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ARCHIVO - En esta fotografía de archivo del 11 de septiembre de 2006 el expresidente de Chile Patricio Aylwin, en el centro, asiste a una ceremonia que marca el 33 aniversario del golpe militar encabezado por el general Augusto Pinochet en el palacio de La Moneda en Santiago. A su izquierda la entonces presidenta de Chile Michelle Bachelet y la diputada Isabel Allende, hija de Salvador Allende, a la derecha. Aylwin, que dirigió la transición de Chile a la democracia, murió el martes 19 de abril de 2016 a los 97 años. (Foto AP/Santiago Llanquin, archivo)
Santiago Llanquin / ap
ARCHIVO – En esta fotografía de archivo del 11 de septiembre de 2006 el expresidente de Chile Patricio Aylwin, en el centro, asiste a una ceremonia que marca el 33 aniversario del golpe militar encabezado por el general Augusto Pinochet en el palacio de La Moneda en Santiago. A su izquierda la entonces presidenta de Chile Michelle Bachelet y la diputada Isabel Allende, hija de Salvador Allende, a la derecha. Aylwin, que dirigió la transición de Chile a la democracia, murió el martes 19 de abril de 2016 a los 97 años. (Foto AP/Santiago Llanquin, archivo)
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SANTIAGO, Chile (AP) – El expresidente Patricio Aylwin, que apoyó el golpe militar de Augusto Pinochet y años más tarde le tocó liderar la transición chilena a la democracia, murió el martes producto del deterioro físico que lo afectaba, informó el ministro del Interior. Tenía 97 años.

“Todos sabíamos que su salud se había deteriorado hace algunos días”, precisó el ministro Jorge Burgos.

En tanto, su hermano Arturo Aylwin dijo a la prensa que el deterioro del exmandatario se produjo hace algunas semanas.

Al enterarse del deceso la presidenta Michelle Bachelet dijo que “Chile ha perdido un hombre que supo siempre colocar la unidad de los demócratas por sobre las diferencias, que permitió reconstruir un país democrático una vez que él asumió la presidencia de la república y en ese sentido le debemos mucho a don Patricio”.

La mandataria suspendió un viaje el miércoles a Nueva York para concurrir a la firma del acuerdo de cambio climático, a fin de participar en los diversos actos en homenaje a Aylwin.

Líderes derechistas también destacaron el papel de Aylwin en la historia chilena. El expresidente Sebastián Piñera (2010-2014) señaló que “a él le tocó liderar el proceso de recuperación de la democracia y lo hizo con fortaleza, con sabiduría, pero también tratando de integrar, de sumar, y no de dividir ni de excluir”.

Hernán Larraín, presidente de la conservadora Unión Demócrata Independiente, dijo que a Aylwin “permitió hacer una transición ejemplar desde un período difícil para lograr instalar en ese momento un país tranquilo y democrático”.

Aylwin, como la mayoría del Partido Demócrata Cristiano, apoyó el golpe militar de Pinochet que en 1973 inauguró una sangrienta dictadura que se prolongaría hasta 1990, hasta que pocos años después, con los partidos políticos disueltos, los padrones electorales destruidos y la represión desatada, se convenció de que los uniformados habían llegado para quedarse.

Democristiano, Aylwin encabezó una coalición centroizquierdista que en 1990 lo llevó al poder para iniciar la restauración de la democracia chilena luego de 16 años y medio de dictadura.

Durante su mandato (1990-1994) enfrentó dos rebeliones de Pinochet, quien había continuado como jefe del ejército tras abandonar la presidencia.

Tras dimensionar la magnitud de las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura, Aylwin ofreció disculpas a las familias de las víctimas y abogó por justicia pero “en la medida de lo posible”, frase que causó escozor entre los sectores izquierdistas, los activistas de los derechos humanos y los familiares.

El propio mandatario creó la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación que inicialmente determinó que las víctimas habían sido 3.197, pero posteriores investigaciones oficiales elevaron el número a 40.018, incluidos 3.095 opositores asesinados, de los cuales más de 1.000 permanecen desaparecidos.

Entre sus medidas de reparación entregó beneficios económicos a las familias de las víctimas y pensiones vitalicias, aunque los montos fueron considerados bajos.

Aylwin enfrentó al mismo tiempo fuertes críticas de la oposición derechista por amnistiar y sacar del país a guerrilleros izquierdistas encarcelados durante la dictadura.

Introdujo sutiles cambios en las políticas de libre mercado instauradas por Pinochet, dirigió un período de sostenido crecimiento económico y favoreció una política de desarrollo con equidad.

Rechazaba el consumismo desatado bajo el gobierno militar y se enorgullecía de jamás haber visitado uno de los modernos centros comerciales que comenzaban a proliferar en las ciudades chilenas.

Mejoró los salarios de los más necesitados pero la desigualdad entre los ingresos de pobres y ricos continuó siendo abismal. Según un informe de Naciones Unidas realizado durante su gobierno, el 10% más rico del país recibía el 47% de los ingresos.

Aylwin también desarrolló políticas sociales para los sectores más deprimidos y dictó leyes para proteger a los indígenas, que representan al 8% de los chilenos.

Abogado de profesión, fue cofundador del Partido Demócrata Cristiano, que lideró en ocho ocasiones.

Entre sus méritos más destacados, reconocidos transversalmente, estaba su capacidad para promover los consensos que permitieron la unidad contra la dictadura.

Su larga trayectoria política y los acuerdos alcanzados con antiguos rivales socialistas lo llevaron a la presidencia apoyado por la Concertación de Partidos por la Democracia, una alianza de 16 colectividades de centro e izquierda.