BEIRUT, Líbano (AP) – Una serie de bombardeos aéreos alcanzó una zona cerca de una escuela y un hospital al este de Damasco, matando a por lo menos 23 personas, en uno de los incidentes más sangrientos desde que entró en vigencia una tregua hace más de un mes, denunció un grupo opositor el jueves. No se supo por el momento de qué país eran los aviones que lanzaron los proyectiles.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos dijo que las bombas cayeron el miércoles en Deir al-Asafir, un poblado controlado por rebeldes al este de Damasco, en una región conocida como Ghouta Oriental.
Cuatro niños y un trabajador de la defensa civil estaban entre los muertos, dijo la agrupación, cuya sede está en Gran Bretaña. Otro grupo opositor llamado los Comités de Coordinación Local, dijo que la cifra de muertes era 17.
El gobierno sostiene que el Frente Nusra, el brazo sirio de al-Qaida, opera en los suburbios al oriente de la capital. Ese grupo yihadista y su rival, el grupo que se hace llamar Estado Islámico, están exentos del cese de fuego que ha estado vigente desde hace un mes.
La oposición siria denuncia que el gobierno de Bashar Asad ha estado atacando a civiles a pesar de la tregua.
La Coalición Nacional Siria, un grupo opositor, denunció la “masacre” de Deir al-Asafir, afirmando que podría frustrar las negociaciones que deben comenzar en Ginebra dentro de dos semanas.
“Este crimen es el último de una serie de acciones que buscan agravar las continuas violaciones del cese de fuego”, dijo la Coalición Nacional en un comunicado.
El Observatorio dijo que aproximadamente 2.700 familias viven en Deir al-Asafir. Las fuerzas oficialistas han estado tratando de cercar el poblado desde hace semanas. No hubo de inmediato comentarios del gobierno sirio, que usualmente no comenta sobre temas militares.
Las negociaciones en Ginebra deberían iniciar un proceso de transición política que excluya a Asad. Sin embargo, en una entrevista con la agencia rusa de noticias Sputnik, el gobernante sirio rechazó una exigencia de la oposición de tener un gobierno de transición con plenos poderes, un concepto que obtuvo el respaldo de las potencias mundiales en una conferencia en Ginebra en junio de 2012.
Asad, en cambio, propuso un gobierno de unidad nacional que esté conformado por partidos leales al gobierno y de la oposición.
Entretanto el primer ministro sirio Wael al-Halqi denunció que la economía de Siria es blanco de una “guerra feroz”, añadiendo que su gobierno trabaja para detener la caída de la moneda local.
Las declaraciones se produjeron después de una caída de la libra siria ante las divisas extranjeras. La libra alcanzó hace poco su nivel más bajo en cinco años con 530 libras por un dólar.
Al-Halqi, que habló durante una sesión parlamentaria, no aclaró qué medidas tomará el gobierno.
La tasa de cambio cuando comenzó el conflicto sirio en marzo de 2011 era de 47 libras sirias por dólar.
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Contribuyeron a este despacho los periodistas de The Associated Press Bassem Mroue en Beirut, Albert Aji en Damasco y Vladimir Isachenkov en Moscú.
