Los pobladores de Sauk Village están molestos ante la falta de respuestas a la situación de agua contaminada con cloruro de vinilo detectada, a cuya exposición durante años podría aumentar el riesgo de cáncer.
Los residentes han sabido del problema con el agua durante años. En 2009 se advirtió sobre la contaminación, pero en ese momento las autoridades del poblado ya estaban trabajando en el tema y se desconocía el nivel de contaminación.
Pero no fue hasta esta semana cuando las autoridades empezaron a trabajar en un plan de emergencia después que la Agencia de Protección Ambiental de Illinois (IEPA), les informó que el agua potable de Sauk Village está contaminada con cloruro de vinilo, y les dio cinco días para alertar a sus casi 10,500 residentes.
En la página web del poblado hay una carta con fecha 16 de julio dirigida a sus residentes en la que se les informa que “EPA de Illinois notificó que se detectó y confirmó contaminación por encima del nivel estándar en Illinois, en el suministro público de agua potable de Sauk Village y que plantea una amenaza al público expuesto a ella”.
En la carta Sauk Village le pidió a sus residentes dejar de beber agua potable al igual que lo hizo con los poblados de Candlelight Village Mobile Home Park y Weatherstone Lakes Mobile Home Park.
Los funcionarios dijeron que no saben el origen del cloruro de vinilo. La exposición a cloruro de vinilo en el agua potable durante muchos años puede aumentar el riesgo de cáncer, dijo la EPA de Estados Unidos.
En respuesta al informe el alcalde dijo que los residentes podrían empezar a recibir agua embotellada, reportó el diario Chicago Tribune.
El temor y enojo no se han hecho esperar, Joe Ciechomski, residente de Sauk Village por treinta años dijo que sospecha que los contaminantes en el suministro de agua pudieron haber contribuido al cáncer de riñón de su madre.
Cheval Alston, residente del poblado por 12 años, comentó que cree que existe un vínculo entre un tumor fibroide de su hija y el agua.
El agua “ha salido café o negra”, agregó Alston al Tribune.
Ambos asistieron, junto con unos 250 residentes más a la reunión regular de la Junta del poblado la noche del martes, donde el alcalde Lewis Towers admitió que “el nivel de contaminación es mucho mayor de lo que esperábamos”.
Towers dijo que autoridades del poblado se reunieron el martes con la procuraduría General de Illinois en Chicago y con IEPA para hablar sobre las conclusiones del estudio.
Y por la noche, la reunión con los pobladores se interrumpió abruptamente sin información para las decenas de personas que asistieron, ya que los miembros de la Junta tenían una llamada a puerta cerrada con funcionarios estatales para tratar el tema del agua, indicó el alcalde.
Cuando los síndicos salieron no respondieron a las preocupaciones de los pobladores.
El diario reportó que una de la promesas de campaña de Towers fue mejorar el suministro de agua, y el martes citó un referéndum realizado en marzo en el que los votantes aprobaron cambiar el suministro de agua por agua del lago Michigan , un proceso que tomaría años y le costaría a los residentes cientos de dólares al año en sus facturas de agua.
“Vamos avanzando en esa dirección”, dijo Towers.
El agua del lago Michigan estaría conectada a la ciudad hasta el 2016, según estimaciones recientes.
Towers agregó que los residentes “tienen todo el derecho a estar molesto, (pero) estamos haciendo todo lo posible”, dijo.
Se le preguntó si él bebe el agua potable de su poblado, y el alcalde respondió “no, no lo hago”, y agregó que la mayoría de los residentes beben agua embotellada.
James Lambert, quien se trasladó a la ciudad hace 13 años, dijo que nunca toma esa agua debido a su sabor. Y aseguró que no sabía que podría dañar su salud.
“Honestamente, mi perro no bebería esa agua,” añadió.
