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Carlos Madrazo, quien intentó democratizar al PRI en los años sesenta durante el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz al ser forzado a renunciar como presidente del Comité Ejecutivo Nacional, dijo: “El partido yace sepultado bajo el peso de enormes derrumbes morales, bajo toneladas increíbles de mentiras y prevaricación”. ¿Qué hubiera contestado Madrazo, el más grande priista de todos los tiempos, cuando Carlos Hank González declaró aquello de que: “Político pobre, pobre político…” ¡Claro que dicha declaración hizo escuela! Usted, querido lector, ¿conoce a un priista pobre?

El PRI no sólo no ha cambiado, sino que ha empeorado sustancialmente. Hoy en día continúa sepultado bajo el peso de derrumbes morales, mentiras, estafas, sobornos y prevaricación. En el PRI jamás ha existido la democracia, salvo que usted crea que a Beltrones lo eligieron los militantes en un proceso abierto y respetable en la que no intervino el “Gran Elector” llamado Enrique Peña Nieto. Calles sigue vivo… Madrazo quiso cambiar las cosas y “murió” sospechosamente en un accidente aéreo en Monterrey junto con decenas de personas, un crimen que estremeció a la nación por su salvajismo. Luis Donaldo Colosio, por su parte, vio un país pobre y corrupto y también quiso cambiarlo y también lo mataron, esta vez a balazos ante los ojos aterrorizados del mundo, en Lomas Taurinas, Tijuana… El famoso tricolor a todo color…

Madrazo, dueño de una poderosa oratoria y famoso por sus discursos apasionados, un adelantado a su tiempo que permaneció durante casi un año al frente del PRI, estaba en contra del centralismo imperante en el México de la última mitad del siglo XX; intentó reformar al PRI desde adentro, a partir de las bases, de modo que hubieran elecciones democráticas, universales, directas y secretas de candidatos a puestos de representación popular, lo cual implicaba luchar en contra de diversos sectores del partido, como los gobernadores y caciques regionales, enemigos feroces de la apertura y de la transparencia, los mismos que en nuestros días luchan en contra de los candidatos independientes que persiguen la oxigenación política y social de México. Madrazo insistió en acabar con el autoritarismo y la imposición.

En su discurso de toma de posesión en el CEN del PRI planteó su intención de transformar al partido, cuando advirtió: “Yo aspiro a integrar una militancia espontánea, inteligente y razonada. No queremos rebaños que van y vienen según la presión y las circunstancias; queremos convencidos, no forzados…” Asimismo, exigió que en todas las plantillas de candidatos a puestos municipales y diputados locales, se incluyera por lo menos la candidatura de una mujer priista.

Qué tal cuando hace casi medio siglo declaró lo siguiente: “El partido no puede ser el gobierno. El partido es simplemente un instrumento político al servicio de las mejores esperanzas del pueblo… La voz popular no puede ser emitida por un simple aparato político de naturaleza subordinada y burocrática, sino por un verdadero partido, comprometido a la colaboración, pero no a la incondicionalidad…” ¿Se acuerdan cuando Ernesto Zedillo también habló de la “sana distancia” con el PRI…?

Si todos los priistas fueran como Carlos Madrazo sin duda tendríamos otro país… ¿Qué nos perjudicó? La ausencia de una oposición inteligente y eficaz, pero como bien decía Alfonso Martínez Domínguez: “Lo único que existe peor que el PRI es la oposición…”.

-Este texto pertenece a la serie Cuentos Políticos escritos por Francisco Martín Moreno, autor mexicano de libros como ‘México ante Dios’ y ‘Arrebatos Carnales’, entre otros títulos. Puedes comunicarte con él en fmartinmoreno@yahoo.com