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Por Miriam Stix

NUEVA YORK (Reuters Health) – El acolchado de las zapatillas para correr se promociona como una amortiguaci ‘n extra para prevenir lesiones, pero un nuevo estudio demuestra que ese mecanismo no cumple su promesa.

Un equipo evalu ‘ calzado id (c)ntico con distinto grado de acolchado en un ensayo cl -nico a ciego con casi 250 corredores y hall ‘ que caracter -sticas como el peso y la aptitud f -sica influ -an en la frecuencia de las lesiones, no as – la suavidad del calzado.

“Los resultados no respaldan el argumento de la industria del calzado deportivo de que a los corredores con mayor masa corporal hay que recomendarles calzado con mayor amortiguaci ‘n”, dijo el autor principal, Daniel Theisen, del Laboratorio de Investigaci ‘n de Medicina Deportiva del Departamento de Salud P ?blica de Luxemburgo.

A partir de algunas pruebas, Theisen, que es fisioterapeuta con un doctorado en Ciencia del Deporte y corredor, esperaba hallar alguna diferencia.

Pero ensayos previos con calzado con acolchado extra en el mundo real, como en el entrenamiento de los reclutas de la Fuerza A (c)rea de los Estados Unidos, no hab -an identificado beneficios evidentes, seg ?n publica el equipo de Theisen en British Journal of Sports Medicine.

Entonces, los autores realizaron el primer ensayo cl -nico aleatorizado, a doble ciego, para determinar si el acolchado de las zapatillas previene las lesiones en los corredores aficionados.

Para eso, convocaron a los participantes por avisos en los diarios y sitios de internet. Al azar, organizaron a los 247 participantes en dos grupos. Los hombres y las mujeres ten -an entre 30 y 50 a +/-os, y un -ndice de masa corporal (IMC) entre normal y con sobrepeso.

Todos corr -an por lo menos 16 kil ‘metros (km) por semana.

Los participantes recibieron calzado de “un fabricante de equipos deportivos renombrado”, seg ?n describen los autores. Eran versiones personalizadas de un modelo de venta masiva y sin marcas. Todas las zapatillas parec -an id (c)nticas, pero la mitad de los pares inclu -a una media plantilla suave extra, que sumaba un 15 por ciento m ¡s de amortiguaci ‘n.

Ni los investigadores ni los participantes sab -an qui (c)n hab -a recibido los pares m ¡s “suaves”.

Los corredores deb -an entrenar por lo menos una vez por semana, s ‘lo con las zapatillas provistas. Ten -an que informar la distancia recorrida y cualquier tipo de lesi ‘n v -a internet. Los participantes usaron las zapatillas durante cinco meses.

El equipo defini ‘ el concepto de lesi ‘n como todo dolor por el entrenamiento, de primera aparici ‘n y que imped -a correr por lo menos un d -a. Treinta y dos de los 69 corredores con lesiones usaron el calzado con la suela m ¡s dura y los 37 restantes usaron las zapatillas con la suela m ¡s blanda.

Theisen coment ‘ que las principales lesiones fueron cr ‘nicas y por sobrecarga; afectaron los tendones, las articulaciones y los m ?sculos.

Aunque el equipo no hall ‘ una diferencia significativa entre los grupos atribuible a la amortiguaci ‘n, detect ‘ algunas diferencias asociadas con el IMC y otras caracter -sticas y conductas de los participantes.

Los corredores m ¡s pesados eran un 13 por ciento m ¡s propensos a sufrir lesiones que los que ten -an peso normal y la suavidad extra del calzado no contrarrest ‘ ese riesgo adicional.

Haber tenido una lesi ‘n previa sum ‘ un 75 por ciento de riesgo, mientras que el entrenamiento de alta intensidad agreg ‘ un 39 por ciento.

En cambio, la experiencia previa de entrenamiento redujo m ¡s de la mitad el riesgo de sufrir lesiones. Los participantes que adem ¡s practicaban otros deportes semanalmente ten -an un 30 por ciento menos riesgo de tener lesiones al correr que los que no hac -an otras actividades.

Ahora, el equipo est ¡ trabajando en otro estudio para saber si el cambio habitual de calzado proteger -a de las lesiones.

FUENTE: British Journal of Sports Medicine, online 16 de septiembre del 2013