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FORT WORTH, Texas, EE.UU. (AP) – Un jurado condenó el viernes a un ciudadano mexicano y su primo por conspirar para matar a un abogado en Texas que había fungido como jefe interino de un cártel mexicano de narcotráfico, quien fue abatido a balazos en el estacionamiento de un centro comercial del área de Dallas.

Los miembros del jurado deliberaron durante aproximadamente seis horas y media en días antes de declarar culpables a Jesús Gerardo Ledezma Cepeda y José Luis Cepeda Cortés de acecho interestatal y asociación delictuosa para cometer asesinato a través de un contrato con relación a la muerte a tiros de Juan Jesús Guerrero Chapa, ocurrida en 2013 en Southlake, un suburbio de Dallas-Fort Worth. La audiencia de sentencia fue agendada para el 22 de septiembre y ambos hombres podrían recibir la cadena perpetua.

Los primos fueron acusados de utilizar cámaras de video y un dispositivo de sistema de posicionamiento global (GPS) para rastrear a Guerrero hasta Southlake Town Square, donde una persona con capucha le disparó mientras el abogado se encontraba en su camioneta deportiva. El agresor no ha sido capturado.

Durante el juicio de tres semanas, fueron presentados al jurado testimonios y evidencias espeluznantes, en ocasiones gráficas, de la brutalidad empleada por los cárteles mexicanos de narcotráfico para ejercer la voluntad de sus líderes.

Guerrero era un abogado del jefe del Cártel del Golfo, Osiel Cárdenas Guillén, y ayudó a negociar indulgencia para Cárdenas cuando éste aceptó declararse culpable a los cargos formulados en Estados Unidos y cooperar con las autoridades del país. Cárdenas fue sentenciado a 25 años de prisión en 2010 bajo ese acuerdo. Guerrero huyó de México a los suburbios del norte de Texas considerando que era un lugar más seguro para él, y continuó trabajando con las autoridades estadounidenses.

Los fiscales dijeron que los hombres rastrearon a Guerrero por orden de Rodolfo Villarreal Hernández, un miembro del Cártel de los Beltrán Leyva conocido como “El Gato”, quien había culpado a Guerrero del asesinato de su padre ocurrido años antes.

Los abogados defensores argumentaron que Ledezma, un investigador privado que trabajaba para Villarreal, había sido obligado por su cliente a rastrear a Guerrero. Ledezma testificó que él o miembros de su familia serían asesinados si él se negaba. Los abogados de Cepeda Cortés sostuvieron que su cliente, un trabajador jubilado de una compañía telefónica residente del sur de Texas, fue engañado por su primo para que lo ayudara a rastrear a Guerrero.

Antes del juicio, Jesús Gerardo Ledezma Campano, hijo de 32 años de Ledezma, se declaró culpable del cargo de acechar y testificó contra su padre. Ledezma Campano testificó que su padre fue contratado por Villarreal para encontrar a Chapa, que Villarreal gastó un millón de dólares en la operación, luego premió a su padre con un auto de lujo y un viaje de cacería. Dijo además que el asesinato fue celebrado con una enorme fiesta.