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Por Trevor Stokes

NUEVA YORK (Reuters Health) – Una herramienta online para tomar decisiones que alerta a los cardi ‘logos cu ¡ndo no deber -an realizar distintos estudios cl -nicos reduce la indicaci ‘n de procedimientos innecesarios.

“Esta herramienta educativa ayuda a los m (c)dicos a determinar cu ¡l es el mejor test para cada paciente”, dijo el doctor James Min, director de investigaci ‘n de im ¡genes card -acas del Centro M (c)dico Cedars-Sinai, en Los ngeles.

“Aun cuando el gasto no sea una preocupaci ‘n, hay muchos motivos para no someterse a un test innecesario, como los falsos positivos o la detecci ‘n de algo sin importancia real”, opin ‘ el doctor Gilbert Welch, del Instituto de Pol -ticas de Salud y Pr ¡ctica Cl -nica de Dartmouth, en New Hampshire.

Para Welch, que no particip ‘ de un nuevo estudio del equipo de Min, ese exceso en la evaluaci ‘n y el diagn ‘stico empuja a los m (c)dicos a usar tratamientos innecesarios y potencialmente peligrosos para los pacientes.

Investigadores ya hab -an detectado que, en muchos casos, el uso excesivo de pruebas cl -nicas surge de la falta de actualizaci ‘n m (c)dica en el campo de las herramientas diagn ‘sticas.

Entonces, el equipo de Min cre ‘ un cuestionario online para ayudar a los m (c)dicos que participaron en un estudio a decidir si un test era o no adecuado para los pacientes.

Los m (c)dicos demoraron dos minutos en ingresar detalles en un formulario online para que el programa pudiera determinar si la indicaci ‘n del test coincid -a o no con las recomendaciones del Colegio Estadounidense de Cardiolog -a (ACC, por su nombre en ingl (c)s).

Durante el estudio, que se realiz ‘ entre mediados del 2010 y comienzos del 2011, los autores evaluaron la toma de decisi ‘n de los m (c)dicos de tres centros de cardiolog -a de St. Louis.

Todos los pacientes ten -an cobertura privada a trav (c)s de United HealthCare, que acept ‘ suspender los requisitos de autorizaci ‘n previa para que los m (c)dicos participantes pudieran decidir libremente qu (c) estudios diagn ‘sticos deb -an indicarles a sus pacientes.

En total, 100 profesionales aplicaron la herramienta online en las consultas de 472 pacientes card -acos, principalmente hombres de mediana edad con enfermedad coronaria.

El equipo se concentr ‘ en tres estudios card -acos por im ¡genes de uso com ?n: la MRI (m (c)todo para evaluar la funci ‘n del m ?sculo card -aco); el ecocardiograma por estr (c)s (imagen por ultrasonido para saber c ‘mo funciona el coraz ‘n durante el ejercicio), y la angiograf -a por TC (radiograf -a de alta resoluci ‘n para detectar obstrucciones vasculares).

En ocho meses, el uso inadecuado de esos estudios se redujo del 22 al 6 por ciento, mientras que la indicaci ‘n de los estudios que recomienda el ACC crecieron del 49 al 61 por ciento, seg ?n publica el equipo en Journal of the American College of Cardiology.

Para los especialistas, reducir el uso de pruebas innecesarias le ahorrar -a mucho dinero al sistema de salud de Estados Unidos. Por s ‘lo dos de los tres test evaluados, Medicare desembols ‘ en el 2008 m ¡s de 1.000 millones de d ‘lares en honorarios m (c)dicos ?nicamente.

“Es un buen estudio; refuerza y replica lo que otros ya hab -an demostrado en el campo de la asistencia para la toma de decisi ‘n sobre el uso de im ¡genes: se puede hacer y funciona”, dijo el doctor Chris Sistrom, radi ‘logo y economista de la salud de Partners HealthCare de la University of Florida.

Sistrom, que no particip ‘ del estudio, hab -a identificado una tendencia similar en el sistema de asistencia m (c)dica del Hospital General de Massachusetts. All -, la cantidad de TC (tomograf -as computarizadas) innecesarias se redujo del 20 al 10 por ciento en un mes.

Welch opin ‘ que cada vez m ¡s sistemas hospitalarios implementar ¡n estas herramientas de retroalimentaci ‘n cl -nica en tiempo real a medida que aumente el uso de computadoras para almacenar la informaci ‘n cl -nica de los pacientes y solicitar ex ¡menes.

Pero adelant ‘ que en ese proceso habr ¡ que establecer un equilibrio con la utilidad de la informaci ‘n que reciban los profesionales para evitar imponerles otra exigencia cuando cada vez tienen menos tiempo para las consultas.

FUENTE: Journal of the American College of Cardiology, 21 de mayo del 2013