La decisión del gobierno de Joe Biden de poner fin a los límites generalizados al asilo en la frontera a partir de mayo satisfizo las demandas de demócratas prominentes que esperaban ansiosamente el fin de un programa creado por Donald Trump a nombre de la salud pública.
Pero generó obstáculos políticos espinosos para demócratas de la región fronteriza que enfrentan la perspectiva de un aumento de los migrantes que por dos años han visto denegado el derecho de pedir asilo en Estados Unidos.
En una crítica inusualmente dura a un presidente de su propio partido, algunos de los legisladores demócratas con mayores dificultades de reelección, advierten que el gobierno está muy mal preparado para lidiar con la situación.
“Es una crisis y, en mi estimado, debido a una falta de preparación del gobierno, va a empeorar”, dijo el senador Mark Kelly, de Arizona.
Kelly y su correligionaria de Arizona Kyrsten Sinema se reunieron el miércoles con el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, para presionar por la necesidad de que el gobierno planee y coordine mejor una respuesta. La semana pasada, le escribieron al presidente Biden para llamarle a demorar el fin de las reglas fronterizas de la pandemia hasta que el gobierno “esté completamente listo para ejecutar y coordinar un plan abarcador que garantice un proceso seguro, ordenado y humano en la frontera”.
Sinema y el senador republicano por Texas John Cornyn le enviaron una carta similar a Mayorkas el jueves.
Migrantes han sido expulsados de Estados Unidos más de 1.7 millones de veces bajo los poderes de salud pública invocados en marzo del 2020 para prevenir la diseminación del COVID-19. El viernes, el gobierno de Biden anunció sus planes para poner fin a la autoridad llamada Título 42 — en alusión a una ley de salud pública de 1944 — para el 23 de mayo. Casi en el cenit de la variante ómicron a finales de enero, los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) habían extendido la orden hasta esta semana.
El anuncio se produjo luego de crecientes presiones de muchos demócratas prominentes, incluyendo el líder de la mayoría Chuck Schumer, para que se suspendiese un programa de la era Trump que ellos dicen es una excusa para evadir obligaciones bajo la ley estadounidense y un tratado internacional de proteger a las personas que escapan de la persecución.
Kelly y Sinema, elegidos en una Arizona tradicionalmente conservadora, están entre los demócratas más vulnerables en el Senado. Ya ha sido intensamente criticado por los republicanos en un año difícil para los demócratas que tratan de retener la mínima ventaja que tienen en el Senado.
