Skip to content
Author
PUBLISHED: | UPDATED:

CHICAGO- “Desde chiquita (era) muy coqueta, le gustaba andar muy arreglada, a pesar de que estábamos en una situación dura”, así describió Estela Morales Ochoa, mamá de Elba Esther Gordillo, presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) de México.

La maestra normalista acusada de desvío de recursos de cuentas del sindicato, no escatimó en gastos para vestir bien.

Mientras las maestras de escuelas públicas compran en tianguis, segundas y a plazos, ella “no nació pa’pobre”, le gustaba todo lo bueno: La ropa de Louis Vuitton, de Chanel, Prada, Escada, Hermés, como si fuera una estrella de Hollywood, la esposa de un magnate o de plano, de alguna familia real.

Y compraba en Neiman Marcus, una de las tiendas más exclusivas de EEUU. Ah, pero eso sí, como las maestras, hizo sus compras a pagos. 22 en total, por más de 2 millones de dólares.

¿Vestir ropa de marca, da seguridad, clase, estilo? ¿Puede una bolsa de 5 mil dólares ser un caparazón? ¿Le daba a Elba Esther, Chanel las fuerzas necesarias para cumplir lo que decía “su compromiso social con la educación de los nuevos tiempos”?

Quizá, Elba Esther pasó por alto un acertado refrán: “Aunque la mona se vista de seda, mona se queda” .