Por Imtiaz Shah
KARACHI, 3 mar (Reuters) – Un atacante suicida deton ‘
explosivos adheridos a su cuerpo mientras musulmanes chi -es
sal -an de una mezquita en la capital comercial de Pakist ¡n el
domingo, matando al menos a 25 personas e hiriendo a 50, dijo la
polic -a.
“Fue una explosi ‘n poderosa en un ¡rea congestionada
dominada por chi -es”, explic ‘ el alto funcionario de la polic -a
Shabir Ahmad Sheikh sobre el ataque, que fue la m ¡s reciente
se +/-al de que grupos militante sun -es est ¡n aumentando la presi ‘n
sobre la secta musulmana minoritaria.
Ofensivas militares y ataques con aeronaves no tripuladas
estadounidenses contra los talibanes en Pakist ¡n en los ?ltimos
a +/-os han reducido el n ?mero de ataques suicidas contra objetivos
militares y del Gobierno.
Sin embargo, grupos sun -es, principalmente Lashkar-e-Jhangvi
(LeJ), han escalado sus ataques contra los chi -es, de quienes
creen que no son musulmanes.
Los atentados bomba contra chi -es han acabado con la vida de
casi 200 personas s ‘lo en la ciudad de Quetta desde comienzos de
a +/-o.
En el 2012, los ataques y enfrentamientos sectarios en
Pakist ¡n subieron un 47 por ciento, a 208 incidentes, seg ?n el
Pak Institute For Peace Studies, una prominente consultor -a
pakistan -.
Aunque la masacre de Quetta caus ‘ impacto mundial, una
investigaci ‘n de Reuters en una serie menos conocida de
asesinatos en Karachi sugiere que la violencia est ¡ tomando una
nueva y vol ¡til dimensi ‘n mientras un peque +/-o n ?mero de chi -es
se defiende.
Los aliados occidentales de Pakist ¡n tradicionalmente se han
concentrado en el desaf -o que significa para el Estado nuclear
los militantes talibanes que combaten al Ej (c)rcito en los altos
llanos de la frontera con Afganist ¡n.
Pero un ciclo de matanzas en las calles de Karachi apunta a
un nuevo tipo de amenaza: una campa +/-a del LeJ y de grupos
aliados pakistan -es antichi -es para abrir rencillas sectarias en
la ciudad de 18 millones de habitantes.
Agentes de Inteligencia pakistan -es afirman que el LeJ se ha
convertido en la mayor amenaza a la seguridad en el pa -s que
tambi (c)n lidia con una fr ¡gil econom -a, infraestructura en ruinas
y pobreza generalizada.
Las frustraciones de los chi -es crecen con cada explosi ‘n.
Los chi -es dispararon al aire el domingo por la noche en
Karachi, una metr ‘polis plagada por el crimen y la violencia
(c)tnica y pol -tica.
“La explosi ‘n fue tan grande, que remeci ‘ toda el ¡rea”,
afirm ‘ el testigo Ali Reza. “Dos viviendas y tiendas cercanas
pegaron fuego tras la explosi ‘n y se cayeron los balcones de
varios edificios”, agreg ‘.
Otro testigo, Muhammad Kazim, dijo que mujeres y ni +/-os que
realizaban compras en las inmediaciones hab -an resultado
heridos.
(Reporte adicional de Matthew Green. Escrito por Michael
Georgy. Editado en espa +/-ol por Patricio Abusleme)