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Sí, sí estoy de acuerdo con Enrique Krauze cuando sostuvo que “el PRI de Enrique Peña Nieto ha sido una gran decepción”, según declaró dicho connotado historiador la semana pasada en el periódico El País (12/V/2016). No puedo menos que coincidir, de la misma forma, cuando afirmó que “México vive en el desaliento… Los tres últimos presidentes fracasaron, la descomposición moral avanza y el caudillismo mesiánico acecha. Pero la nación aún tiene una salida. Sus jóvenes. Ha llegado la hora del relevo generacional”.

Claro que estamos decepcionados del proyecto democrático que inició en 2000. Imposible discrepar. Sólo que Krauze arriesga más, mucho más cuando expresó que: “creímos que el voto y su magia iban a resolverlo todo. Pero las inercias, los intereses creados y los poderes lícitos e ilícitos que crecieron al amparo del viejo sistema político siguen vivos y aún más sueltos que entonces”. ¿Más…? El escritor aduce: “los cuatro jinetes del Apocalipsis, la inseguridad, la violencia, la impunidad y la corrupción, están desbocados, incluso más de lo que estuvieron en el siglo pasado. Hay regiones enteras que no son México ni están controladas. No quiero incurrir en la segunda ingenuidad de ser optimista en este momento”. No, no voy a abandonar a Krauze en este ejercicio crítico ciertamente valiente.

Me solidarizo con Krauze cuando afirmó “que la indignación moral de Andrés López Obrador respecto a la corrupción y la impunidad es correcta; la medicina que propone sólo agravaría la situación de forma irremediable. Instauraría un caudillismo populista, deconstruiría lo poco que llevamos de democracia y derrumbaría el modelo económico”. ¿Se puede decir mejor? Siempre he sostenido que López Obrador pretendería gobernar a México con recetas caducas extraídas perversamente del bote de la basura de la historia de las doctrinas económicas, de modo que el historiador y yo podemos tomarnos de la mano con la debida efusión, también en este concepto. Quien abrigue dudas con relación en mis convicciones anteriores basta con que se asome a contemplar la patética realidad venezolana de nuestros días. Es evidente que las carencias y privaciones existentes hoy en día en Venezuela, tarde o temprano (más temprano que tarde…), producirán lamentablemente un nuevo baño de sangre.

Pero, ¿qué tal el siguiente párrafo? Ante la pregunta de si el PRI y su promesa de cambio había sido una gran decepción, respondió: “Hizo las reformas estructurales en ámbitos económicos clave, pero falló frente a la corrupción, la inseguridad y la impunidad. Esta dimensión, vinculada al valor de la vida, la convivencia y la civilidad, es más importante que los cambios económicos. En ese sentido, hay decepción con el Presidente, porque siendo un hombre joven, que miró hacia delante con las reformas económicas, es un joven viejo. Piensa como viejo, actúa como viejo, tiene ademanes de viejo. Esa es la razón por la que genera tanto rechazo entre los jóvenes”.

Krauze expresó sus puntos de vista en relación con el futuro político de México, se refirió a Donald Trump, de quien dijo que “no era un accidente, sino una expresión de una corriente profunda”. Concluyó, entre otros temas, arguyendo que “la cloaca estaba tapada y se abrió. ¡Pero qué maloliente es!”. En lo único que no estoy de acuerdo con el historiador es en la brevedad de su ensayo, publicado en Letras Libres, relativo a este tema…

-Este texto pertenece a la serie Cuentos Políticos escritos por Francisco Martín Moreno, autor mexicano de libros como ‘México ante Dios’ y ‘Arrebatos Carnales’, entre otros títulos. Puedes comunicarte con él en fmartinmoreno@yahoo.com