Skip to content
PUBLISHED: | UPDATED:

SAN SALVADOR, El Salvador (AP) – Los ministros de Seguridad Pública y Defensa, y funcionarios de Aduanas y migración de Guatemala y El Salvador acordaron el viernes implementar planes conjuntos de seguridad para combatir a las pandillas y el crimen organizado en la región centroamericana.

“Básicamente lo principal que hemos acordado es operativizar el acuerdo que los señores presidentes (de Honduras, Guatemala y El Salvador) acordaron para constituir ya la fuerza trinacional” para combatir más efectivamente la delincuencia, manifestó a los periodistas al concluir la reunión, el ministro de Justicia y Seguridad Pública de El Salvador, Mauricio Ramírez Landaverde.

Los dos países acordaron también la cooperación en el ámbito policial, migratorio, inteligencia e intercambio de información, explicó el ministro.

Agregó que estos mismos acuerdos de cooperación ya están en marcha con Honduras.

Se establecerán mecanismos para operaciones fronterizas, dijo el director de la Policía Nacional Civil de El Salvador, comisionado Howard Cotto.

Explicó que aunque serán operaciones coordinadas en las diferentes fronteras para tener más efectividad a los dos lados, “esto no significa que las unidades militares o policiales de Guatemala estarán acá, y nosotros del otro lado de la frontera. No. Cada quien va a operar en su territorio”.

Este esfuerzo en el que también participa Honduras, se busca mejores resultados para combatir la delincuencia sobre todo aquella que transita a lo largo de los límites fronterizos entre los tres países, según se explicó.

En Guatemala y Honduras han denunciado que aumentó la presencia de las pandillas salvadoreñas.

Esto estaría ocurriendo desde que el gobierno salvadoreño puso en marcha nuevos planes para combatir a las pandillas, creando fuerzas elites que los persiguen, los que los habría obligado a buscar refugios en zonas rurales alejadas de las ciudades y hasta tratar de trasladarse a Guatemala y Honduras.

Las pandillas Barrio 18 y Mara Salvatrucha se han convertido en dos estructuras criminales más violentas y con más presencia territorial en los países del Triángulo Norte y según las autoridades extorsionan sistemáticamente a comerciantes y empresarios y están involucradas en el narcotráfico.