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CARACAS (AP) – Una multitud se abalanzó la noche del martes sobre el presidente Nicolás Maduro y le lanzó objetos contundentes durante un acto en el sur de Venezuela.

Esta es una muestra más de la creciente tensión en el país sudamericano que ya ha dejado tres muertos y decenas de heridos en las protestas de las últimas semanas.

Al final de un acto en la población de San Félix, estado de Bolívar, centenares de personas avanzaron hacia el vehículo militar descapotado que trasladaba a Maduro y le aventaron varias cosas mientras le proferían insultos, según videos difundidos por las redes sociales y versiones que obtuvo The Associated Press de una habitante de la localidad.

“Le tiraron botellas, piedras. Hubo una persona que le tiró una botella con agua y le bañó la cara. Lo querían como linchar ahí cuando iba saliendo en el carro ese que estaba descapotado”, relató a AP una habitante de San Félix que pidió mantener su nombre en el anonimato por razones de seguridad.

“Aquí en San Félix la gente se está muriendo de hambre prácticamente”, agregó al explicar las razones de la protesta.

Sin mencionar directamente el incidente de la víspera, Maduro en un discurso televisado afirmó en la noche del miércoles que sus adversarios “se volvieron locos, diciendo bueno locuras” a través de las redes sociales.

El gobernante, sin dar detalles, indicó que sus opositores “habían preparado una emboscada y el pueblo se encargó de deshacerla” y agradeció a los pobladores de San Félix las expresiones “de amor y de apoyo que recibimos”.

Las manifestaciones casi diarias que iniciaron el 30 de marzo tras dos polémicos fallos del Tribunal Supremo de Justicia han dejado tres muertos, decenas de heridos y 134 detenidos en todo el país.

El diputado Daniel Antequera informó el miércoles a la AP que Brayan Principal, de 14 años, murió en la mañana en un hospital de la ciudad central de Barquisimeto tras resultar gravemente herido la noche del martes durante una protesta callejera que fue enfrentada por supuestos seguidores del gobierno, conocidos como “colectivos”, que dispararon armas de fuego contra los manifestantes.

En las manifestaciones de esa ciudad resultaron heridas 12 personas por disparos de arma de fuego, anunció el gobernador Henri Falcón.

Otros incidentes se registraron durante la noche del martes y la madrugada del miércoles en La Vega, al oeste de Caracas, cuando habitantes de la zona bloquearon algunas vías con escombros y muebles viejos, quemaron basura y tocaron las cacerolas contra el gobierno.

“La gente salió a las calles porque hay un disgusto grande”, dijo a AP Wilfredo Martínez, un desempleado de 56 años. “La estamos pasando muy mal. No conseguimos alimentos y los que estamos enfermos no tenemos ni cómo comprar medicinas porque están muy caras o no se consiguen”, agregó.

En medio de las protestas fue saqueado un comercio de alimentos y licores de la zona, precisó Martínez.

El dirigente opositor Henrique Capriles condenó los saqueos y las acciones violentas ocurridas en Caracas y otras ciudades y denunció que se busca “desvirtuar” las protestas opositoras.

A pesar de que el Tribunal Supremo revirtió dos sentencias en las que había asumido las competencias legislativas de la Asamblea Nacional y limitado la inmunidad de los diputados, se mantienen las protestas en reclamo de la realización de elecciones generales, la liberación de los presos políticos, la apertura de un canal humanitario para alimentos y medicinas y el respeto al Congreso.

Por otra parte, las celebraciones de Semana Santa en la capital se vieron empañadas cuando un grupo de simpatizantes del gobierno trató de interrumpir la homilía que ofrecía el cardenal Jorge Urosa Savino en la Basílica de Santa Teresa, en el centro de la ciudad.

“Ellos no respetaron al cardenal y le gritaron consignas. Eso es el demonio, pero logramos vencerlo”, expresó María Ramírez, un ama de casa de 76 años, al rechazar la acción de los oficialistas dentro de la iglesia. Ramírez relató que al final de la misa la mayoría de asistentes comenzaron a gritar “libertad” mientras los simpatizantes del gobierno eran sacados por los cuerpos de seguridad luego de unos enfrentamientos verbales y empujones con algunos feligreses.

Maduro, por el contrario, acusó a la dirigencia opositora de “sabotear” la Semana Santa. “Qué tiene está gente en mente contra nuestro país que son capaces de plantearse sabotear una de las tradiciones más sagradas que durante siglos ha cultivado el pueblo de Caracas”, aseveró.

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Siga a Fabiola Sánchez en Twitter: https://twitter.com/fisanchezn

El fotógrafo de AP Fernando Llano contribuyó a este despacho.