive en la frontera de Illinois, en Hanover, cerca de Galena. Sevey dijo que votó por Obama en 2008, pero que está “decepcionado por las promesas que no cumplió”.

Una fuente particular del malestar de Sevey: lo que ve como una falla de Obama para cumplir su compromiso de llevar a cabo la administración más transparente en la historia de Estados Unidos. Sevey también criticó el manejo de Obama en la economía, y dijo que muchos de los beneficiados en los rescates financieros se quedaron con el dinero en vez de gastarlo como estaba programado.

Ante eso, Sevey dijo que “voy a considerar seriamente a alguien más” y mencionó a Ron Paul como alguien a quien apoya, aun que cree que Paul no tiene una opción real de ser electo presidente.

Sevey también dijo que podría volver a considerar a Obama si éste deja de negociar con políticos de la extrema derecha, pero no es seguro que vuelva a ser “leal” al presidente como lo fue en 2008.

La opinión que Sevey tiene hacia el presidente no es única. En Iowa, el nivel de aprobación de Obama disminuyó desde 2009, cuando estaba en 60 por ciento, para ubicarse en 54 por ciento entre enero y junio de 2011.

Incluso si Obama puede ganar en estados como Illinois e Iowa, él está viajando en la región con una influencia política disminuida. Cinco de los 10 estados en los que perdió votos electorales desde la elección de 2008 -Illinois, Iowa, Michigan, Missouri y Ohio- están en el Medio Oeste. Obama ganó todos menos Missouri en 2008, perdiendo ese estado por un estrecho margen.

La disminución de la influencia del Medio Oeste es la más reciente de las últimos tropiezos. Por ejemplo, mientras que Illinois tenía 29 votos electorales en 1940, para 2012 tendrá sólo 20. Y los números electorales de Iowa han caído de 10 a seis en el mismo periodo.

En total, los estados en los que Obama ganó la pasada elección tendrán seis votos electorales menos en 2012 -un factor que puede ser decisivo en unas elecciones que se anticipa serán muy difíciles para el titular.

Por su parte, Sevey, quien apoyaba a Obama, dijo que busca mantenerse abierto sobre el presidente, pero dijo que Obama tiene un “apoyo inseguro”.

Jeff Kelly Lowenstein escribió esta historia con la asistencia del “Dennis A. Hunt Fund for Health Journalism”, fondo administrado por “The California Endowment Health Journalism Fellowships”, un programa de “USC’s Annenberg School for Communcation & Journalism”.