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El próximo vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence (derecha), observa mientras el presidente electo del país, Donald Trump, ofrece su discruso de victoria durante la noche electoral ante sus partidarios, el 9 de noviembre de 2016, en Nueva York. (AP Foto/ Evan Vucci)
Evan Vucci / AP
El próximo vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence (derecha), observa mientras el presidente electo del país, Donald Trump, ofrece su discruso de victoria durante la noche electoral ante sus partidarios, el 9 de noviembre de 2016, en Nueva York. (AP Foto/ Evan Vucci)
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WASHINGTON (AP) – Donald Trump asumió el miércoles su condición de ganador de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. El popular empresario, debutante en política, se convertirá en el 45to presidente de Estados Unidos tras una sorpresiva victoria luego de capitalizar las preocupaciones económicas de los votantes, aprovechar las tensiones raciales y superar una serie de acusaciones de abuso sexual en su camino a la Casa Blanca.

El triunfo del republicano sobre Hillary Clinton, que no se anunció hasta bien pasada la medianoche, pondrá fin a ocho años de dominio demócrata en la Casa Blanca. Gobernará con un Congreso controlado por los republicanos y liderará un país dividido por su enconada campaña contra la demócrata. Además enfrenta fracturas en su formación, dado el elevado número de responsables que o bien respaldaron su nominación con tibieza o nunca llegaron a hacerlo.

En su discurso de victoria, Trump instó a los estadounidenses a “unirse como un único pueblo” tras una campaña profundamente divisiva.

Clinton, que aspiraba a convertirse en la primera mujer presidenta del país, telefoneó a su rival para reconocer su derrota pero no tiene pensado comparecer en público hasta el miércoles por la mañana. Trump, que pasó buena parte de la campaña animando a sus seguidores cuando coreaban “¡Enciérrenla!”, dijo que la nación tenía con ella una “una gran deuda de gratitud” por sus años de servicio público.

Trump arrasó en territorios considerados feudos demócratas desde hace años, ganando Pennsylvania y Wisconsin, estados que no elegían a un candidato presidencial republicano desde la décadas de 1980. Necesitaba ganar casi todos los estados en disputa, como ocurrió, imponiéndose en Florida, Ohio, North Carolina y otros.

Los mercados internacionales y el mercado de futuros de Estados Unidos se desplomaron reflejando las preocupaciones de los inversionistas de lo que podría significar la presidencia del magnate para la economía y el comercio mundial.

Empresario de bienes raíces neoyorquino que vive en un lujoso ático en Manhattan, Trump forjó una sorprendente conexión con estadounidenses blancos de clase obrera que sienten haberse quedado atrás en un país con una economía cambiante y cada vez más diversificado. Presentó la migración, tanto la procedente de Latinoamérica como de Oriente Medio, como la raíz de muchos de los problemas que afectan al país y canalizó el temor al terrorismo dentro y fuera del país.

Trump asumirá la presidencia del país con un Congreso de mayoría republicana. Los aspirantes republicanos al Senado derrotaron a sus rivales demócratas en estados clave para retener su dominio en la cámara. La formación mantiene además la presidencia de la Cámara de Representantes.

Contar con el control del Senado supone que Trump tendrá mucha libertad en el nombramiento de jueces de la Corte Suprema, lo que podría acarrear un importante viraje a la derecha que durará décadas.

En su camino a la Casa Blanca, Trump se saltó años de convencionalismos políticos, dedicando duros insultos personales a sus rivales, calificando a los migrantes mexicanos de violadores y asesinos y prometiendo suspender temporalmente la entrada de musulmanes a Estados Unidos. No hizo públicos sus registros fiscales – rompiendo otra tradición de campaña – dejó a un lado el robusto trabajo de campo que ayudó a Obama a ganar dos elecciones presidenciales, confiando en su lugar en multitudinarios mítines para alentar a sus partidarios. Su campaña se vio salpicada frecuentemente por el caos, y tuvo tres directores este año.

La última, Kellyanne Conway, elogió los logros de su equipo al conocer el resultado final, con un mensaje en Twitter que decía “los mítines multitudinarios importan” y “hemos ampliado el mapa”.

El ánimo en el cuartel general de Clinton se ensombrecía a medida que avanzaba la noche y mientras algunos de sus seguidores se marcharon, otros lloraban y se abrazaban. Sus principales asesores de campaña dejaron de devolver llamados y mensajes mientras Clinton y su familia seguían el desarrollo de la noche electoral en un lujoso hotel.

A las 02:00 de la madrugada, el director de la campaña demócrata, John Podesta, dijo a sus seguidores que se marchasen a casa. “Seguimos contando votos y cada voto debería contar”, afirmó.

Trump heredará una nación temerosa y profundamente dividida por las oportunidades económicas y educativas, la raza y la cultura.

Las encuestas de salida subrayaron las profundas divisiones que han definido la campaña de 2016. Las mujeres de todo el país se expresaron en favor de Clinton por un margen en doble dígito, mientras que los hombres se mostraron significativamente más a favor de Trump. Más de la mitad de los votantes blancos respaldaron al republicano, mientras que nueve de cada 10 negros y dos tercios de los hispanos votaron por la demócrata.

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Los periodistas de Associated Press Catherine Lucey, Bradley Klapper, Vivian Salama, Hope Yen, Jill Colvin y Lisa Lerer y la directora de encuestas de AP Emily Swanson contribuyeron con este despacho.

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La periodista de AP Julie Pace está en Twitter en http://twitter.com/jpaceDC