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POR PAUL DE BENDER Y ANNIE BANERJI/NUEVA DELHI/REUTERS

El activista anticorrupción Anna Hazare descartó el miércoles llegar a un compromiso en su enfrentamiento con el Gobierno sobre una legislación anticorrupción, prometiendo seguir con su huelga de hambre que ahora entra en su noveno día, incluso si le cuesta la vida.

Mientras la salud de Hazare se debilitaba y miles de partidarios abarrotaban el lugar al aire libre de Nueva Delhi donde está realizando su ayuno público, el tiempo se acaba para que el Gobierno del primer ministro Manmohan Singh ponga fin a la crisis.

Singh instó al hombre de 74 años a que al menos accediera a tener un suero intravenoso, algo que Hazare ha rechazado hasta la fecha, y pidió una reunión con partidos políticos en el Parlamento para poner fin al estancamiento.

La demanda de Hazare de una ley anticorrupción más dura se ha convertido en indignación popular, sobre todo entre la clase media, por la corrupción que asola la tercera mayor economía de Asia. Miles de personas han salido a las calles del paDis en las mayores protestas sociales desde la década de 1970.

“Sólo he perdido seis kilos y mi riñón está un poco afectado, pero no hay nada de qué preocuparse”, dijo el activista, dirigiéndose a sus seguidores en el campo de Ramlila, en las afueras de la ciudad amurallada de la antigua Delhi.

“Hasta que el Gobierno acceda a todas las condiciones, no daré marcha atrás. Incluso si tengo que morir”, agregó.

El Gobierno ha comenzado a ofrecer concesiones para aprobar una ley anticorrupción más dura, pero el acuerdo ha sido esquivo.

“En los últimos días, he observado con una preocupación creciente su estado de salud”, escribió Singh en una carta a Hazare que su oficia difundió. “En el peor de los casos, nuestros caminos y metodologDias pueden diferir, aunque creo que incluso esas diferencias han sido exageradas”, agregó.

Pese al gran número de partidarios congregados en Ramlila, las críticas a Hazare han comenzado a incrementarse de forma constante, y destacados activistas sociales, intelectuales y políticos le han instado a llegar a un compromiso.

Las protestas de Hazare este año llevaron al Gobierno a introducir en el Parlamento una ley anticorrupción en agosto, pero sus seguidores y él consideran que el borrador de ley es ineficaz.

El movimiento de Hazare quiere que se retire la ley totalmente y que su propia versión -que incluye la creación de una agencia anticorrupción autónoma- sea aprobada para finales de mes, una demanda que altos funcionarios del Gobierno consideran poco realista.