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DEARBORN, Michigan, EE.UU. (AP) – Zahraa Ballout no es “blanca” ni pertenece a “alguna otra raza”. Si el gobierno de Estados Unidos le da la opción de marcar una nueva casilla para “Oriente Medio/Norte de África” en el formulario del censo, ¿lo haría?

Asegura que sí, a pesar de tener reservas sobre lo que podría suponer significarse luego de que Estados Unidos optó por un presidente que quiere vetar el ingreso de ciudadanos procedentes de algunos países de la región y se mostró favorable a crear un registro de musulmanes en el país.

“Podría sentir algún recelo porque no sabes exactamente las consecuencias o qué podría pasar después de marcar esa casilla”, dijo Ballout, una estudiante de 21 años de Dearborn, Michigan, que lleva tres años en el país. “No quiero autoengañarme pensando que marcar otra opción (aparte de la nueva) va a protegerme de alguna forma”.

El análisis de riesgos y ventajas de Ballout refleja una nueva precaución en torno a la forma en que el gobierno cuenta a los estadounidenses, un ejercicio que se realiza una vez cada década por mandato de la Constitución y que influye en las operaciones diarias de la nación a gran como a pequeña escala. Esto incluye la representación en el Congreso y la distribución del dinero de los contribuyentes en educación, sanidad pública o transporte, entre otros.

La Oficina del Censo recomendó por primera vez el pasado 28 de febrero la inclusión de la nueva categoría, que afectará en su mayoría a musulmanes. Se espera que la Oficina de Administración y Presupuesto decida al respecto a finales de año. La iniciativa es producto de años de investigación y de décadas de presión de grupos árabes y de la región anteriores a la campaña presidencial de Donald Trump.

Según el departamento responsable del censo, cuando probó la nueva categoría MENA (acrónimo de la región en inglés) en 2015, personas con raíces en Oriente Medio o el norte de África tendían a marcar la casilla. Cuando no era una opción se decantaban por “blanco” o, cada vez más, por “alguna otra raza”. Incluir la nueva categoría es “optimo” para obtener un conteo más preciso de los estadounidenses, agregó la oficina.

“No tengo nada que ocultar”, dijo Hussein Dabajeh, de 30 años y que lleva toda la vida viviendo en Dearborn, a donde sus ancestros llegaron en 1911 desde lo que ahora es Líbano. Dabajeh se decantaría por la casilla MENA. “Puedo ser estadounidense descendiente de árabes sin ser no estadounidense”.

La disparidad puede verse en una estadística básica. El Arab American Institute estima que unos 3,7 millones de personas en Estados Unidos tienen raíces árabes. La Oficina del Censo calcula que hay unos 1,8 millones de árabes-estadounidenses, según los datos que ha recopilado. Entre otras cosas, esto supone que no hay cifras exactas a nivel nacional que proporcionen pistas sobre si ciertas dolencias médicas son, como se sospecha, inusualmente comunes entre personas de esta ascendencia, apuntan expertos.

Ambos recuentos reflejan un gran crecimiento de este grupo desde 2000. Y los dos apuntan que la nueva opción en el censo de 2020 representaría a personas con lazos con 19 países de esa región.

Pero señalarse se ha convertido en un asunto sensible en un momento en que Trump vincula el control sobre los musulmanes con una mejora de la seguridad nacional. En su campaña electoral pidió un “bloqueo total y completo a la entrada de musulmanes en Estados Unidos”. Ya en la Casa Blanca, el republicano emitió dos órdenes para vetar la entrada al país de ciudadanos de ciertos países de mayoría musulmana. Cortes federales bloquearon ambos decretos, una medida que el gobierno planea recurrir.

“El miedo es legítimo. Es algo por lo que yo me preocupo”, explicó Maya Berry, directora ejecuta del Arab American Institute, que aboga por el cambio desde antes del censo de 1990.

“Para nosotros es muy difícil rechazarlo ahora por completo porque es algo en lo hemos estado trabajando durante décadas”, agregó. “A nuestros miembros les hemos dicho: Entendemos por qué está preocupado, es una preocupación legítima. Vamos a proceder con precaución”.

Aunque algunos miembros de la comunidad MENA comparten este temor, creen que el gobierno tiene poder suficiente para discriminar a alguien.

“Hay mejor formas de hacerlo que el censo”, manifestó Germine Awad, psicóloga de la University of Texas nacida en Egipto y criada en Estados Unidos. “Esto podría ocurrir en cualquier momento”.

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Kellman informó desde Washington.