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La candidata presidencial demócrata Hillary Clinton sonríe mientras su rival republicano Donald Trump habla durante el debate rumbo a la Casa Blanca en la Universidad Hofstra en Hempstead, Nueva York, el lunes 26 de septiembre de 2016. (Rick T. Wilking/Pool vía AP)
Rick T. Wilking / AP
La candidata presidencial demócrata Hillary Clinton sonríe mientras su rival republicano Donald Trump habla durante el debate rumbo a la Casa Blanca en la Universidad Hofstra en Hempstead, Nueva York, el lunes 26 de septiembre de 2016. (Rick T. Wilking/Pool vía AP)
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HEMPSTEAD, Nueva York, EE.UU. (AP) – En un combativo primer debate, Hillary Clinton atacó con dureza a Donald Trump el lunes por no divulgar su información fiscal ni sus acuerdos empresariales y por promover una “mentira racista” sobre el presidente, Barack Obama, mientras que el magnate se refirió repetidas veces a la demócrata como un “político típico” en un intento de aprovechar la frustración de los estadounidenses con Washington.

Enfrascados en una contienda muy reñida por la Casa Blanca, los candidatos rivales forcejearon durante 90 minutos en torno a sus visiones ampliamente distintas sobre el futuro de la nación. Clinton exhortó a disminuir los impuestos a la clase media, mientras que Trump se enfocó más en renegociar acuerdos comerciales que dijo han provocado que las compañías saquen empleos de Estados Unidos.

El republicano respaldó la controvertida táctica policial de “detener y registrar” como una forma para disminuir la delincuencia, mientras que la demócrata dijo que dicha estrategia es inconstitucional e ineficaz.

El debate fue acalorado desde el principio: Trump intentó frecuentemente interrumpir a Clinton y hablaba cuando ella respondía, mientras que la ex secretaria de Estado se mostró algo más moderada, pero también aguijoneó al multimillonario sobre sus antecedentes empresariales y su riqueza.

“Hay algo que él está ocultando”, declaró, burlándose de su reiterado argumento de que no divulgará sus declaraciones fiscales porque está siendo auditado. Expertos fiscales dijeron que una auditoría no obstaculiza la divulgación del 17th graf.rds. Clinton señaló que una razón por la que el republicano se habría negado a hacerlo es porque no ha pagado impuestos federales. Trump la interrumpió para decir: “Eso me hace inteligente”.

De un modo agresivo, Trump intentó devolver las preguntas sobre la transparencia a su rival, señalando que mostrará sus datos fiscales cuando ella haga lo propio con más de 30.000 correos electrónicos que fueron borrados del servidor personal de internet que empleó en su etapa como secretaria de Estado.

Las críticas del empresario a Clinton se tornaron personales en los últimos momentos de la contienda, cuando dijo que “ella no tiene la apariencia, ella no tiene la energía” para ser presidenta. Trump ya había realizado estos comentarios en actos previos, provocando indignación entre los partidarios de la demócrata, que lo acusaron de lanzar un ataque sexista contra la primera mujer nominada a la presidencia de Estados Unidos por uno de los dos grandes partidos del país.

Clinton aprovechó la ocasión para recordar a los votantes los numerosos comentarios controvertidos de Trump sobre las mujeres, que serán clave en el resultado de las elecciones del 8 de noviembre.

“Este es el hombre que ha llamado a las mujeres cerdas, guarras y perras”, dijo.

El cara a cara televisado fue el momento más esperado de una campaña electoral que ha sido histórica e impredecible. Ambos bandos esperan establecer un record de audiencia con el debate celebrado en la Universidad Hofstra, en Nueva York, reflejando el intenso interés que despierta la carrera para convertirse en el 45to presidente de Estados Unidos.

El principal argumento de Trump contra Clinton fue que la exsenadora y secretaria de Estado es poco más que una política de carrera que desperdició oportunidades para abordar los asuntos nacionales e internacionales que ahora promete atajar desde la Oficina Oval.

“Tiene experiencia, pero es una mala experiencia”, manifestó.

Ambos candidatos se presentaron como el mejor preparado para liderar una nación donde muchos no alcanzan a beneficiarse de una lenta recuperación económica y tienen cada vez más miedo ante las amenazas terroristas internas e internacionales. Cuando Trump atacó a Clinton por tomarse un tiempo en la campaña para reparar el debate, ella respondió: “Me preparé para ser presidenta, y eso es algo bueno”.

La demócrata y el republicano discutieron sobre comercio, impuestos y cómo llevar de vuelta a Estados Unidos empleos bien remunerados.

Clinton señaló que su rival republicano promueve una versión “Trumpizada” de la economía – una filosofía centrada en recortes fiscales para los ricos. La demócrata pidió el aumento del salario mínimo federal, más gasto en infraestructura y garantizar un sueldo igualitario para las mujeres.

Trump, por su parte, revisó las políticas que según él hicieron que los empleos estadounidenses se fueran al extranjero, en parte por los acuerdos comerciales internacionales que su rival ha respaldado. Criticó duramente el apoyo de Clinton al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica durante su etapa en el gobierno Obama. Clinton ha cambiado de opinión desde entonces y se opone a la última versión del pacto.

“Dijo que era el patrón oro para los acuerdos comerciales”, señaló Trump. “Si gana, lo aprobará”.

Confrontando su versión de los hechos, Clinton apuntó: “Sé que vive en su propia realidad”.

El republicano tuvo problemas para enfrentar repetidas cuestiones sobre por qué reconoció que Obama nació en Estados Unidos hasta recientemente. Durante años, Trump fue el principal impulsor de las preguntas que sugerían erróneamente que el presidente nació fuera del país.

“En realidad inició su actividad política sobre esta mentira racista”, acusó Clinton.

Trump insistió también en varias ocasiones en su oposición a la Guerra de Irak antes de la invasión estadounidense de 2003, a pesar de las pruebas que apuntan lo contrario. En 2002, en una entrevista con Howard Stern se le preguntó si respaldaría una posible invasión de Irak, a lo que respondió: “Sí, eso creo”.