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BUENOS AIRES (AP) – En la mayor movilización que enfrentó al presidente Mauricio Macri en diez meses de gestión, los sindicatos más combativos y grupos de izquierda amenazaron el viernes con profundizar las medidas de fuerza y protestas callejeras si no cambia el rumbo de su política económica.

La advertencia podría desalentar las inversiones que el gobierno busca atraer para poner en marcha la economía del país sudamericano.

Convocada por la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), el ala más combativa del sindicalismo, la denominada “Marcha Federal” comenzó el miércoles en distintos puntos del país y confluyó este viernes en la céntrica Plaza de Mayo, bajo la consigna “Contra los despidos, el ajuste y el tarifazo”, en referencia al incremento de las tarifas de los servicios públicos.

“O cambia la política económica o acá va a haber lucha todo el tiempo, con paros y movilizaciones a lo largo y ancho del país”, advirtió Pablo Micheli, uno de los líderes de la CTA.

El acto contó con la adhesión de sindicatos y organizaciones sociales que estuvieron enfrentados durante el anterior gobierno de Cristina Fernández (2007-2015), del peronismo de centroizquierda, y que ahora parecen haber dejado de lado sus diferencias para enfrentar lo que ellos definen como “políticas neoliberales de ajuste” de Macri, quien se encuentra en China para participar de la cumbre del G-20.

“El presidente va por el mundo diciendo: ‘vengan a la Argentina que ahora estoy yo y se van hacer la América. Van a poder reducir los costos laborales’. Y acá estamos para decirles con unidad y lucha que no van a venir en esas condiciones, que vamos a estar en la calle dando lucha cada vez que nos quieran meter la mano en el bolsillo”, afirmó Micheli.

Mariel Fornoni, directora de la consultora Management & Fit, dijo a The Associated Press que la protesta “es la respuesta de los actores sociales que se sienten perjudicados” por el ajuste aplicado por Macri en sus casi nueve meses de gestión en un contexto en “el que subió la pobreza y la recesión económica se ve en la calle” y la oposición no ha sabido capitalizar.

La inflación sigue siendo el principal problema, aunque se ha desacelerado levemente. En julio fue de 2% respecto del mes anterior, pero economistas privados barajan una proyección anual de entre 46% y 47%.

El índice de desempleo aumentó a 9,3% en el segundo trimestre, lo que supone que 1,16 millones de personas no tienen trabajo. Por otro lado la subocupación -las personas que trabajan pocas horas- ascendió a 11,2 %. El gobierno atribuyó el empeoramiento en gran parte al sinceramiento de los datos estadísticos oficiales que fueron falseados durante que el gobierno de Fernández.

Fornoni opinó que 2016 será “un año difícil en el que aumentarán las protestas” ante la percepción generalizada de que la economía no logrará recuperarse.

Los organizadores de la marcha advirtieron que convocarán a una huelga general que podría tener el apoyo de las principales centrales sindicales del país, aunque no precisaron una fecha.

“Empezó la cuenta regresiva para el paro nacional de las cinco centrales de trabajadores para decirle al gobierno: ‘Hasta acá llegó el ajuste’. A partir de acá discutimos la agenda de los trabajadores”, indicó Hugo Yasky, otro de los líderes de la CTA.

La unidad del movimiento sindical, que contrasta con la fragmentación del peronismo, el principal partido opositor, es una señal que preocupa el gobierno de cara a generar condiciones para atraer las inversiones que pongan en marcha la economía argentina tras cuatro años de estancamiento.

El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, dijo más temprano que “esta marcha tiene una manifestación clara, alguna con más tinte político o ideológico que otra”.

“Entendemos las dificultades que muchos de esos sectores plantean…Lo venimos diciendo de hace mucho tiempo: éste es un momento de sinceramiento y de una transición en la cual estamos trabajando para que sea lo más breve posible y para que conseguir los resultados del crecimiento de la economía”, dijo el funcionario en rueda de prensa.

“Sí, ministro, los trabajadores tenemos ideología. No somos un número que viene y va como usted piensa, un recurso humano como usted cree. Luchamos por una patria liberada, no queremos ajuste y esa es nuestra ideología”, le respondió Micheli desde el escenario montado de espaldas a la Casa de Gobierno.

Los manifestantes, muchos de ellos empleados estatales, también protestaron contra miles de despidos en el sector público que ordenó el presidente para reducir el déficit fiscal. Asimismo rechazaron el aumento de las tarifas del gas y otros servicios públicos, que se prevé que será menor al que el gobierno pretendía debido a la oposición de la justicia.

Según un sondeo de la consultora Ricardo Rouvier y Asociados realizado entre el 17 y el 21 de agosto entre 1.200 encuestados y con un margen de error de 2,8 puntos porcentuales, sólo 20% de los argentinos percibe una desaceleración inflacionaria. En tanto, 56,8% considera que el gobierno no logrará disminuir la pobreza.

Fornoni puntualizó que aunque la valoración de la gestión de Macri empeoró por el ajuste, “no fue tanto como para que haya un desgaste de su capital político porque la gente sigue manteniendo expectativas de que la situación podría mejorar”.

Una encuesta de Management & Fit realizada entre el 20 y 25 de agosto entre 2.000 personas y con un margen de error de 2,2 puntos porcentuales indicó que 43,1 % aprueba la gestión presidencial, lo que supone una leve baja respecto del 43,4% de en julio y 42,6% la desaprueba en comparación con 42,1% del mes pasado.