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Cuando vi por primera vez las caritas de los jovencitos, estaban desayunando. Cerca de 20 niños y niñas refugiados de Centroamérica y México compartían en el comedor de uno de los nueve centros de apoyo en Illinois para los niños no acompañados. Los senadores federales Dick Durbin (D-IL) y Mark Kirk (R-IL) acababan de estar allí, ambos con opiniones diferentes. Un equipo del ex gobernador Pat Quinn visitamos la misma instalación para hacer un reporte y proveer la ayuda necesaria del estado y coadyuvar en el esfuerzo de acoger a los infantes. Esto durante el momento de crisis más grande en este tema del año pasado. La visita fue una de las experiencias más fuertes en mi vida.

Desde finales de 2013 y hasta el otoño pasado, más de 60,000 jóvenes e infantes llegaron a la frontera sur de EEUU escapando de la pobreza y la violencia –que aún sigue. Allí, después de permanecer un tiempo en las instalaciones de Inmigración, muchos fueron y son colocados aún en lugares en EEUU donde los cuidan y los tratan de ubicar con sus respectivos familiares, como es el caso en Illinois. Aquí el programa es administrado por la organización Heartland Alliance, ellos manejan nueve de estos centros con diferentes cantidades de menores y con estancia promedio de tres a cuatro semanas. La noble organización hace un buen trabajo pero necesita mucha ayuda económica y de asesoría legal para los jóvenes.

La respuesta de los líderes aquí no se hizo esperar, Quinn y su equipo ayudamos a organizar un grupo de respuesta conocido como Illinois Campaign to Protect Our Children and Families (ICPCF) conformado por organizaciones sin fin de lucro, un hospital y miembros de la comunidad centroamericana. Quinn dijo que el estado ayudaría “en todo lo necesario” para preservar el bienestar de los niños e incluyó la firma de una ley para proporcionar servicios de salud a estos jóvenes.

El alcalde Rahm Emanuel dijo que trabajaría para crear espacio para cientos de niños migrantes no acompañados. Su objetivo sería albergar hasta 1,000 camas y evaluar qué servicios son necesarios para garantizar que los niños reciban la mejor atención posible mientras estuvieran en Chicago. Emanuel dijo que la ciudad también conseguiría asesores legales a los jóvenes.

Bueno pues pongamos nuestras barbas a remojar. En reciente conversación entre Jeh Johnson, secretario de Seguridad Nacional, y líderes centroamericanos en la frontera sur, Johnson expresó que esperaban una oleada semejante de menores después de la primavera 2015. De igual forma, Jimena Díaz, cónsul general de Guatemala en Phoenix, indicó que cuando subiera la temperatura podría haber un incremento en el ingreso de menores y que las autoridades consulares ya trabajaban en una estrategia. Al mismo tiempo y según datos del gobierno, 88 por ciento de las órdenes de expulsión emitidas desde julio hasta la fecha, estos niños y jóvenes han ido a corte sin un abogado.

Pero enfoquémonos en Illinois. Los niños sin acompañantes llegarán tarde o temprano y debemos preocuparnos por varias razones. En primer lugar el actual gobernador Bruce Rauner calificó la situación de los niños como “fracaso del gobierno federal”. Y dijo que EEUU necesita una respuesta humana, inmediata y que controle la frontera y asegure que los niños volvieran a sus casas con seguridad. Si aunamos esta retórica a los recortes que propone en su presupuesto 2015 -el cual afecta a las organizaciones que sirven a los más vulnerables- pues yo no miro muchas esperanzas de que haya recursos o iniciativas para ayudar la nueva llegada. Sus declaraciones fueron semejantes a las del senador Kirk, quien pidió se hiciera una investigación criminal a todos los jovencitos que llegaran al estado. Patético de verdad.

En estos momentos electorales es difícil traer o tocar un tema que por ahora no es de interés, pero el problema no va a desaparecer. La coalición ICPCF a favor de los niños migrantes tendrá que ver en qué posición estará el gobernador. ¿Podrá Rauner ayudar del todo? Esto lo tendrá que hacer bajo la lupa de los miembros antiinmigrantes de su partido, será una tarea difícil. A nivel municipal, en Chicago sería importante hacer un recuento de cuánto de lo que Emanuel prometió en este tema en realidad se cumplió. No dudo que de ganar Jesús “Chuy” García tomaría el caso con seriedad, aunque no sería una prioridad para un alcalde recién llegado. Veremos.

-Javier Salas es exasesor del Gobernador de Illinois. Síguelo en Twitter en @javiersalas