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Foto del 24 de noviembre del 2009 de la entrada a la DeVry University de Miramar, Florida. Las acciones de esta colegio "for profit" subieron tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales. Se cree que el gobierno de Trump apuntalará este tipo de instituciones, que ofrecen carreras generalmente cortas y costosas y atraen a estudiantes de grupos minoritarios, las cuales eran mal vistas por el gobierno de Brack Obama. (AP Photo/J Pat Carter, File)
J Pat Carter / AP
Foto del 24 de noviembre del 2009 de la entrada a la DeVry University de Miramar, Florida. Las acciones de esta colegio “for profit” subieron tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales. Se cree que el gobierno de Trump apuntalará este tipo de instituciones, que ofrecen carreras generalmente cortas y costosas y atraen a estudiantes de grupos minoritarios, las cuales eran mal vistas por el gobierno de Brack Obama. (AP Photo/J Pat Carter, File)
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BOSTON (AP) – Los colegios con fines de lucro la pasaron mal durante el gobierno de Barack Obama y ahora cifran grandes esperanzas en le elección de Donald Trump.

Los precios de las acciones de algunas de las principales universidades del país aumentaron y los cabilderos de esta industria dicen que han sido bien recibidos por el equipo de transición de Trump, ante el que se ofrecen como un elemento clave para el crecimiento económico del país.

Si bien Trump todavía no ha dado detalles de su plan educativo, hay gente en el sector de colegios con fines de lucro, conocidos como “for profit”, que piensan que tienen un aliado en el futuro presidente, un abanderado de la iniciativa privada y quien prometió anular muchas de las regulaciones que impuso Obama.

Cabilderos de la industria de colegios “for profit” esperan que anule la norma de “gainful employment”, por la cual una institución puede perder ayuda del gobierno si los estudiantes que gradúa no consiguen empleos que les permitan pagar sus préstamos estudiantiles, así como otra disposición que obliga a los centros educativos con una situación financiera inestable a hacerse cargo de los préstamos estudiantiles si el colegio va a la quiebra.

“Lamentablemente, en los últimos ocho años nos hemos tenido que concentrar en sobrevivir a un gobierno ideológico que se oponía a nuestra existencia. Esperemos que ya no tengamos que librar esta batalla”, declaró Steve Gunderson, un ex representante republicano que es presidente de una grupo de cabilderos de la industria llamado Career Education Colleges and Universities.

Gunderson dijo que las primeras conversaciones con el equipo de transición de Trump hacen pensar que tendrán mejores relaciones con la Casa Blanca.

“Sin duda que consideran que hay lugar para programas de postsecundaria que no giran exclusivamente en torno a ciclos de cuatro años”, manifestó Gunderson.

El equipo de transición de Trump no respondió a pedidos de comentarios.

Los colegios “for profit” reclutan cada vez menos gente desde el 2010. Muchos lo atribuyen a Obama, cuyo gobierno la emprendió contra instituciones educativas acusadas de fraude e impuso nuevas regulaciones orientadas a proteger a los estudiantes de abusos.

En septiembre cerró sus puertas la cadena de Institutos Técnicos ITT, después de que el gobierno nacional le prohibió matricular más estudiantes en el marco de sanciones por asuntos académicos. Un mes después, el Apollo Education Group, propietario de la Universidad de Phoenix, dijo a sus inversionistas que tal vez no sobreviviese a otro gobierno demócrata.

Trump, quien se graduó de la Universidad de Pennsylvania, no habló mucho de los colegios “for profit” durante su campaña presidencial. La figura que eligió para la cartera de secretaria de educación, Betsy DeVos, ha impulsado las escuelas “chárter”, que reciben fondos del gobierno pero operan independientemente del sistema de educación pública, y los “vouchers”, como se denomina a unas especies de becas que ofrece el estado para que los estudiantes vayan a escuelas privadas, pero no se ha pronunciado demasiado en torno a la educación terciaria.

Mucha gente espera que Trump elimine algunas de las restricciones que enfrentan los colegios “for profit” y hay quienes trazan paralelos entre ese tipo de instituciones y la difunta Universidad Trump. Este mes Trump accedió a pagar 25 millones de dólares para resolver una demanda por fraude relacionada con seminarios de bienes raíces ofrecidos por esa institución, aunque sin admitir haber cometido infracción alguna.

Ben Miller, director senior del Center for American Progress, un grupo de estudios liberal, dijo que le parece revelador el hecho de que la industria festeje la victoria electoral de alguien acusado de irregularidades en el campo de la educación “que se parecen mucho a las peores prácticas de esa industria”.

Pero tanto Miller como otros detractores de este tipo de enseñanza dudan que el sector registre un gran repunte porque dicen que su imagen está demasiado deteriorada.

El grupo de Gunderson plantea que este tipo de escuelas puede ser vital para al crecimiento económico del país bajo el gobierno de Trump. Este mes las escuelas que representa Gunderson prometieron capacitar a 5 millones de trabajadores especializados a lo largo de la próxima década, lo que encaja con la promesa de Trump de generar 25 puestos de trabajo en ese período.

Los colegios “for profit” que ofrecen carreras de cuatro años matricularon aproximadamente 1,1 millones de estudiantes en la primavera del 2016, de acuerdo con la organización sin fines de lucro National Student Clearinghouse Research Center.

Los estudiantes que se matriculan en los colegios “for profit” son generalmente mayores y más pobres que los que van a universidades de cuatro años, y con frecuencia vienen de sectores minoritarios, según informes del gobierno. Se dice que ello obedece a que los colegios “for profit” ofrecen programas acelerados, con horarios flexibles para gente que trabaja. Los detractores de estos colegios sostienen que atraen estudiantes de bajos recursos apelando a tácticas de reclutamiento agresivas.

Un estudio del Departamento de Educación indicó este mes que los graduados de universidades públicas ganan un promedio de 9.000 dólares más que los que cursan estudios en colegios “for profit”.

Entre quienes apoyan los colegios “for profit” figura el ex presidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich, quien asesora a Trump. En un reciente acto del grupo de Gunderson en Dallas, Gingrich exhortó al próximo gobierno a apuntalar las escuelas “for profit”.

“Pueden generar 8,5 millones de empleos nuevos, que es precisamente lo que ofreció Donald Trump”, señaló Gingrich, quien es amigo de Gunderson, en una entrevista.