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La aprobación de la segunda parte del California Dream Act (Acta de los Sueños), en el Comité de Apropiaciones de la Asamblea del estado, resultó agridulce para Ricardo Muñiz, estudiante indocumentado del Colegio Comunitario de Fullerton.

Y es que aunque le dio gusto que esta iniciativa diera otro paso en pos de convertirse en ley y beneficiar a miles de estudiantes sin documentos migratorios, permitiéndoles obtener ayuda financiera estatal, su preocupación es ahora luchar en contra de una orden de deportación, cuya fecha límite es el 9 de junio.

“Sentí como que me sacaron el corazón de mi pecho”, dijo el joven de 22 años, al preguntársele sobre lo que sintió el día, hace un par de semanas, que recibió la notificación de la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).

“No sé como no pueden ver ellos que soy un estudiante, que estoy viendo mi futuro”, agregó el oriundo de Michoacán, México, que ha vivido en Estados Unidos desde la edad de 7 años. “Siento una tristeza, una devastación. Hay veces quiero pensar que no es cierto”.

Los problemas de Muñiz empezaron en diciembre de 2007, cuando él y unos amigos decidieron salir a comprar comida. Un agente del Departamento de Policía de Anaheim paró el carro de su amigo, sin justificación aparente, según él.

“Yo decidí dar la cara por mi amigo y él [el policía] se enojó y me arrestó por obstruir la Justicia”, relató Muñiz.

Muñiz fue arrestado y pasó siete días en la cárcel del condado de Orange. Fue ahí que las autoridades se percataron que estaba ilegalmente en el país y ICE le puso una “retención migratoria”.

ICE luego lo recogió y, según Muñiz, le dijeron que no tenía ninguna opción para estar en el país, esto a pesar que su madre es residente legal desde hace ocho años y su hermana mayor es ciudadana estadounidense, de acuerdo con su versión.

Al preguntársele por qué su madre no había intentado emigrarlo, Muñiz dijo que esto se debió a “la desidia y falta de dinero”.

Muñiz pasó dos meses en un centro de detención de ICE, donde firmó una salida voluntaria “porque dijeron que no calificaba para nada”.

“Yo pensé que era la única salida”, dijo Muñiz, quien luego se enteró que podía pedir una fianza y pelear su caso debido a la situación migratoria de su madre.

Su familia contrató un abogado quien redujo la fianza inicial de 20,000 dólares a 3,500 dólares, lo que le permitió salir y continuar peleando el caso. Luego, su madre intentó legalizarlo y el juez rechazó el pedido y continuó con el proceso de deportación en contra de Muñiz.

Sin base legal

El 19 de mayo, Muñiz recibió la carta de ICE donde le indicaban que debía abandonar el país el 9 de junio.

En un comunicado, Virginia Kice, vocera de ICE, indicó que “el Sr. Muñiz llegó inicialmente a la atención de la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) luego de su condena en el 2007 por obstruir a un agente del orden. En ese entonces, ICE puso al Sr. Muñiz en un proceso de remoción. Desde entonces, el caso migratorio del Sr. Muñiz ha pasado por una revisión exhaustiva en todos los niveles de nuestro sistema legal y las cortes han determinando consistentemente que él no tienen bases legales para permanecer en los Estados Unidos. Actualmente, ICE está revisando el caso para determinar los próximos pasos apropiados”.

Fuentes oficiales también informaron a HOY que el arresto del 2007 no era la primera vez que Muñiz tenía problemas con la Justicia. Ya antes, cuando era menor de edad, fue detenido por robo y después de su detención por parte de ICE también fue detenido por vandalismo y asociación pandilleril, aunque este último caso fue desechado.

En su entrevista con HOY, Muñiz reconoció que había tenido problemas judiciales cuando era menor de edad, pero señaló que según su abogado, esto no impactaría su caso migratorio.

Jorge Mario Cabrera, vocero de la Coalición para los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles (CHIRLA), también dijo que el caso de Muñiz representa el de un joven que creció en un ambiente difícil y ha tenido problemas en el pasado.

“Es un joven que continúa con retos y el Estado ha hecho una inversión en él para que salga adelante y ¿por qué no seguir ayudándole?”, dijo Cabrera.

“El caso de él refleja el punto medio. Este joven no es el brillante científico ni tampoco alguien que ha tenido todo en orden, pero está saliendo adelante”, agregó Cabrera.

CHIRLA y varios otros grupos están ayudando a Muñiz.

El California Dream Network ha colocado su caso en su página web, donde está recolectando firmas para una petición que abogados del joven presentarán a un juez de Inmigración en un intento más por detener su deportación.

“Yo quisiera un juicio justo”, dijo Muñiz. “Yo no veo mi futuro en México y la situación de tanta violencia me d miedo”, expresó.

Muñiz tiene dos hermanos en México, pero afirmó que no tiene relación con ellos. Actualmente, su única esperanza es que un juez migratorio acepte escuchar su caso.