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ARCHIVO - Esta foto sin fecha corresponde al el ex ministro de Justicia colombiano Rodrigo Lara Bonilla en un lugar indeterminado. La Fiscalía colombiana exhumó el viernes 15 de abril de 2016 sus restos óseos para tratar de encontrar nuevos elementos que permitan esclarecer el magnicidio presuntamente perpetrado por el narcotráfico hace tres décadas. (Foto AP, archivo)
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ARCHIVO – Esta foto sin fecha corresponde al el ex ministro de Justicia colombiano Rodrigo Lara Bonilla en un lugar indeterminado. La Fiscalía colombiana exhumó el viernes 15 de abril de 2016 sus restos óseos para tratar de encontrar nuevos elementos que permitan esclarecer el magnicidio presuntamente perpetrado por el narcotráfico hace tres décadas. (Foto AP, archivo)
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BOGOTÁ, Colombia (AP) – La Fiscalía colombiana exhumó el viernes los restos óseos del ex ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla para tratar de encontrar nuevos elementos que permitan esclarecer el magnicidio presuntamente perpetrado por el narcotráfico hace tres décadas.

La diligencia fue encabezada por el propio fiscal general, Jorge Fernando Perdomo, en un cementerio de la ciudad de Neiva, a unos 240 kilómetros al suroeste de Bogotá.

“El interés de la Fiscalía es que sepamos realmente qué fue lo que pasó en el caso de Lara” y “si hubo participación de agentes del Estado”, explicó Perdomo a los periodistas.

La exhumación busca, según ha dicho la Fiscalía, “estudiar con la tecnología de ahora la trayectoria de los proyectiles” que la noche del 30 de abril de 1984 segaron la vida de Lara en las calles bogotanas.

La Fiscalía busca establecer similitudes con otros magnicidios perpetrados años después del de Lara y en los que, según las investigaciones, habría habido participación de agentes del Estado. Tal es el caso de los asesinatos de los dirigentes políticos Luis Carlos Galán (1989), José Antequera (1989), Carlos Pizarro (1990) y Bernardo Jaramillo (1990).

El periodista y escritor Alberto Donadío publicó recientemente el libro “El asesinato de Rodrigo Lara Bonilla: la verdad que no se conocía”, en el que planteó dudas sobre la forma en que al parecer sicarios asesinaron a Lara.

Según Donadío, la historia que ha conocido el país es que el carro en que se movilizaba Lara fue baleado cuando estaba en movimiento. Pero, según el dictamen de un experto citado por el autor, “ningún tirador del mundo tiene esa puntería. La hipótesis… es que el carro del ministro estaba detenido cuando fue asesinado”.

Adicionalmente, Donadío se pregunta cómo fue posible que el conductor y el escolta no resultaran al menos con heridas graves.

“¿Cómo es posible que no hubiera quedado muerto (el escolta) o gravemente herido si en realidad se trató de un atentado en que una moto súbitamente empezó a disparar contra el Mercedes Benz del ministro?”, indicó Donadío en una entrevista con el diario El Espectador.

Como ministro de Justicia, Lara les había declarado la guerra a los carteles de las drogas, especialmente al de Medellín, al denunciar sus actividades criminales. El suyo fue uno de los primeros magnicidios atribuidos al capo Pablo Escobar.

Lara pertenecía al movimiento político Nuevo Liberalismo cuyo fundador, Luis Carlos Galán, también fue asesinado por orden de Escobar en agosto de 1989.

En septiembre de 2012 la Fiscalía elevó a la categoría de crimen de lesa humanidad el asesinato de Lara, una medida que busca evitar el archivo definitivo del caso.