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WASHINGTON (AP) – El gobierno de Donald Trump ha propuesto a la esposa del expresidente de la Cámara de Representantes de Newt Gingrich para ser embajadora de Estados Unidos en el Vaticano, días antes de que el presidente Trump salga en su primer viaje al extranjero.

Trump nominará a Callista Gingrich para el puesto, según dijeron el lunes dos personas con conocimiento directo de las conversaciones. Los funcionarios hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a comentarlo de forma pública antes del anuncio oficial.

La gira de Trump este mes incluye una visita al Vaticano.

La Casa Blanca no respondió en un primer momento a una petición de comentarios.

Callista Gingrich es presidenta de Gingrich Productions y ha producido varios documentales, incluido uno sobre el papa Juan Pablo II.

Trabajó como administrativa jefe del Comité de Agricultura de la Cámara de Representantes hasta 2007. Fue una figura clave en la campaña de su marido en 2012 en las primarias republicanas, en las que compitió por la candidatura a la presidencia.

Era miembro del personal del Congreso cuando comenzó una relación de seis años con Newt Gingrich, entonces un congresista republicano casado.

La segunda esposa de Gingrich, Marianne Gingrich, dijo en 2012 a ABC News que el legislador le había propuesto un “matrimonio abierto” para poder seguir viéndose con Callista Gingrich sin divorciarse.

El expresidente de la Cámara de Representantes negó esas afirmaciones.

El legislador se convirtió al catolicismo en 2009 tras años asistiendo a misa en la basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington D.C. Callista Gingrich ha formado parte del coro del templo.

La visión de Trump para la diplomacia y las relaciones con el exterior han sido drásticamente diferentes a las promulgadas por el popular papa Francisco. El pontífice ha hablado sobre la necesidad de tender puentes entre naciones, mientras que Trump ha defendido levantar un muro fronterizo y ordenado restricciones a la inmigración como herramienta de seguridad nacional.

Francisco ha señalado en el pasado que cualquiera que quiera levantar muros para mantener fuera a los migrantes “no es cristiano”.

El papa también ha pedido que se ponga fin al empleo de combustibles fósiles, mientras que Trump ha prometido cancelar los pagos a los programas de Naciones Unidas contra el cambio climático y retirarse del Acuerdo de París, aunque sus últimas acciones y declaraciones han puesto en duda que se mantengan los planes de esa retirada.

Sin embargo, el presidente y el papa comparten un atractivo populista y hablan con una sencillez con la que se han ganado el cariño de sus bases de apoyo. Y ambos comparten una preocupación común sobre las penurias que sufren los cristianos en Oriente Medio a manos de milicianos extremistas islámicos.