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Se recomienda una revisión médica a la semana del nacimiento del pequeño, otra un mes después, y una siguiente con la llegada de la menstruación. REFORMA
John Wilkes / Getty Images
Se recomienda una revisión médica a la semana del nacimiento del pequeño, otra un mes después, y una siguiente con la llegada de la menstruación. REFORMA
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Por Paloma Villanueva

CIUDAD DE MÉXICO_

Si tu relación de pareja ya no funciona y vas a divorciarte, antes de estallar en furia y contarles a tus hijos por qué en este momento odias tanto a tu ex o usarlos para obtener una jugosa pensión alimenticia, piensa que el divorcio es cosa de dos y que involucrar a tus hijos los puede dañar profundamente.

Claudia Sotelo, directora del Centro de Especialización de Estudios Psicológicos en la Infancia (CEEPI), considera que el error más grave que puede cometer una pareja que se está divorciando es involucrar a sus hijos en un pleito que no les toca.

“A veces el enojo los ciega y no alcanzan a diferenciar que la situación conflictiva, la separación y el divorcio es de la pareja y no de los ni~os, entonces terminan involucrándolos, volviéndolos herramientas de pleito, agarrándolos de confidentes, hablando mal de la ex pareja”, refiere.

Mejor evita las alianzas y los chantajes sentimentales, y no pierdas de vista la posibilidad de recurrir a terapia psicológica si la situación te está afectando demasiado, porque lo último que debes hacer es trasladar la rabia y la tristeza a tus hijos o volverlos tus confidentes, aconseja la especialista.

Martha Páramo, psicoanalista experta en terapia familiar, recomienda que ambos padres hablen con los niños sobre la separación.

“Hay que explicarles que las razones por las que se van a separar no tienen nada que ver con ellos; dejar muy claro que no es por alguna acción o conducta de los hijos porque los niños generalmente se sienten culpables o piensan que ellos, porque se portaron mal, provocaron que la pareja se separara.

“La otra parte muy importante es dejar claro que papá y mamá se pueden separar pero no van a dejar de ser sus padres, simplemente la convivencia ya no va a ser la misma pero que ellos no pierden un papá y una mamá”, apunta.

Páramo reconoce que un divorcio provoca mucho dolor y tristeza, por lo que recomienda buscar apoyo en la red familiar y de amigos, pedirles ayuda para el cuidado de los hijos en los momentos más difíciles y procurar que convivan con otros niños.

Sotelo destaca que es muy importante llevar a los niños cuanto antes a la nueva casa del cónyuge que dejará el hogar familiar, destinar para ellos una habitación y explicarles la nueva dinámica.

“Yo voy a vivir en otra casa pero te voy a ver cada 15 días, vas a venir a visitarme y éste va a ser tu espacio también, esta casa que es mía también va a ser tuya”, recomienda decirle a los niños.

Las psicólogas destacan que un divorcio mal manejado puede tener consecuencias inmediatas en el aprendizaje de los niños, alteraciones de sueño y alimentación, problemas de integración con otros niños y sentimientos de confusión y culpa.

“A largo plazo, si estos niños observaron maltrato entre sus padres puede ser que en el futuro sean hombres o mujeres que maltratan a su pareja o que se dejan maltratar porque eso es lo que vivieron, también puede ser que rechacen los compromisos de pareja.

“Se plantean: Si mi papá y mi mamá no funcionaron como pareja ¿qué me espera a mí? Cómo para qué me meto en este rollo si yo vi que mi papá y mi mamá se dieron hasta con la cubeta”, ejemplifica la experta.

Más información

El Centro de Especialización de Estudios Psicológicos en la Infancia ofrece consejos para esta y otras situaciones. Encuéntralos.

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