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En esta fotografía del 7 de enero de 1959, el líder rebelde de Cuba, Fidel Castro, al centro, y sus combatientes avanzan hacia La Habana, donde les espera una bienvenida al día siguiente. Castro y sus combatientes derrocaron al dictador Fulgencio Batista y establecieron un gobierno comunista. Fidel Castro falleció el 25 de noviembre de 2016 a los 90 años. (Foto AP/Archivo)
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En esta fotografía del 7 de enero de 1959, el líder rebelde de Cuba, Fidel Castro, al centro, y sus combatientes avanzan hacia La Habana, donde les espera una bienvenida al día siguiente. Castro y sus combatientes derrocaron al dictador Fulgencio Batista y establecieron un gobierno comunista. Fidel Castro falleció el 25 de noviembre de 2016 a los 90 años. (Foto AP/Archivo)
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LA HABANA (AP) – Con voz entrecortada y temblorosa el presidente cubano Raúl Castro dio la noticia: su hermano Fidel murió.

El hombre que condujo a un grupo rebelde a la victoria, impuso un modelo socialista de corte soviético, desafió a la mayor potencia y fue referente de la izquierda mundial durante más medio siglo falleció el viernes a los 90 años.

“¡Hasta la victoria, siempre!”, exclamó Raúl vestido de verde olivo al hacer el anuncio a las 23.53 del viernes (0453 GMT del sábado) en la televisión local. El deceso del líder ocurrió a las 22.29 (0329 GMT)

Su cuerpo será cremado y trasladado en una caravana hacia la oriental provincia de Santiago de Cuba, en un recorrido de 900 kilómetros que rememora la marcha que realizó en 1959 cuando triunfó la revolución.

El lunes y martes los cubanos podrán honrar su memoria “y firmar el solemne juramento” revolucionario, “como expresión de la voluntad de dar continuidad a sus ideas y a nuestro socialismo”, informó un comunicado de la comisión organizadora del sepelio.

Sus cenizas serán depositadas en el cementerio de Santa Ifigenia de Santiago el 4 de diciembre, adonde también descansa el prócer independentista José Martí.

El Consejo de Estado y de Ministros informó que habrá nueve días de duelo nacional durante los cuales cesarán las actividades y espectáculos públicos y ondeará la enseña nacional a media asta en edificios públicos y establecimientos militares. La radio y la televisión mantendrán una programación especial.

La cuidad lucía apagada este sábado y el bullicio habitual estaba un poco apagado.

En las calles, a algunas personas se le llenaron los ojos de lágrimas e incluso quienes se manifestaron ajenos a la política mostraban su respeto por el deceso.

“Es un ídolo para mí”, dijo a The Associated Press Celestino Acosta, un mecánico de 56 años, al conocer la noticia. “Gracias a él he pedido estudiar, soy lo que soy. Por donde pase Fidel hay que sacarse el sombrero… es un golpe doloroso para todos”.

A medida que avanzaba el día, en las avenidas los balcones fueron decorados con banderas cubanas con su típico azul, blanco y rojo, y en las instituciones públicas se vieron carteles con el rostro de quien los cubanos identifican como “comandante en jefe”.

Las embajadas de España, la Unión Europea, Ecuador, Canadá y Suiza izaron sus propias banderas a media asta en señal de luto y en la Universidad de La Habana un grupo de jóvenes hizo un mitin en homenaje a Castro.

En la Plaza de la Revolución, a donde se espera acudan los capitalinos a rendir homenaje al líder el lunes y martes, comenzaron a instalarse baños.

Los turistas sorprendidos con la noticia se sentían testigos de un acontecimiento histórico.

“Veo que las personas siguen sus vidas normales, per se los siente tristes”, manifestó Catarina Pais, una visitante portuguesa de 30 años quien viajó por dos semanas a la isla y sale mañana.

Pais y su acompañante, Tiago Neves de 31 años, se enteraron por la mañana cuando fueron a reservar lugar para un espectáculo y les informaron que estos estaban suspendidos por el deceso.

“Nosotros también estamos tristes, queríamos ver a la Cuba de Fidel y ahora nos vamos tras su muerte”, agregó Neves, sentado junto a Pais en el Malecón de La Habana.

La era de Castro en esta isla del Caribe, ubicada a 140 kilómetros (90 millas) de Florida, estuvo marcada por la invasión de Bahía de Cochinos en 1961 y, al año siguiente, la crisis de los misiles cubanos que llevó al mundo al borde de una guerra nuclear.

El revolucionario barbudo, que sobrevivió un intenso embargo comercial estadounidense y cientos de intentos de asesinato, falleció una década después de que una enfermedad lo obligase a ceder formalmente el poder a Raúl.

Fidel sobrevivió al encarcelamiento en manos del dictador Fulgencio Batista, al exilio en México y a un aparatoso inicio de su rebelión antes de llegar a La Habana triunfalmente en enero de 1959 para, con 32 años, convertirse en el gobernante más joven de Latinoamérica. Durante décadas fue inspiración y fuente de apoyo de todo tipo de revolucionarios de América Latina a África.

Fue un acérrimo defensor del socialismo pero su poder comenzó a menguar a mediados de 2006 cuando una dolencia gastrointestinal lo obligó a entregar las riendas del país a Raúl, primero provisionalmente y luego de manera permanente tras las elecciones en 2008. Su imagen de guerrero desafiante perduró incluso años después de haber dejado de fumar cigarros Cohíba y de encorvarse por la edad.