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Durante las recientes protestas en Chicago contra el lenguaje de odio del precandidato republicano Donald Trump en las que participe y después en otra protesta en el Centro Thompson a la que me invitaron a apoyar a los grupos que se quedarán sin fondos esenciales por recortes del estado, intercambié y escuché varias veces este diálogo.

-¿Cómo estás Pedro?, pregunté

-Pues aquí, en la lucha, me contestó mientras sostenía su pancarta.

Momentos después fue -Hola señora Lourdes ¿cómo está?

-Pues aquí, en la lucha como siempre, me dijo mientras sonreía. Este ejercicio se repitió muchas veces más. En todas las ocasiones siempre había ánimo, entusiasmo y valentía. En una demostración se mostró la antipatía por el odio de un posible ganador a la presidencia de EEUU y en otra se gritaron arengas contra los injustos recortes presupuestales que afectarán a los más vulnerables.

Me gustó ver grupos de niños y adolescentes de la mano de sus padres o líderes comunitarios. Sin duda estos eventos moldean el sentir de la comunidad latina de Chicago e Illinois. Nos convocan a participar y usar nuestra libertad de expresión. Al llevar a nuestros pequeños, ellos aprenden la importancia de sus derechos en las diversas causas. Pero cabe preguntarse: ¿Estamos en verdad en la lucha?

Es interesante ver cómo el acto xenofóbico de Trump une a una comunidad latina dispersa y al mismo tiempo moldea el tema migratorio de cara a las elecciones de 2016. En el Partido Republicano ya ha habido reacciones a favor, en contra y algunas voces permanecen calladas. Por los demócratas hay desaprobación y alejamiento incluso de Hillary contra su alguna vez apoyador Trump.

Ahora bien, ¿cómo podemos los latinos seguir en la lucha y moldear a nuestros jóvenes para que su influencia sea importante en estos y otros futuros eventos?

Cada mes, 66,000 estadounidenses de origen latino cumplen los 18 años, según un estudio del Centro de Investigación de Pew. Estos jóvenes son una mina de oro de potenciales votantes que podrían tener una influencia enorme en la jornada electoral, pero también, a mi parecer y el de muchos expertos, serían la clave para impulsar la participación de los votantes latinos de mayor edad, sus padres, hermanos y tíos también. ¿Y qué decir de futuros candidatos en todos los gobiernos?

Involucrar a nuestros jóvenes en estas protestas está bien, pero debemos enseñarles que su participación en la comunidad, su liderazgo en diferentes áreas, empresas, escuelas y grupos sin fin de lucro, entre otros, es fundamental si queremos que las cosas cambien. Pero más importante aún es su participación en las urnas, salir a votar cuando es necesario.

Hasta ahora nuestros jóvenes no han participado por razones como la falta de resultados en Washington, la falta de apoyo en temas de empleo, el pago de las colegiaturas universitarias, lento desarrollo económico y, por ejemplo, la salud de sus padres que, al final del día, son los que mantienen a muchos de ellos. Un obstáculo fundamental es la falta de información sobre cómo postularse para una elección o como hacer cabildeo a nivel local o en Washington DC.

Recuerdo cómo para muchos jóvenes sajones hablar de finanzas es algo normal, mientras que para los jóvenes latinos es un tema tabú porque nuestros padres nunca vieron este tema como fundamental.

La idea es despertar en ellos, con carácter de urgente, el interés en la política. Si conseguimos que se entusiasmen existe la probabilidad de que su comunidad, sus padres y familia se comprometan con ellos y los impulsen a votar y ser votados. Todo empieza con la educación y la información disponible.

En la actualidad, a muchos políticos no les interesa enseñar ese camino a los jóvenes porque eso es eliminar la posible competencia. Eso pasa en todas las comunidades y, sobretodo, en la nuestra. Es naturaleza humana, supongo.

Si queremos seguir “en la lucha” debemos motivar a la generación del milenio para participar en el proceso. Parte de ese desafío es convencer a los jóvenes latinos su voto vale la pena, a pesar de que se desalientan por políticos que asumen que los latinos sólo se preocupan por una cuestión como la reforma migratoria, así como los antiinmigrantes que usan la misma cuestión para estigmatizar a todos. Desafortunadamente por este hecho muchos de los latinos sienten que son atacados injustamente. Hay muchos otros temas fundamentales y esperemos tener esas nuevas voces y propuestas eventualmente.

Por último, recordemos que aunque los demócratas aún cuentan con el apoyo de los latinos, no necesariamente es para siempre. Nuestros jóvenes están cada vez más insatisfechos con ese partido, y más debido a la demora de la Administración Obama sobre la reforma migratoria y las miles de deportaciones.

-Javier Salas es exasesor del gobernador de Illinois. Síguelo en Twitter en @javiersalas