Skip to content
Kelly Osbourne. GETTY
Jemal Countess / Getty Images
Kelly Osbourne. GETTY
Author
PUBLISHED: | UPDATED:

CHICAGO-

Kelly Osbourne sonó realmente preocupada. Si “echan” a todos los latinos de este país ¿quién va a limpiar los retretes de Donald Trump?

Su comentario fue dado a raíz de los comentarios del candidato republicano a la presidencia de EEUU sobre la situación de los latinos en este país, los inmigrantes.

La hija de “el príncipe de la oscuridad” Ozzy Osbourne no se está volviendo paranoica -como diría la canción de Black Sabbath- con este comentario que pareció decirlo en tono sarcástico durante su intervención en el programa “The View” en su edición del 4 de agosto.

Fue su punto de vista descrito o dicho de una forma que se puede sacar de contexto. Y con razón.

Osbourne ya se disculpó diciendo que “no es racista”

pero que sí se responsabilizaba de “sus terribles palabras”.

Si esa es la única idea que se tiene de los latinos que emigran a este país, de parte de otra gente como Osbourne, no es culpa de nosotros. Es lo que ellos saben, es lo que piensan, es lo que son. Kelly y otros como ella, no se han dado quizá, la oportunidad de conocer más allá de eso.

No es nada raro escuchar comentarios como esos de parte de gente con cierto privilegio en EEUU como Kelly.

Vaya, no es raro ni siquiera escucharlo de paisanos.

Este comentario me recordó cuando hace más de trece años y recién había llegado a esta ciudad, un familiar nacido y criado aquí, hijo de padres inmigrantes que trabajaron la mayor parte de su vida en fábricas, pero él ya con cierto “estatus” de gente “estudiada”, me dijo: “¿Y en qué vas a trabajar? ¿Vas a limpiar baños como todos tus paisanos?”.

Aunque me pareció un comentario indigno, lo tomé de quien venía. Le respondí que si eso tenía que hacer, no veía qué tenía de malo. “Es un trabajo honrado”, le respondí mirándolo directamente a los ojos. La burla y el juicio de ese comentario se me quedaron grabados. Si me quería hacer “sentir menos” por ser inmigrante, no lo lograría -eso para mí es el “orgullo mexicano” del bueno-.

Años después me encontré a ese pariente en la avenida Michigan. Justo frente al edificio de Tribune Tower.

Me preguntó qué estaba haciendo ahí, en esa, “la milla magnífica”, epicentro de la opulencia y estatus y donde muchos, pero muchos latinos, muchos paisanos trabajan en una gran variedad de oficios: desde limpiar baños, vidrios, lavar platos, cocinando, en trabajos de construcción o en oficinas -y se sorprenderían cómo el estatus de esta avenida y de los oficios no tienen nada que ver con los sueldos-.

Le respondí que, trabajaba en Tribune Tower -un lugar, un sitio como cualquiera-. “¿Limpiando?”, se burló de nuevo.

“No. Pero si así fuera, no veo el problema”, le respondí, entre otras cosas. Ese momento era la pura ley del karma pero sin entrar en detalles ni en faroleos. No era necesario. Como tampoco es necesario hacer más eco a lo que diga gente como Kelly Osbourne. No debemos distraernos de cosas más importantes, como lo es tener una vida digna, sin importar el oficio.

Y que así como mostramos “indignación” en las redes en comentarios como éste, lo hagamos en cosas más relevantes que sí requieren nuestra atención y que tengan un impacto en nuestra vida y futuro de los nuestros, cualquiera que sea nuestro oficio.