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Su sombrero viejo y agujereado ya está colgado. Capulina, gran comediante del cine mexicano, deja tras de sí un legado de gesticulaciones, escenas de pastelazo y, sobre todo, de diversión familiar.

Gaspar Henaine vivió dos grandes etapas en su carrera. La que formó como pareja con Marco Antonio Campos, mejor conocido como “Viruta”, y la que se mantuvo como absoluto protagonista de la comedia de los 70 y 80.

Fue con el grupo Los Trincas, que cantaban y hacían comedia, cuando inició en los 50 justo antes de formar la mancuerna con su “casi” inseparable compañero.

La serie “Cómicos y Canciones” marcó el inicio de este par. Al ver el sonado éxito en la televisión, los productores decidieron lanzarlos con un equipo de argumentistas para hacer taquilla… y lo consiguieron.

Así nacieron historias como “Se los chupó la bruja”, “Viaje a la Luna”, “Los Legionarios”, “La odalisca número 13”, “Los Tigres del desierto”, “Muertos demMiedo”, “Dos locos en escena”, “Dos criados malcriados” y la que sería una de sus mejores comedias: “El dolor de pagar la renta”.

El dúo fue un parteaguas en la comedia mexicana, aunque muchos se empeñaban en compararlos con Stan Laurel y Oliver Hardy, mejores conocidos como El Gordo y El Flaco; sin embargo, ganaron millones de adeptos en toda Latinoamérica y se consagraron como la pareja estelar de comediantes.

Sus películas contaban una historia sencilla, en donde las chispeantes ocurrencias del gordo del sombrero y saco de cuadros fueron cobrando auge hasta colocarse como un referente para muchos.

Sus gestos, llanto exagerado, gritos y esa voz chillona que con el tiempo fue adquiriendo otro tono, dieron a Capulina el sello de distinción.

Así brilló junto a “Virus”, como cariñosamente él mismo lo llamaba, en “Angelitos del trapecio”, “Dos tontos y un loco”, “Un par a todo dar”, “Limosneros con garrote”, hasta que llegó la que sería una de las favoritas del actor: “Cascabelito”, que narraba de forma fantástica la vida de dos titiriteros que ven a una de las marionetas cobrar vida y obrar así grandiosos milagros.

Siguieron, entre otras, “Barridos y regados”, “Dos meseros majaderos”, “Detectives o ladrones”, “La batalla de los pasteles” y la que sería la última de esta mancuerna: “El camino de los espantos”.

Muchos de estos éxitos se debieron a un gran argumentista: Roberto Gómez Bolaños, quien aún no era conocido como Chespirito, y que, tras la separación de Viruta y Capulina, decidió hacer dos o tres películas más para este último.

Gómez Bolaños pensó que alcanzaría mayor brillantez con el que llevaba el peso de la comicidad en las escenas… pero el gusto sólo duró con los filmes “El Zángano” y “Operación Carambola”, pues también dejaron de trabajar.

Sin embargo, el fenómenos siguió y, junto a otros escritores, hizo “Santo contra Capulina”, donde se reunieron dos leyendas de la taquilla: el cómico y el luchador.

“”El mundo de los aviones”, “Speedy González”, “Capulina chisme caliente”… y hasta las “terroríficas” “Capulina contra los monstruos”, “Capulina contra los vampiros ” y “Capulina contra las momias” fueron otros de sus aciertos, junto con las que filmó en Monterrey “El circo de Capulina” y “El rey de Monterrey”.

Hasta sus últimas apariciones, como en la telenovela “El diario de Daniela” y en sus entrevistas, su recomendación fue siempre defender los derechos de los niños.

El humorismo blanco fue su mejor arma, por eso se ganó el título de campeón de este género, el cual difícilmente alguien podrá refrendar… al menos dentro del cine mexicano.

¿Sabías que…?

-Gaspar Henaine fue de los pocos que consiguió tener sus cómics: “Las Aventuras de Capulina” y la minirevista “Capulinita”, que ganaron buena circulación y en las que el ídolo aparecía con sus expresiones faciales distorsionadas haciéndolo parecer más chusco todavía.

-El actor trabajó con las actrices más hermosas de cada década. Desde las hermanas Velázquez, Tere y Lorena, Maricruz Olivier, Sonia Furió y Regina Torné, hasta Jacqueline Voltaire, Jacqueline Andere, Alicia Encinas, Silvia Manríquez, Rosa Gloria Chagoyán y Lina Santos.

Marco Castillo