Skip to content
The letters of the new acronym of Mexico City are seen at a square of the city on January 28, 2016. The acronym which identified the Mexican capital for decades, DF or Federal District, disappears officially Friday. The re-baptized "Mexico City" also changes its status, emancipating from the government and gaining competences similar to those of the states. AFP PHOTO/OMAR TORRES
 / AFP / OMAR TORRES        (Photo credit should read OMAR TORRES/AFP/Getty Images)
OMAR TORRES / AFP/Getty Images
The letters of the new acronym of Mexico City are seen at a square of the city on January 28, 2016. The acronym which identified the Mexican capital for decades, DF or Federal District, disappears officially Friday. The re-baptized “Mexico City” also changes its status, emancipating from the government and gaining competences similar to those of the states. AFP PHOTO/OMAR TORRES / AFP / OMAR TORRES (Photo credit should read OMAR TORRES/AFP/Getty Images)
Author
PUBLISHED: | UPDATED:

La “muy noble y leal Ciudad de México”, así era conocida la capital de la República desde el “Año de la Golondrina”, cuenta con innumerables problemas de difícil solución, tales como el transporte público, el tránsito urbano, el tratamiento de las aguas negras, el abasto de agua, la administración de millones de toneladas de basura, la calidad de vida, la corrupción, comenzando con las delegaciones dominadas por auténticas pandillas, entre otros conflictos propios de una de las urbes más pobladas del planeta, habitada, además, por chilangos, no por suecos ni por alemanes… Entonces bien, ¿por qué invertir el tiempo en tareas inútiles como cambiar su nombre y dotarla de una Constitución?

Al conocer la identidad de quienes integrarán el grupo de redactores de la “Constitución” y una vez entendida su extracción ideológica, como parte de una izquierda paleolítica tardía, entiendo el término “progresista” como lo que no es… Me explico: la República “Democrática” alemana, ¿tenía algo de democrática…? ¿La República Popular China o la también popular de Corea del Norte, tenía alguna injerencia el pueblo en la marcha de ambas dictaduras…? Se dice progresista porque no lo es ni lo será, porque ya, de entrada, se trata de un grupo hermético en el que no tienen cabida otras opiniones…

¡Qué cielo tachonado de estrellas! ¡Qué espectáculo maravilloso al contemplar a un grupo del Partido de la Revolución Democrática (PRD) como expertos constitucionalistas! ¡Cuánta pluralidad y diversidad de opiniones constitucionales concurrirá en los 28 notables!

Debemos observar que en el grupo nombrado, al que califican de “plural y muy bien pensado”, no hay ningún panista ni priista ni se percibe la presencia de algunos integrantes de la Barra Mexicana de Abogados, entre otras organizaciones más. Los 28 notables son una fracción perredista. Ni con lupa encontraremos a un solo académico, a un jurista, con dos excepciones, o a un estudioso de las constituciones o a un profesor de derecho constitucional que aporte sus ideas para la elaboración teórica de una Constitución de la Ciudad de México.

Entre los nombrados no hay un solo constitucionalista de la talla y la altura teórica de Felipe Tena Ramírez, de Antonio Martínez Báez, de Alfonso Noriega, de Manuel Herrera y Lasso, de Héctor Fix Zamudio. ¿Murieron de golpe todos los constitucionalistas mexicanos…? Mancera tenía que haber preguntado a los alumnos de derecho sobre los profesores conocedores de los contenidos de las diversas constituciones.

Los capitalinos queremos vernos deslumbrados por las brillantes ideas sobre la estructura de los órganos de esta entidad federativa llamada Ciudad de México, que expresarán Cuauhtémoc Cárdenas, Alejandro Encinas, Ifigenia Martínez de Navarrete, María Rojo, Luis Miguel Barbosa Huerta, Carlos Cruz Santiago, Martha Sánchez, Ana Laura Magaloni, durante las sesiones de redacción de esta Carta Magna. Los chilangos estamos ansiosos de ver cuáles son los contenidos de los artículos de este instrumento jurídico que permitan resolver pacíficamente los conflictos que necesariamente surgirán entre los órganos de los poderes de la Ciudad de México y los poderes federales, confrontados por los intereses partidarios e ideológicos.

Cambiar el nombre de la capital y proponer una nueva Constitución implica una clara ausencia de imaginación, como si la constitucionalitis fuera a resolver los complejos problemas urbanos.

-Este texto pertenece a la serie Cuentos Políticos escritos por Francisco Martín Moreno, autor mexicano de libros como ‘México ante Dios’ y ‘Arrebatos Carnales’, entre otros títulos. Puedes comunicarte con él en fmartinmoreno@yahoo.com