Skip to content
PUBLISHED: | UPDATED:

NACIONES UNIDAS (AP) – Un grupo de trabajo de Naciones Unidas recomendó el martes realizar una importante revisión de la oficina del presidente de la Asamblea General tras la embarazosa detención de un expresidente acusado por autoridades estadunidenses de convertir el puesto en una “plataforma con ánimo de lucro” al aceptar más de un millón de dólares en sobornos.

En un informe muy crítico, el grupo de trabajo apuntó que la oficina del presidente de la Asamblea General opera en un entorno de “importantes lagunas y puntos ciegos”, con falta de supervisión financiera, “medidas de transparencia y responsabilidad insuficientes”, y ningún código ético. Ofrece una imagen de operaciones sin continuidad que cambian cada año con la llegada de un nuevo presidente al organismo mundial integrado por 193 países y el inicio de su mandato de 12 meses.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ordenó la revisión tras la detención el pasado octubre de John Ashe, que ejerció de presidente entre septiembre de 2013 y septiembre de 2014. Fiscales estadounidenses alegan que aceptó sobornos de un magnate inmobiliario chino y otros empresarios, que también fueron arrestados, para propiciar inversiones lucrativas. Ashe, ex ministro de Exteriores de la nación caribeña de Antigua y Barbados, se declaró no culpable.

El grupo de trabajo dijo que las acusaciones contra Ashe han “empañado la imagen y reputación” de Naciones Unidas e instó a la Asamblea General a acometer importantes reformas al cargo.

Realizó 18 recomendaciones que incluyen pedir al ente que adopte un código de conducta para presidentes, lo que requiere que se divulguen todos los fondos recibidos por la oficina del presidente de cualquier fuente, asegurando que los individuos y empresas que quieren hacer contribución están supervisados, y estableciendo un nuevo cargo que dé continuidad entre los presidentes.

El grupo recomendó también el nombramiento de un cuerpo de supervisión para revisar la gestión de los asuntos financieros y de personal.

En el centro del problema está que el presidente de la Asamblea General no es un empleado de Naciones Unidas y la ONU solo financia unos cinco puestos de su oficina. Su presupuesto operativo es el mismo desde 1998, salvo por los ajustes por la inflación, y ahora está en 326.000 dólares.

Este supone que la ayuda financiera y el personal adicional que necesita el presidente se financian con contribuciones voluntarias de dinero, personal, aviones para desplazamientos y otros servicios similares procedentes de varios donantes entre los que hay gobiernos, agencias de la ONU, fundaciones y ONG, apuntó el grupo.

En una carta para transmitir el informe al actual presidente del cuerpo, Ban dijo que está de acuerdo con las conclusiones y recomendaciones del grupo. Además ordenó una auditoria, que se realizará pronto.

El actual presidente de la asamblea, el danés Mogens Lykketoft, ya ha instituido algunas reformas. En un comunicado explicó que un comité de la Asamblea discutirá el informe el 7 de abril.