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El senador republicano Ted Cruz en el Congreso en Washington el 3 de febrero del 2017. Los republicanos iniciaron el martes 7 de marzo del 2017 una campaña para tratar de convencer al público sobre las bondades de su nuevo plan de salud, pero el proyecto carece de detalles y no aclara cómo los ciudadanos tendrán cobertura médica. (AP Photo/J. Scott Applewhite, File)
J. Scott Applewhite / AP
El senador republicano Ted Cruz en el Congreso en Washington el 3 de febrero del 2017. Los republicanos iniciaron el martes 7 de marzo del 2017 una campaña para tratar de convencer al público sobre las bondades de su nuevo plan de salud, pero el proyecto carece de detalles y no aclara cómo los ciudadanos tendrán cobertura médica. (AP Photo/J. Scott Applewhite, File)
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WASHINGTON (AP) – Menos de 24 horas después de su presentación, un potente contragolpe conservador amenaza con hundir la nueva iniciativa de ley de salud impulsada por el Partido Republicano, aun cuando el presidente Donald Trump y líderes del Congreso comenzaron a tratar de vender la legislación como la ansiada cura para el “Obamacare”.

“Vamos a realizar algo que es grandioso y estoy orgulloso de apoyar el plan de reemplazo presentado por la Cámara de Representantes”, dijo el martes Trump en la Casa Blanca durante una reunión con legisladores republicanos. “Vamos a actuar. No habrá retardación. No habrá espera ni excusas por parte de nadie”.

Mientras tanto, el vicepresidente Mike Pence decía a legisladores republicanos en el Capitolio que ésta era su oportunidad de echar a pique la ley de salud del presidente Barack Obama, y el líder de la mayoría en el Senado Mitch McConnell pronosticaba la aprobación del Congreso para inicios de abril.

Pero se asoman en el horizonte importantes obstáculos luego de que algunos renombrados legisladores republicanos anunciaron su oposición, y de que un grupo conservador tras otro emitió declaraciones contra el plan. Los grupos The Club for Growth, Heritage Action for America, Americans for Prosperity y Tea Party Patriots, de distintas maneras ridiculizaron el plan, calificando la nueva iniciativa como Obamacare Lite, Obamacare 2,0 e incluso RyanCare, en una pulla al presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan.

El nuevo plan republicano derogaría las impopulares multas de la ley actual para las personas que no tengan seguro de gastos médicos. También reemplazaría los subsidios basados en ingresos, que provee la ley para ayudar a que millones de estadounidenses paguen sus primas, con créditos fiscales basados en la edad que podrían ser más pequeños para las personas de bajos ingresos. Dichos pagos se desfasarían gradualmente en las personas con mayores salarios.

La nueva ley también limitaría futuros financiamientos federales para Medicaid, que cubre a las personas de bajos recursos, o alrededor de uno de cada cinco estadounidenses. También tendría reglas menos estrictas que las que impuso Obama para las pólizas que los individuos adquirieron directamente.

Partidarios y detractores republicanos intentan por igual reducir el papel del gobierno en los servicios de salud, pero algunos conservadores de la Cámara de Representantes afirman que la nueva propuesta no hace lo suficiente.

Por ejemplo, se enfocan en el sistema de créditos fiscales reembolsables al que acusan de ser una nueva y onerosa prestación. Exigen una votación para una propuesta directa de derogación.

La concertada oposición conservadora es una notable increpación al proyecto de ley que los líderes del Partido Republicano esperan cumpla finalmente las promesas para revocar y reemplazar la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, impulsada por Obama, que fueron expresadas a lo largo de siete años en incontables campañas republicanas por escaños en la cámara baja y el Senado, así como en la contienda presidencial del año pasado. En lugar de ello, los grupos que se están uniendo para oponerse al nuevo proyecto de ley de la Cámara de Representantes incluyen aquellos que se opusieron a la aprobación del “Obamacare”.

“De la manera como está la iniciativa hoy, es Obamacare 2,0”, dijeron en un comunicado los grupos Americans for Prosperity y FreedomWorks, los cuales son respaldados por los multimillonarios hermanos Koch. “Aprobarla sería cometer el mismo error que realizaron en 2010 el presidente Obama, Harry Reid y Nancy Pelosi. Millones de estadounidenses nunca verían las mejoras en servicios de salud que les prometieron, justo como el Obamacare”, señalaron.

Los republicanos ejercen presión incluso sin los estimados oficiales de la Oficina de Asuntos Presupuestarios del Congreso sobre el costo de la propuesta y cuántas personas obtendrían cobertura, aunque los legisladores republicanos reconocen que no tienen la esperanza de igualar los 20 millones de beneficiados por Obamacare.

Los demócratas aseguran que la propuesta dejaría sin seguro a muchas personas, pasando los costos a los estados y los sistemas hospitalarios que actúan como proveedores de último recurso. El plan también hace grandes recortes fiscales para los ricos, y reduce más de 20 impuestos promulgados por la ley de salud de Obama, y la mayoría de esos ahorros pasarían a manos de los estadounidenses más acaudalados.

“Esto es un recorte fiscal para los ricos con algunas cláusulas de cuidados médicos adjuntas”, afirmó el líder de la minoría en el senado, el demócrata Chuck Schumer, de Nueva York.

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Los periodistas de The Associated Press Ricardo Alonso Zaldívar, Stephen Ohlemacher, Mary Clare Jalonick y Andrew Taylor contribuyeron a este reporte.